Paseo por las Cimas de Málaga: El Cerro Rodadero desde el Embalse de Casasola.

Sigo completando las rutas por los cerros más significativos del municipio de Málaga y hoy me acerqué al Cerro Rodadero, del que pensaba que pertenecía a Almogía, pero resulta que su cima marca el límite entre ambos municipios. La caminata comienza a los pies del Embalse de Casasola y tras unas decenas de metros de asfalto tomo el carril a mano izquierda por el que realizo casi todo el ascenso, disfrutando de unas magníficas vistas hacia el embalse.

Yo había dibujado sobre el mapa una ruta que no resultó posible, ya que hay muchos carriles privados y en concreto en el que yo quería tomar, hacia las ruinas del lagar de Lo Cueto, había además un par de perros poco amistosos, así que me resigne a acortar la ruta y seguir en dirección a Lo Horte sin dar el rodeo que había planificado.

Todo el Cerro Rodadero está rodeado por una alambrada y en ese punto bloquea un sendero bien marcado que lleva hasta la cima; es cierto que la alambrada está levantada y poniendo el culo en el suelo es fácil pasar por debajo de ella. La subida desde Lo Horte es sencilla y se puede completar por el sendero, aunque yo me salí en una ocasión por un atajo que no merece la pena. En la cima me encontré con un grupo de caballos que se acercaron a comer la fruta que llevaba y después resultó difícil despegarme de ellos, ya que no creían que les hubiese dado todo lo que tenía. Una vez que les convencí de que eso era todo, pude disfrutar de las preciosas panorámicas que nos ofrece el Cerro Rodadero, aunque el día era lluvioso y las nubes cerraban bastante el paisaje. De todas formas, las vistas a los valles del Campanillas y del Guadalhorce, así como a la Sierra de Verdiales son espectaculares.

La bajada se realiza por la ladera suroeste, por una veredilla levemente esbozada por las botas de otros senderistas. Esta vía tiene bastante pendiente, pero zigzagueando con calma se baja sin ningún problema. Precisamente en la base me encuentro de nuevo con la alambrada, que al igual que en la anterior se encuentra levantada y se puede pasar por debajo. En este punto veo que la ruta va a resultar muy corta y decido aderezarla con la subida a los cerros que me voy encontrando en el camino. Al primero se asciende desde esa misma alambrada y pese a no haber sendero, es bastante sencillo; además, si te apetece puedes arreglar el almuerzo, ya que toda la ladera está llena de esparraguerras cargadas de fruto. La vista desde la cima es similar a la que vemos desde el Rodadero, la Sierra de Verdiales, el Valle del Campanillas y el Embalse de Casasola y que se repetirá desde distinta altura y perspectiva en los dos cerros siguientes.

En el segundo cerro destacar que la bajada se complica un poco y la solución más lógica me lleva hacia el oeste, para después encontrar una vereda que me lleva en dirección opuesta, hacía las ruinas de un lagar que se encuentra en la base del tercer cerro que subiré. Desde allí vuelvo al carril que me conduce a la carretera, a poca distancia del lugar donde había dejado el coche; sin embargo, paso de largo y me desvío hacia El Nevado para hacer unas fotos del embalse desde la otra orilla y enfocar desde allí el Cerro El Rodadero.