Pedroche: de la Ermita de Piedrasantas a la de San Sebastián por el arroyo Santa María y el Camino de las Trijuelas
near Pedroche, Andalucía (España)
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Itinerary description
Llego por la A-435, aparcando en la calle Torreón, desde donde se contempla la alta torre de la parroquia del Salvador, hacia la que me encamino. Este templo es uno de los edificios más sobresalientes de la sierra, levantado en tiempos de los Reyes Católicos (que lo costearon en parte), aprovechando las piedras del castillo musulmán (Betrus Hisn) demolido con anterioridad por los propios vecinos de Pedroche, en 1478, hartos de las disputas entre la nobleza cordobesa (dividida entre partidarios de Isabel la Católica y de Juana la Beltraneja), que codiciaban esta fortaleza -en la que cuenta la leyenda que fueron apresados los hijos de Witiza por las tropas del último rey visigodo, Don Rodrigo.
En el ángulo noreste se alza la torre parroquial, una de las más bellas y esbeltas del país, que también usó materiales del castillo (el primer cuerpo de la torre podría corresponder a una de sus atalayas); a partir del segundo cuerpo, en 1544, el afamado arquitecto Hernán Ruiz II (que transformó en torres campanario el minarete de la mezquita de Córdoba y el de la Giralda) tomó la dirección de las obras (hasta 1558, concluyéndolas Juan de Ochoa con el cuerpo cilíndrico treinta años más tarde, al parecer sobre diseños del maestro). En 1885 una chispa eléctrica de una fuerte tormenta ocasionó el desplazamiento de varios sillares de la cúpula, cerca de la bola, originando un hueco que fue tapado con ladrillo en 1910 por un escalatorres aragonés.
Completa este espacio monumental la Ermita de Nuestra Señora del Castillo, edificada en los primeros años del siglo XVI sobre parte del solar que ocupaba el castillo. En sus paredes interiores se descubrieron pinturas que podrían remontarse al gótico tardío; la verja de la capilla mayor hoy es la puerta de entrada del Parque Municipal.
Rodeo la iglesia y bajo por la calle del mismo nombre hasta la de Francisco Botello, donde se encuentra la Ermita
de Santa Lucía (siglo XVI), cuya santa titular fue trasladada en 1845 a El Salvador, ante el estado ruinoso de la ermita (que luego fue escuela pública infantil a mediados del siglo XIX, pasando después a ser de propiedad municipal).
Vecino a la ermita (con un magnífico yamur rematado en cruz que recuerda el pasado musulmán de Pedroche) está el Convento de la Concepción, fundado por monjas de Santa Clara de la Columna de Belalcázar en 1524 (a petición del pueblo) y del que saldrían a su vez abadesas y fundadoras de otros centros monásticos en la provincia (de donde fue el primer convento de esta orden); su germen fue un “recogimiento" de beatas o "beaterio", donde cada una de las mujeres congregadas aportaban su patrimonio particular, pronto apoyado por el concejo y vecinos de la Villa. En 1514 se les envió las Constituciones y Reglas de la Orden de la Concepción, aprobadas por el Papa Julio II, recién fallecido. Las religiosas concepcionistas abandonaron a finales del siglo pasado el convento por falta de vocaciones.
Siguiendo calle adelante se pueden encontrar fachadas de granito que se remontan a los siglos XV y XVI, como la del edificio que es hoy el Hogar del Pensionista (que además, como muchas otras casas del pueblo, tiene excavadas en sus patios o sótanos antiguas bodegas para almacenamiento de comida y bebida, que pueden visitarse ).
Desemboco en la Plaza de las Siete Villas, presidida por el Ayuntamiento y la estatua de Fray Juan de los Barrios, pedrocheño ilustre que fue el primer arzobispo de Santa Fe de Bogotá.
