Pazo de Lourizán. Por tierras de Salcedo y Lourizán.

Realizamos esta ruta, con pequeñas variaciones, siguiendo el track de carreiriños del día 14/11/20 "Poblado prehistórico De Salcedo - Pazo de Lourizán".

Es una ruta muy variada tanto en paisaje como en terreno, con apenas asfalto y con bellos entornos como los que ofrecen los distintos miradores y el Pazo de Lourizán. En algunos tramos sigue el trazado de la senda "Salcedo no tempo", una ruta que persigue la divulgación y dinamización del patrimonio de Salcedo a través de sus bienes etnográficos y arqueológicos.
Elementos destacables de la ruta:

Los Miradoiros da Armada, do Pornedo y do Outeiro do Moucho, desde los que se obtienen interesantes vistas hacia Pontevedra, Marín y su ría.

Petroglifos como los de Laxe do Mato, casi imperceptibles; o los más interesantes e identificables, gracias a los paneles informativos, como los de O Regato dos Buratos, O Outeiro da Mina (Outeiro das Mouras, Chan das Mouras), A Pedra do Fundamento o Pedra das Mouras, Cachada Vello y otros.

El Poblado prehistórico do Outeiro das Mouras: Situado en las proximidades de los petroglifos do Outeiro ou Chan das Mouras. Se trata de la recreación de una aldea prehistórica integrada por cuatro cabañas dispuestas alrededor de un espacio comunal central lo que sería el espacio del fuego. En esta réplica se aplicaron sistemas constructivos encontrados e interpretados en el registro arqueológico sobre la construcción de viviendas prehistóricas. Es un lugar interesante para acercarse con niños, guarda similitudes con el poblado recreado en el Parque Arqueológico de Campo Lameiro.

O Castro das Croas: Esta ubicado en el lugar de Birrete, parroquia de Salcedo. Se trata del yacimiento castrexo con más antigüedad de los alrededores y probablemente uno de los más antiguos de Galicia ya que al parecer los restos encontrados fueron datados entre los siglos VII y V a. de C.
Nosotros entramos por el lugar donde se localiza la base y el fuste de un cruceiro así como la señalización e información del castro. Seguimos en dirección al montículo, allí pudimos ver excavados solo los restos de una vivienda circular de grandes dimensiones, cuyo interior se divide en dos espacios a diferentes niveles, y también un tramo de la muralla perimetral.

Pazo de Lourizán: Merece la pena una visita detenida para disfrutar especialmente de sus jardines y sus bellos ejemplares.
La finca en donde se ubica hoy el Pazo de Lourizán existe desde el siglo XV y en ella parece ser que hubo una antigua granja de la que hoy tan solo se puede ver el hermoso palomar (de ahí, posiblemente, sea que algunos vecinos conozcan el lugar como "A Granxa"). Después de ese siglo se debieron construir varias instalaciones residenciales ya que a principios del siglo XIX lo compra Buenaventura Marcó del Pont a los herederos de Francisco Genaro Ángel, su cuñado. Por aquellos siglos ya existían las fuentes y parte de los jardines y un pazo, el Pazo de Sierra, en referencia a uno de sus antiguos dueños, el Marqués de Sierra.
El espectacular edificio fue construido sobre el anterior a finales del mismo siglo por Genaro de la Fuente Domínguez. En él destaca su fachada con su gran escalinata de corte imperial con balaustrada y custodiada por estatuas que asciende hasta la puerta principal.
El que fue presidente del Gobierno en la segunda mitad del año 1905, Eugenio Montero Ríos, utilizó este palacio como residencia veraniega y en él se tomaron y se firmaron importantes decisiones políticas como el Tratado de París, por el cual España cedió Cuba, Filipinas y Puerto Rico a los Estados Unidos, comprometiéndose Estados Unidos a dar la independencia a Cuba. Montero Ríos fue adquiriendo varias fincas más y mandó construir la gran verja de hierro que rodea parte del complejo.
Además del edificio destacan sus enormes jardines de 54 ha, con especies exóticas y centenarias como carballos, castiñeiros, bidueiros, cipreses, araucarias, cedros, magnolias, camelios, muchos de ellos procedentes de diversos lugares del mundo. Varios de estos árboles aparecen en el Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia.
El conjunto cuenta con un gran invernadero modernista de hierro de principios de siglo XX, varias fuentes de los siglos XVII y XVIII, (A Cuncha, Os Tres Canos, do Patio y la de A Gruta dos Espellos), un gran hórreo, varias edificaciones que podrían tener su origen en el siglo XVIII, una gran mesa de 6 metros de largo de una sola pieza traída desde la Illa de Tambo, un molino de agua y un lagar.
En 1943 la Deputación de Pontevedra compró a la Caixa de Aforros Provincial de Pontevedra el pazo y los jardines cediéndolos en 1943 al Ministerio de Educación para su uso como Centro de Investigacións Ambientais e Experienciais Forestais. En 1946 se convierte en Escuela Técnica Superior de Montes. Hoy en día forma parte del conjunto del Centro Desenvolvemento Sustentábel da Consellería de Medio Ambiente. El Centro de Investigacións Ambientais e Forestais de Lourizán tiene como objetivos la protección, conservación y mejora del patrimonio forestal de Galicia. (INFO: galiciamaxica.eu)

Muiños do Outeiro: Conjunto de cinco muiños conocidos con el nombre de Muíño do Pé Lamoso, Muíño do Firo, Muíños do Outeiro de Arriba y de Abaixo y Muíño de Pereira, estos tres últimos fueron restaurados en el año 2013.
Nos quedaron pendientes los Muiños de Batán que ya conocíamos de otra ruta, pero a los que se pueden acercar nada más dejar atrás el Castro das Croas dirigiéndose hacia el rego Cubeiro, que es por donde va el track original.

En el recorrido se encuentran varias fuentes (además de las ya citadas del Pazo) como a Fonte da Prata o a Fonte dos Frairas.
Es una ruta que por su dificultad técnica clasificamos como baja, teniendo como única dificultad la bajada que hicimos hacia el rego Cubeiro desde los castros de Outeiro. Encontramos todos los caminos en buen estado, algunos con algo de barro por las lluvias de estos días, pero nada importante. La zona de los castros do Outeiro limpia, desbrozada y sin ningún tipo de obstáculo.
Por último, sería recomendable realizarla en un día sin nieblas para gozar de las distintas vistas que ofrecen los miradores.