Paseo por las Cimas de Málaga: Embalse del Tomillar o de los Pilones y Cerro Espartal.

Para hoy planifiqué una ruta corta y sencilla ya me acompañaba Alfonso, que se está recuperando de una lesión en el pie. Consulté en una de mis páginas de cabecera durante el confinamiento, Malaga desde sus cumbres y me llamó la atención la descripción que hacen del Cerro Espartal y su combinación con el Embalse del Tomillar.

Descartamos el comienzo en el Parque Tecnológico ya que su acceso está cerrado en domingo y el dejar el coche en la entrada iba a suponer entre ida y vuelta una caminata de unos 6 km. por asfalto, lo que no nos atraía en absoluto, así que seguimos hasta Maqueda, desde donde nos acercamos a la central de ciclo combinado de Fenosa, donde dejamos el coche. Desde ahí la distancia hasta el embalse es de sólo un kilómetro, lo que se ajustaba más a nuestros gustos y plan para el día.

El embalse del Tomillar se encuentra en el arroyo de los Pilones, afluente del Río Campanillas y se construyó como depósito regulador para garantizar el abastecimiento a la capital en caso de incidencias en la Instalación Desaladora de Aguas Salobres (IDAS) de el Atabal; se trata pues de un suministro de urgencia en caso de problemas con la red principal con una reserva de agua para 10 días. Lo primero que nos encontramos es el aliviadero, al que nos acercamos recorriendo la parte superior de la presa. En ese punto decidimos acercarnos hasta un curioso cerro cercano que prometía unas interesantes vistas y que cumplió con creces. Tras una buena parada con las fotografías pertinentes en ambos puntos, comenzamos la aproximación al Cerro.

Empezamos a caminar por un carril que pronto se ve cerrado por la cancela de una propiedad privada y que obliga a desviarse para seguir el estrecho cauce de un arroyo. Esta vaguada se va ensanchando y nos vemos rodeados por unas verdes laderas salpicadas de algarrobos, olivos y almendros, haciendo que el trayecto sea sumamente agradable. Al incorporarnos al carril vemos a mano izquierda el inicio de un sendero que nos lleva a la cima del cerro, pero lo utilizaremos para bajar; así que seguimos caminando por el carril en un suave ascenso, pasando al lado de varias casas y deteniéndonos cada poco rato para contemplar las postales que nos ofrece el embalse.

Llegamos a un punto en el que el carril está cortado por la una verja metálica y una valla de alambre que rodea una propiedad privada (a falta de otra señal marco este punto con un aviso de "riesgo" en el track). No creo que esa cancela sea legal ya que corta un carril que debe ser de uso público. Decidimos bordear la alambrada por el margen que da al barranco, lo que supone recorrer un tramo con bastante dificultad; fijándome en el mapa creo que en este punto sería más conveniente retroceder y bordear la valla en la parte anterior, por la que parece que discurre el cauce de un arroyo.

Una vez superado el obstáculo llegamos a las ruinas de un cortijo, en cuya margen derecha comienza una trocha por la que ascendemos al Cerro. Tras la empinada subida inicial llegamos a una loma desde la que ya se esbozan las extraordinarias vistas de las que vamos a disfrutar en la cumbre. Desde aquí hasta el vértice geodésico la pendiente se suaviza y durante ese recorrido nos damos cuenta del privilegiado lugar donde nos encontramos. El Cerro Espartal conforma una especie de frontera entre los valles de los ríos Guadalhorce y Campanillas y desde él se disfruta de una panorámica de una belleza inenarrable.

La bajada que hacemos es campo a través por una ladera muy inclinada y sin una senda definida. Al llegar casi al final de la cuesta enlazamos con el sendero que comenté anteriormente y del que no puedo dar fe que llegue hasta la cumbre, pues la dirección que lleva tiende a rodear el cerro y no sé si posteriormente se encamina hacía lo alto. Desde aquí solo nos queda volver al coche por el mismo camino.