Desde aquí me dirijo hacia el norte, para salir del núcleo urbano por la Colada del Guijo a Villanueva de Córdoba, que, en aproximadamente kilómetro y medio, me lleva hasta la Ermita de la Virgen de Piedrasantas (antes de la Esperanza), patrona de Pedroche (edificada en el siglo XVI, con elementos barrocos añadidos en el XVIII). En su interior se conservan siete bancos de madera con los nombres de las Siete Villas de los Pedroches, cuyos representantes se reunían aquí para tratar asuntos comunes los días 8 de septiembre de cada año: durante la baja Edad Media alrededor de Pedroche surgieron un grupo de aldeas que con el tiempo formaron una comunidad que administraba unos terrenos comunales y que englobaba a Pedroche, como capital, Torremilano (Dos Torres), Torrecampo, Villanueva de Córdoba, Pozoblanco, Alcaracejos y Añora (se disolvería en 1837).
La ermita es lugar de reunión durante la tarde del 7 de septiembre y la mañana del 8 de una de las mayores concentraciones equinas de Andalucía, los Piostros (declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía): esos días las gentes de Pedroche llegan aquí en sus cabalgaduras (caballos, burros, mulas y jamugas), con las mujeres montadas en unos sillas puestas encimas de los mulos y acompañadas de sus pajes, celebrándose una misa; cuando acaban todos los eventos en torno a la ermita, los jinetes se dirigen a la cuesta de Pedroche llamada el “Molar”, donde se dan al galope.
Junto a la ermita hay también un monolito que recuerda la historia de una pedrocheña, Clarilla, cuyo novio, Manolete "El Molinero", fue enviado a la Guerra de Marruecos: la muchacha prometió a la Virgen de Piedrasantas que le ofrecería una misa si su novio regresaba, lo que ocurrió en 1917; éste, con los soldados licenciados de su quinta (la de 1913), se congregaron en la ermita en agradecimiento, dando lugar al nacimiento de otra fiesta llamada Función de los Soldados, que se celebra el primer lunes de Pascua.
El monolito se colocó en 2017, conmemorando el centenario del suceso.
Recruzo el Puente de la Virgen para tomar el Camino de Dos Torres a Torrecampo, que enseguida se abandona para continuar junto al arroyo de Santa María, hasta llegar a la A-3200. Durante seis kilómetros voy caminando paralelo al arroyo, cruzándolo ocasionalmente (por lo que es recomendable hacer esta ruta al final del verano), descubriendo parajes muy bellos, sobre todo en su tramo inicial, con charcas y remansos donde se puede sorprender a aves como garzas reales, gallinetas de agua, fochas… incluso nutrias se pueden encontrar en estas aguas.
Eso sí, a lo largo del recorrido por el arroyo hay que salvar hasta cuatro alambradas (supongo que para que no se desmande el ganado que por aquí se apacienta), pero no son muy altas, pueden sobrepasarse sin mucha dificultad; ya junto a la carretera, en la desembocadura de un arroyuelo, el del Boquerón, se salva la última alambrada para continuar unos metros junto al asfalto hasta llegar al Camino de las Trijuelas, por el que inicio el regreso a Pedroche.
Este camino forma parte de una extensa red de caminos públicos (caracteristica de la zona norte de la provincia de Córdoba) delimitados en buena parte por paredes de piedra seca (técnica declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad), que recorren una extensa dehesa, en la que se desarrolla la ganadería en extensivo (sobre todo ovina y porcina). La palabra dehesa proviene de defesa, que a principios del siglo X hacía referencia a un terreno acotado al libre pastoreo (para que los rebaños trashumantes se aprovecharan de los mejores pastos de las localidades por las que pasaban), pasando con el tiempo a usarse para cualquier pastizal acotado y hoy para denominar un tipo de paisaje o ecosistema. El término "dehesa boyal" hace referencia a su vez a terrenos comunales, generalmente de propiedad municipal, destinados, por lo común, a pastorear ganado (en origen, vacuno); así se denominan en la comarca terrenos municipales de los alrededores de los pueblos.
