Peguerinos - La Naranjera - Abantos - Cruz de Rubens
near Las Damas, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Peguerinos, aldea de recias construcciones de granito, se caracteriza por sus magníficos pinares, sustento económico de su población (madera, leñas, ganadería). El Embalse de la Aceña, las instalaciones recreativas (campings, albergue, campamento juvenil y áreas recreativas), sus interesantes rutas a pie y una sobresaliente biodiversidad invitan a conocer y valorar este precioso rincón del Sistema Central.
En los pinares de Peguerinos se descubrió para la ciencia la mariposa isabelina (Graellsia Isabellae), uno de los insectos más emblemáticos de la fauna europea. Su descubridor fue el entomólogo Mariano de la Paz Graells, en 1848, durante un paseo por estos pinares junto con su perro "Curicus"; quien, al nombrarla, quiso homenajear a la entonces reina de España, Isabel II.
En nuestro caminar del día de hoy por estos pinares podremos descubrir oculto entre los pinos a algún corzo o jabalí o nos podrá sobrevolar algún ejemplar de águila Imperial Ibérica, Buitre Negro o Cigüeña Negra (especies protegidas de cuya conservación todos somos responsables). También podremos encontrar, sobresaliendo del suelo, algún Boletus edulis o Níscalo.
Se trata de una ruta de miradores que se inicia en los pinares de Peguerinos para subir hasta el refugio de La Naranjera (1.601 m) y su mirador al valle de Cuelgamuros y la Cruz de los Caídos. Se sigue hasta el pico Abantos (1.747 m), que también se muestra como una magnífica balconada, en este caso a las dehesas de la presierra y monasterio de El Escorial, para descender hasta la cruz de Rubens, otra terraza a 1.605 m, con mejor vista aún del monasterio y las montañas gemelas de Las Machotas.
Viniendo en coche desde el pueblo de Peguerinos (Ávila) por la carretera que lleva al albergue forestal Casa de la Cueva y el puerto de Malagón, aparcamos en el parking de Fuente de las Negras, punto de inicio de nuestra ruta, desde donde retrocedemos en sentido contrario al tomado en coche hasta el Albergue de la Cueva para coger, a mano derecha y en apenas 300 m, una senda casi paralela, aunque poco definida, al camino de las Navacuelas. Se trata de un sendero que nos conduce entre pinos hasta las peñas que, en forma de hilera, alcanzan, con una extensión de 1,5 kilómetros, el refugio abandonado de La Naranjera. Todo se hace caminando, sin necesidad de trepadas y con escasa exigencia física.
Al llegar al entorno del refugio de La Naranjera nos asomamos al mirador del valle de Cuelgamuros, al que se accede por un hueco abierto en el murete que delimita las provincias de Ávila (por donde venimos) y Madrid. Desde el oteadero, vistas del monasterio y cruz de los Caídos. Regresamos a nuestro camino y a escasos 100 metros se halla el refugio, en un lamentable estado de abandono.
A partir de aquí, enfilamos en sentido sur el GR-10 que nos conduce hasta el monte Abantos. Superamos la pronunciada pero breve cuesta que nos deja en el cerro de San Juan, con geodésico y vistas lejanas al norte de las principales cumbres de la sierra de Guadarrama (Peñalara, La Mujer Muerta o la Cuerda Larga).
De aquí al Pico de Abantos solo nos separa 2,1 km, otra balconada estupenda, en este caso a las dehesas que anteceden a la sierra. Y casi siempre con gente. Tras la pertinente parada, descendemos al cordal de Abantos por el GR-10, donde prosiguen las panorámicas, hasta desembocar en la pista que lleva al puerto de Malagón, que cogemos a derecha.
Caminamos 200 metros por la pista y la dejamos para descender a izquierda (apenas 50 metros) al hermoso lugar donde brota la fuente del Cervunal. Tras echar un trago, volvemos a la pista, que ya no dejaremos hasta dar con la carretera que une el puerto de Malagón con el pueblo de Peguerinos.
Pero antes nos acercamos a la cruz de Rubens, asomada al precipicio del barranco del arroyo del Romeral. Dice la tradición que desde esta azotea natural pintó el artista flamenco su vista de El Escorial en 1629. Rubens, que también trabajaba como diplomático, permaneció en Madrid nueve meses, donde trató de convencer a Felipe IV para que firmara la paz con Inglaterra y acabar con la guerra de los 80 años (1588-1648). Su visita al monasterio de El Escorial, con excursión incluida a las alturas serranas escurialenses, se cree que fue su única salida de la capital.
