Peguerinos - La Naranjera - Abantos - Cruz de Rubens - Mariposa Isabelina
near Las Damas, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Pinares de Peguerinos-mirador y refugio La Naranjera-monte Abantos-Cruz de Rubens-Mariposa Isabelina:
Una ruta de miradores y campas, que se inicia en los pinares de Peguerinos para subir hasta el refugio de La Naranjera (1.601 m) y su mirador al valle de Cuelgamuros y la Cruz de los Caídos. Se sigue hasta el pico Abantos (1.753 m), que también se muestra como una magnífica balconada, en este caso a las dehesas de la presierra y monasterio de El Escorial, para descender hasta la cruz de Rubens, otra terraza a 1.620 m, con mejor vista aún del monasterio y las montañas gemelas Las Machotas.
Se finaliza en la roca monumento a la mariposa Isabelina, descubierta por el naturalista Mariano Paz de Graells en 1848 en el entorno de Peguerinos, que le puso el nombre en honor a la reina Isabel II.
Caminata sin complicaciones técnicas y fácil de realizar. Se sigue una ruta publicada por 'Chasquera', aunque con un par de pequeñas variaciones.
Viniendo en coche desde el pueblo de Peguerinos (Ávila) por la carretera que lleva al albergue forestal Casa de la Cueva y el puerto de Malagón, aparcamos junto a la barrera donde empieza el llamado camino de las Navacuelas, que lleva al campamento de Peñas Blancas y es también Cañada Real Leonesa. Se trata de un punto señalizado por dos carteles bien visibles, que informan del lugar y distancias (800 metros por la carretera al mencionado albergue y 2.200 metros por la cañada al campamento).
La visita a la roca monumento de la mariposa Isabelina, cuyo aparcamiento hemos pasado 400 metros atrás en la misma carretera, la dejaremos para el final de la etapa.
EMPEZAMOS LA MARCHA
Empezamos a caminar por la carretera en la misma dirección que traíamos, hacia el albergue Casa de la Cueva, al que no llegaremos. Recorridos unos 500 metros, abandonamos a izquierda el asfalto (bandera 2 en el mapa), buscando el sendero que nos conduzca entre pinos hasta las peñas que, en forma de hilera, alcanzan, con una extensión de 1,5 kilómetros, el refugio abandonado de La Naranjera. El cresterío se yergue a espaldas del albergue Casa de la Cueva. Primero lo recorremos por su vertiene sur para luego encontrar un paso que lo atraviese y nos sitúe en su ladera norte. Sin complicación técnica alguna. Todo se hace caminando, sin necesidad de trepadas y con escasa exigencia física.
Eso sí, al principio, desde la carretera, el senderillo es casi inapreciable, por lo que primero nos guía la intuición hasta dar con su rastro, que a veces se difumina. La senda viene indicada en los 'Mapas sin conexión' de Wikiloc, pero no en la cartografía del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Si se ha descargado la ruta, no habrá problema en orientarse.
LA PRIMERA GRAN PANORÁMICA
Según empezamos a subir el esquivo sendero nos encontramos con una gran roca que en su base tiene un hueco refugio (bandera 3). La bordeamos por su izquierda, para subir luego por un mini desfiladero (bandera 4), con un pino incrustado en su parte central. Tras superarlo rápidamente, nos asomamos a la primera gran panorámica de la ruta (banderas 5 y 6): contemplamos la cara sur del hilo rocoso que se eleva sobre la hermosísima pradera que se abre en la zona de la fuente de las Negras (a la vuelta pasaremos por ella: bandera 30). Estas peñas (cuyo nombre desconocemos), se extienden, ya dijimos, desde la carretera donde estacionamos hasta el refugio de La Naranjera.
El tránsito discurre ahora pisando hierba, pues nos encontramos en una especie de terraza, a media altura entre la cumbres más altas del risco (a nuestra izquierda y cuyo punto álgido se sitúa en 1.634 m) y la campa (derecha y abajo). Seguimos avanzando, sin perder altura, gozando de las sublimes vistas.