Precisamente el Camino de las Trijuelas conduce desde Pedroche hasta la Dehesa Boyal "El Bramadero", único terreno que pervive de los antiguos bienes comunales: con una extensión de 1 800 ha, en la posguerra se dividió en tres Partidos (de Arriba, Medio y de Abajo), subdivididos en "líneas" (franjas de terreno paralelas que dividían los Partidos de norte a sur) y éstas en "suertes", de una extensión aproximada de 4 fanegas (2,6 ha); cada suerte se adjudicada a una familia, que se encargaba de limpiar, abonar, sembrar, recoger la cosecha, antes de la entrada del ganado, que aprovechaba las rastrojeras. Hoy el sistema de aprovechamiento ha variado, dividiéndose cada partido en numerosos lotes, de los que se aprovechan un mayor número de personas.
También caracterizan el paisaje los numerosos afloramientos de roca granítica (que dan nombre a la Ruta del Granito), como la famosa Piedra Merendera, en cuya parte superior plana se sentaban pastores y otras personas para hacer un alto para merendar (de ahí su nombre) o descansar (la roca da nombre también a un paraje a unos 120 metros en dirección sur donde se han encontrado restos de época romana).
Ya en las cercanías del pueblo, dejo el Camino de las Trijuelas por otro que me lleva a la Ermita de San Sebastián (construida entre los siglos XIV y XV, pero, declarada en ruinas en 1964, reconstruida gracias a las donaciones de los vecinos, con una última remodelación en 1993). Se ubica a extramuros de la villa, en la salida norte en dirección a Torrecampo, junto al antiguo Camino Real de Andalucía a La Mancha. Bajo la advocación del santo protector de la peste y epidemias, es una típica construcción serrana gótica-mudéjar en cuyo interior guarda una estela funeraria romana reutilizada y una cruz relacionada con los templarios.
Junto a la ermita se encuentra la Fuente Conceja, una de las fuentes tradicionales conservadas en Pedroche, consistentes en depósitos subterráneos cubiertos con brocales de piedra. Esta fuente, que asemeja una bañera, es una de las más representativas y probablemente sea de la misma época que la ermita, allegada a la que está la cofradía de San Sebastián, que celebra cada año (el domingo más próximo al 20 de enero), la festividad de San Sebastián: una procesión se dirige por la mañana a la ermita y a la tarde, después de una Eucaristía, tiene lugar el revoloteo de la bandera de la hermandad, lo que se conoce en Pedroche como “jugar la bandera”, con el acompañamiento del tambor; hace años, por la tarde se jugaba al corro mientras se cantaba la jota de Pedroche, una de cuyas letras reza: “En mi vida he visto yo lo que he visto en este baile, bailar las mujeres solas por ser los hombres cobardes”.
Desde la ermita, entro en Pedroche para finalizar la ruta en este bonito pueblo, que merecidamente forma parte de la Asociación de Conjuntos Históricos y Arquitectura Popular de Andalucía.
Waypoints
Iglesia de El Salvador (ss.XV-XVI)
De tres naves, cubiertas con artesonado mudéjar policromado del siglo XV (un pequeño artesonado también cubre el Baptisterio); y tres portadas, la principal al norte (de finales del siglo XV), en el lado sur (de estilo gótico-mudéjar con arco apuntado de ladrillo) y la de poniente (de los siglos XV-XVI, con pórtico); delante de la puerta, mosaicos de piedras de la región (del XVI), formando rosetas y dibujos geométricos. En su interior su cabecera está decorada con pinturas del siglo XV que aún pueden observarse detrás del retablo barroco (posee varios retablos del XVIII, el mayor, los de la Virgen del Rosario y la Inmaculada en los testeros de las naves laterales y el de las Benditas Ánimas)
Ermita de Nuestra Señora del Castillo (siglo XVI)
De una sola nave de gran capacidad. con presbiterio y arcos ojivales sustentados sobre muros de piedra granítica y reforzados exteriormente con otros muros. Tiene una pequeña sacristía y dos puertas de entrada: una al sur, con rampa ascendente para el acceso a la ermita y un pequeño rosetón de piedra en el frontis, con la espadaña encima; y otra de gran tamaño orientada al norte
Torre parroquial (siglo XVI)