Retornamos a la pista, pasando por el hermoso arroyo del Tobar, hasta alcanzar la carretera que une el puerto de Malagón (Madrid) y Peguerinos (Ávila), a través de una barrera que impide el tránsito de vehículos entre ambos puntos. La seguimos en sentido Peguerinos y ya no la dejaremos hasta concluir nuestro itinerario.
Índice IBP de la ruta
En los pinares de Peguerinos se descubrió para la ciencia la mariposa isabelina (Graellsia Isabellae), uno de los insectos más emblemáticos de la fauna europea. Su descubridor fue el entomólogo Mariano de la Paz Graells, en 1848, durante un paseo por estos pinares junto con su perro "Curicus"; quien, al nombrarla, quiso homenajear a la entonces reina de España, Isabel II.
En nuestro caminar del día de hoy por estos pinares podremos descubrir oculto entre los pinos a algún corzo o jabalí o nos podrá sobrevolar algún ejemplar de águila Imperial Ibérica, Buitre Negro o Cigüeña Negra (especies protegidas de cuya conservación todos somos responsables). También podremos encontrar, sobresaliendo del suelo, algún Boletus edulis o Níscalo.
Se trata de una ruta de miradores que se inicia en los pinares de Peguerinos para subir hasta el refugio de La Naranjera (1.601 m) y su mirador al valle de Cuelgamuros y la Cruz de los Caídos. Se sigue hasta el pico Abantos (1.747 m), que también se muestra como una magnífica balconada, en este caso a las dehesas de la presierra y monasterio de El Escorial, para descender hasta la cruz de Rubens, otra terraza a 1.605 m, con mejor vista aún del monasterio y las montañas gemelas de Las Machotas.
Viniendo en coche desde el pueblo de Peguerinos (Ávila) por la carretera que lleva al albergue forestal Casa de la Cueva y el puerto de Malagón, aparcamos en el parking de Fuente de las Negras, punto de inicio de nuestra ruta, desde donde retrocedemos en sentido contrario al tomado en coche hasta el Albergue de la Cueva para coger, a mano derecha y en apenas 300 m, una senda casi paralela, aunque poco definida, al camino de las Navacuelas. Se trata de un sendero que nos conduce entre pinos hasta las peñas que, en forma de hilera, alcanzan, con una extensión de 1,5 kilómetros, el refugio abandonado de La Naranjera. Todo se hace caminando, sin necesidad de trepadas y con escasa exigencia física.
Al llegar al entorno del refugio de La Naranjera nos asomamos al mirador del valle de Cuelgamuros, al que se accede por un hueco abierto en el murete que delimita las provincias de Ávila (por donde venimos) y Madrid. Desde el oteadero, vistas del monasterio y cruz de los Caídos. Regresamos a nuestro camino y a escasos 100 metros se halla el refugio, en un lamentable estado de abandono.
A partir de aquí, enfilamos en sentido sur el GR-10 que nos conduce hasta el monte Abantos. Superamos la pronunciada pero breve cuesta que nos deja en el cerro de San Juan, con geodésico y vistas lejanas al norte de las principales cumbres de la sierra de Guadarrama (Peñalara, La Mujer Muerta o la Cuerda Larga).
De aquí al Pico de Abantos solo nos separa 2,1 km, otra balconada estupenda, en este caso a las dehesas que anteceden a la sierra. Y casi siempre con gente. Tras la pertinente parada, descendemos al cordal de Abantos por el GR-10, donde prosiguen las panorámicas, hasta desembocar en la pista que lleva al puerto de Malagón, que cogemos a derecha.
Caminamos 200 metros por la pista y la dejamos para descender a izquierda (apenas 50 metros) al hermoso lugar donde brota la fuente del Cervunal. Tras echar un trago, volvemos a la pista, que ya no dejaremos hasta dar con la carretera que une el puerto de Malagón con el pueblo de Peguerinos.
Pero antes nos acercamos a la cruz de Rubens, asomada al precipicio del barranco del arroyo del Romeral. Dice la tradición que desde esta azotea natural pintó el artista flamenco su vista de El Escorial en 1629. Rubens, que también trabajaba como diplomático, permaneció en Madrid nueve meses, donde trató de convencer a Felipe IV para que firmara la paz con Inglaterra y acabar con la guerra de los 80 años (1588-1648). Su visita al monasterio de El Escorial, con excursión incluida a las alturas serranas escurialenses, se cree que fue su única salida de la capital.
Retornamos a la pista, pasando por el hermoso arroyo del Tobar, hasta alcanzar la carretera que une el puerto de Malagón (Madrid) y Peguerinos (Ávila), a través de una barrera que impide el tránsito de vehículos entre ambos puntos. La seguimos en sentido Peguerinos y ya no la dejaremos hasta concluir nuestro itinerario.
Índice IBP de la ruta
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