CAMBIO DE LADERA
El senderillo nos lleva a un pequeño 'paso de montaña' (bandera 7 y 1,5 km de marcha), que nos hace cambiar de ladera, accediendo a la vertiente norte. Insistimos que, a pesar de la semántica, no hay ninguna dificultad técnica en la caminata: todo es andar. El sendero, definitivamente ya evidente y anchote (a partir de aquí sí viene señalizado también en el mapa del IGN), nos guía ahora por el flanco norte (izquierdo) de la pequeña cadena montañosa. De vez en cuando, disfrutamos, a nuestra izquierda, de la inmensidad arborea de los pinares de Peguerinos y sus cumbres adyacentes, como Cueva Valiente (1.903 m).
MIRADOR DE CUELGAMUROS
Atravesamos parajes con rocas singulares, de formas variopintas (banderas 8 y 9), y tras 50-55 minutos de caminata llegamos al entorno del refugio de La Naranjera. Antes de visitarlo, nos asomamos al mirador del valle de Cuelgamuros (bandera 10), al que se accede por un hueco abierto en el murete que delimita las provincias de Ávila (por donde venimos) y Madrid. Desde el oteadero, vistas del monasterio y cruz de los Caídos. Regresamos a nuestro camino y a escasos 100 metros se halla el refugio (bandera 11), en un lamentable estado de abandono.
A partir de aquí, enfilamos en sentido sur el GR-10 (sendero de gran recorrido), que nos conduce hasta el monte Abantos. Como a unos 300-400 metros de La Naranjera, un escueto desvío a derecha para subirnos a un peñasco (bandera 12), desde donde se obtienen unas vistas fabulosas de las peñas que hemos dejado atrás y la hermosa pradera de la fuente de las Negras.
CERRO DE SAN JUAN
Al rato negociamos la pronunciada pero breve cuesta (bandera 13) que nos deja en el cerro de San Juan (bandera 14, 1.734 m y 1.47 horas), con geodésico y vistas lejanas al norte de las principales cumbres de la sierra de Guadarrama (Peñalara, La Mujer Muerta o la Cuerda Larga).
El GR-10, con muro siempre a nuestra izquierda, nos lleva hasta la puerta (bandera 15) donde se puede tomar un desvío para visitar un par de pozos de nieve. Como ya los conocemos de otra ruta, seguimos por el GR-10 que, en este punto, exige atravesar una puerta. En la bandera 16, hay una bifurcación. Cogemos el camino de la izquierda: sigue siendo el GR-10.
OTRA BALCONADA Y UN ZORRO
Al rato, una pradera se abre a nuestra derecha (bandera 17). Si nos adentramos en ella, panorámica de los montes más surorientales de la Comunidad de Madrid (cerro de San Benito, La Almenara...). De vuelta al GR, llegamos a otro mirador de Cuelgamuros (bandera 18), reconocible por alzarse sobre unos peñascos a izquierda del camino. Para acceder a él, se salta el muro: el mejor punto, junto a las dos primeras estacas de madera que sobresalen tras las piedras. Se trata de un buen punto para descansar y disfrutar de las vistas.
Mientras contemplo el paisaje sentado en una roca, recibo la visita de un zorro, que se acerca sin temor a olisquear la mochila en busca de comida, mordisqueando su lateral en un par de ocasiones tratando de llevarse una prenda que sobresalía (imagino que pensando podría ser alimento). A pesar de lo dicho, un encuentro completamente amistoso que duró varios minutos.
MONTE ABANTOS
A cuatro pasos del mirador se encuentra el monte Abantos, con su reconocible cruz (1.734 m, bandera 19 y 2.45 horas). Otra balconada estupenda, en este caso a las dehesas que anteceden a la sierra. Y casi siempre con gente. Tras la pertinente parada, descendemos al cordal de Abantos por el GR-10, donde prosiguen las panorámicas (bandera 20), hasta desembocar en la pista (bandera 21) que lleva al puerto de Malagón, que cogemos a derecha.