Con una altura de 56 metros y muros de 1,9 metros de espesor, consta de cuatro cuerpos: -el primero (construido en el año 1532 según consta escrito en una de sus piedras) cuadrangular, de diez metros de anchura por veinte de altura, tiene una hornacina de 1.5 metros de altura y aún más elevada una ventana, llamada del reloj, con un labrado en su entorno; puerta de entrada, junto a la hornacina, de arco de medio punto, de 1,5 por 1 m. de luz, que perteneció al castillo árabe (este primer cuerpo pudiera haber sido un torreón del mismo). La subida de este primer tramo está formada por tramos de peldaños adosados a los muros sobre arcos de piedra. -el segundo octogonal (construido en 1535 según consta escrito en una de sus piedras), con cuatro cuerpos cilíndricos de aproximadamente dos metros de altura cada uno con remates cónicos. Posee una escalera helicoidal de caracol con alma, de una sola pieza, unido por un extremo al núcleo central y por el otro extremo al muro de la torre, con un artístico pasamanos y aspilleras para su iluminación (y dos grandes ventanales al este y oeste); termina en una inmensa bóveda sobre la que descansa en su centro la segunda escalera de caracol (que asciende hasta el cuarto cuerpo ). -tercer cuerpo o campanario, cuadrangular con esquinas orientadas a los cuatro puntos cardinales y ocho huecos en forma de arcos de medio punto, para las campanas, rematado con cornisa también a soga y tizón. La escalera del tercer cuerpo es de idéntica características que la anterior, con la diferencia de ir alojada en el centro de la obra, también provistas de varias aspilleras para su iluminación -cuarto cuerpo cilíndrico, con moldura voladiza de base del cuarto, formado por ocho columnas sobre las que se sustenta la terminación, un gran chapitel coronado con una gran bola de piedra y encima una veleta terminada en cruz de hierro con extremos en bola. En cada esquina de este cuerpo hay un obelisco de tres metros y medio de altura, denominados popularmente "los mojinetes"
Ermita de Santa Lucía y Convento de la Concepción
Ermita de tipología serrana, con nave rectangular con cubierta a dos aguas sobre arcos apuntados transversales soportados por pilares cuadrangulares de granito; portada de granito con arco semicircular enmarcado por alfiz, de impronta mudéjar, con un pequeño ojo de buey encima (se remataba antiguamente con una espadaña). Convento de las Concepcionistas: de estilo gótico-mudéjar, compuesto de diferentes patios y claustros, ocupando unos 5000 m2. Portada gótica con alfiz. Iglesia de una nave con coro alto y bajo a los pies y presbiterio con cúpula sobre pechinas, cubierta por una armadura de par y nudillo; espadaña barroca y, coronando el presbiterio al exterior, yamur rematado en cruz
Ermita de la Virgen de Piedrasantas (siglo XVI)
De una sola nave cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones que se apoyan sobre pilastras toscanas y contrafuertes exteriores. Cabecera de planta cuadrada coronada por una bóveda estrellada y camarín con cúpula coronada por una linterna para albergar la imagen de la patrona
Ermita de San Sebastián (ss. XIV-XV)
De nave única rectangular con cubierta a dos aguas que apoyan sobre arcos apuntados de ladrillo transversales con pilares de granito y contrafuertes al exterior. Un arco de medio punto da paso al presbiterio cerrado por una cúpula semiesférica de ladrillo sobre pechinas. Fachada, a la que se accede a través de atrio murado, con portada con arco levemente apuntado enmarcado por alfiz y sobre ella una ventana con cruz de calatrava en forja coronada por una espadaña presbiterio cubierto con bóveda semiesférica de ladrillo en la cabecera
Fuente Conceja
Pozo de planta oval, con revestimiento interior de mampostería granito, resuelto al exterior mediante un brocal de losas de granito de planta igualmente oval (casi en forma de bafiera). Mide 3 m de longitud por 80 cm de anchura y 70 cm de altura. Las losas del brocal están labradas con un almohadillón en el borde superior (pretil) y rodeadas por una solería de losas planas de granito. Se conserva una bomba para la extracción de agua
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