Pedroso de Acim- Sierra de Pedroso- Molino del Tío Fabián- Pedroso de Acim
near Pedroso de Acim, Extremadura (España)
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Trail photos
Itinerary description
Iniciamos la ruta desde la Plaza Mayor, junto la iglesia de Santa Marina, construida con bloques de piedra en el siglo XVI. Tiene una magnífica torre exenta con un enorme reloj.
En sus inmediaciones está una estatua de San Pedro de Alcántara.
Salimos por el camino del Berrocal, pasando al lado de la charca de La Nava. A los pocos metros abandonamos el camino del Berrocal para dirigirnos hacia el Monasterio del Palancar, dejando a los lados numerosos alcornoques.
Llegamos a la carretera que lleva al monasterio franciscano del Palancar y la seguimos en sentido contrario hasta alcanzar una pista de tierra a mano derecha que es el camino del Cañaveral. Continuamos hasta llegar a la Fuente de los Cucharos.
Continuamos por la pista de tierra y antes de llegar al cerro del Tío Mula nos desviamos a la derecha por un camino que asciende hacia Las Viñas del Pino y al Berrocal.
Pasamos entre vacas que pastan tranquilamente y abrimos una cancela. A partir de aquí se empina el camino. Aparecen unos magníficos ejemplares de alcornoques en los que nos detenemos para fotografiarlos.
Más arriba han desaparecido los árboles, ya que hace poco tiempo un incendio quemó toda esta zona.
Continuamos por el camino viendo a la derecha el embalse de Torrejoncillo, el cerro Chacón y numerosas dehesas.
Pasamos al lado de la Peña del Águila y la de Los Cenizos que pertenecen a la Sierra de Pedroso.
Aparecen los pinares e iniciamos un leve descenso, dejando a la derecha el camino de Arco que nos llevaría a Pedroso de Acim.
Descendemos por el valle del arroyo de Las Rozas a la sombra del pinar para llegar al camino de Portezuelo a Pedroso.
Giramos a la izquierda y vemos las lomas de la sierra del Madroñal repletas de jara en flor, lo que hace el paseo muy agradable.
El camino da una vuelta enorme para salvar el valle de uno de los afluentes del arroyo del Clérigo. En la ladera se ven muchos madroños.
Más adelante la vegetación cambia, apareciendo encinas y alcornoques.
Se pasa por una cancela y descendemos hacia el arroyo de Valdecocos.
Desde aquí hay una fuerte subida dejando a la derecha Huerta Quemada.
La jara está en esta primavera preciosa, con sus flores blancas de cinco pétalos acompañándonos en la subida.
Un cartel nos anuncia que a pocos metros se encuentra el molino del Tío Fabián.
Nos adentramos en las ruinas del molino que nos han parecido muy abandonadas y peligroso el paseo dentro de las construcciones, pues la hierba estaba crecida y te impedía ver donde pisabas.
Recorrimos las estancias y visitamos en lo alto el muro de la presa que movía el molino, que recibía las aguas del arroyo del Prado. Estaba repleta de zarzales, por lo que era peligroso encaramarse a los muros.
Una vez que recorrimos las ruinas del molino y vimos el cerro del Castillejo a la derecha y los cerros de los Acebuches y de los Amontonados en dirección de Portezuelo, volvimos sobre nuestros pasos por el camino de Portezuelo a Pedroso.
Al llegar a las inmediaciones del arroyo del Clérigo vimos dos charcas en las que se oía el croar de numerosas ranas, lo que nos llamó la atención.
Pasamos por el arroyo de Las Rozas dejando a la derecha el Pilón del Tejar y a la izquierda el valle del Bonal.
Empiezan a aparecer huertas y olivos, señal de que nos vamos acercando a Pedroso de Acim.
Pasamos por los Canchos del Machurro, adentrándonos en Pedroso y finalizando el recorrido en el bar de la piscina, donde nos sirvieron una buena comida para recuperarnos de la caminata.
En sus inmediaciones está una estatua de San Pedro de Alcántara.
Salimos por el camino del Berrocal, pasando al lado de la charca de La Nava. A los pocos metros abandonamos el camino del Berrocal para dirigirnos hacia el Monasterio del Palancar, dejando a los lados numerosos alcornoques.
Llegamos a la carretera que lleva al monasterio franciscano del Palancar y la seguimos en sentido contrario hasta alcanzar una pista de tierra a mano derecha que es el camino del Cañaveral. Continuamos hasta llegar a la Fuente de los Cucharos.
Continuamos por la pista de tierra y antes de llegar al cerro del Tío Mula nos desviamos a la derecha por un camino que asciende hacia Las Viñas del Pino y al Berrocal.
Pasamos entre vacas que pastan tranquilamente y abrimos una cancela. A partir de aquí se empina el camino. Aparecen unos magníficos ejemplares de alcornoques en los que nos detenemos para fotografiarlos.
Más arriba han desaparecido los árboles, ya que hace poco tiempo un incendio quemó toda esta zona.
Continuamos por el camino viendo a la derecha el embalse de Torrejoncillo, el cerro Chacón y numerosas dehesas.
Pasamos al lado de la Peña del Águila y la de Los Cenizos que pertenecen a la Sierra de Pedroso.
Aparecen los pinares e iniciamos un leve descenso, dejando a la derecha el camino de Arco que nos llevaría a Pedroso de Acim.
Descendemos por el valle del arroyo de Las Rozas a la sombra del pinar para llegar al camino de Portezuelo a Pedroso.
Giramos a la izquierda y vemos las lomas de la sierra del Madroñal repletas de jara en flor, lo que hace el paseo muy agradable.
El camino da una vuelta enorme para salvar el valle de uno de los afluentes del arroyo del Clérigo. En la ladera se ven muchos madroños.
Más adelante la vegetación cambia, apareciendo encinas y alcornoques.
Se pasa por una cancela y descendemos hacia el arroyo de Valdecocos.
Desde aquí hay una fuerte subida dejando a la derecha Huerta Quemada.
La jara está en esta primavera preciosa, con sus flores blancas de cinco pétalos acompañándonos en la subida.
Un cartel nos anuncia que a pocos metros se encuentra el molino del Tío Fabián.
Nos adentramos en las ruinas del molino que nos han parecido muy abandonadas y peligroso el paseo dentro de las construcciones, pues la hierba estaba crecida y te impedía ver donde pisabas.
Recorrimos las estancias y visitamos en lo alto el muro de la presa que movía el molino, que recibía las aguas del arroyo del Prado. Estaba repleta de zarzales, por lo que era peligroso encaramarse a los muros.
Una vez que recorrimos las ruinas del molino y vimos el cerro del Castillejo a la derecha y los cerros de los Acebuches y de los Amontonados en dirección de Portezuelo, volvimos sobre nuestros pasos por el camino de Portezuelo a Pedroso.
Al llegar a las inmediaciones del arroyo del Clérigo vimos dos charcas en las que se oía el croar de numerosas ranas, lo que nos llamó la atención.
Pasamos por el arroyo de Las Rozas dejando a la derecha el Pilón del Tejar y a la izquierda el valle del Bonal.
Empiezan a aparecer huertas y olivos, señal de que nos vamos acercando a Pedroso de Acim.
Pasamos por los Canchos del Machurro, adentrándonos en Pedroso y finalizando el recorrido en el bar de la piscina, donde nos sirvieron una buena comida para recuperarnos de la caminata.
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