Caminamos 200 metros por la pista y la dejamos para descender a izquierda (apenas 50 metros) a la campa donde brota la fuente del Cervunal (bandera 22). Tras echar un trago, volvemos a la pista (bandera 23), que ya no dejaremos hasta dar con la carretera que une el puerto de Malagón con el pueblo de Peguerinos.
CRUZ DE RUBENS
Pero antes nos asomaremos a la cruz de Rubens (bandera 25), al final de una bella campa y asomada al precipicio del barranco del arroyo del Romeral. Dice la tradición que desde esta azotea natural pintó el artista flamenco su vista de El Escorial en 1629.
Rubens, que también trabajaba como diplomático, permaneció en Madrid nueve meses, donde trató de convencer a Felipe IV para que firmara la paz con Inglaterra y acabar con la guerra de los 80 años (1588-1648). Su visita al monasterio de El Escorial, con excursión incluida a las alturas serranas escurialenses, se cree que fue su única salida de la capital.
Retornamos a la pista, que muere en la carretera que une el puerto de Malagón (Madrid) y Peguerinos (Ávila), aunque una barrera impide el tránsito de vehículos entre ambos puntos. La seguimos a derecha, sentido Peguerinos (bandera 26). Ya no la dejaremos hasta concluir nuestro itinerario: estamos en el km 10,7 de la etapa y nos quedan otros seis hasta el final. La vía nos hace pasar por el arroyo del Tobar (bandera 27) y la barrera que separa la Comunidad de Madrid de Castilla y León (bandera 28), infranqueable para coches. A nuestra izquierda se despliegan abundantes zonas de campa.
LA MARIPOSA
Luego pasamos, en descenso, por la fuente de las Negras (bandera 30) y el albergue forestal de la Casa de la Cueva (bandera 31). 800 metros más adelante se encuentra la barrera donde aparcamos el coche, que pasamos de largo para llegar al desvío a la roca monumento de la mariposa Isabelina, señalizado con panel informativo (bandera 32). Tras atravesar una campa y recorrer 300 metros, nos encontramos con el gran predusco donde se ha incrustado una escultura libro desplegado sobre el que se posa un ejemplar isabelino.
Ya solo queda regresar sobre nuestros pasos hasta el coche, a unos 600 metros. Y finalizar esta estupenda ruta que nos ha regalado maravillosas panorámicas, además de pinares y praderas.
Una ruta de miradores y campas, que se inicia en los pinares de Peguerinos para subir hasta el refugio de La Naranjera (1.601 m) y su mirador al valle de Cuelgamuros y la Cruz de los Caídos. Se sigue hasta el pico Abantos (1.753 m), que también se muestra como una magnífica balconada, en este caso a las dehesas de la presierra y monasterio de El Escorial, para descender hasta la cruz de Rubens, otra terraza a 1.620 m, con mejor vista aún del monasterio y las montañas gemelas Las Machotas.
Se finaliza en la roca monumento a la mariposa Isabelina, descubierta por el naturalista Mariano Paz de Graells en 1848 en el entorno de Peguerinos, que le puso el nombre en honor a la reina Isabel II.
Caminata sin complicaciones técnicas y fácil de realizar. Se sigue una ruta publicada por 'Chasquera', aunque con un par de pequeñas variaciones.
Viniendo en coche desde el pueblo de Peguerinos (Ávila) por la carretera que lleva al albergue forestal Casa de la Cueva y el puerto de Malagón, aparcamos junto a la barrera donde empieza el llamado camino de las Navacuelas, que lleva al campamento de Peñas Blancas y es también Cañada Real Leonesa. Se trata de un punto señalizado por dos carteles bien visibles, que informan del lugar y distancias (800 metros por la carretera al mencionado albergue y 2.200 metros por la cañada al campamento).
La visita a la roca monumento de la mariposa Isabelina, cuyo aparcamiento hemos pasado 400 metros atrás en la misma carretera, la dejaremos para el final de la etapa.
EMPEZAMOS LA MARCHA
Empezamos a caminar por la carretera en la misma dirección que traíamos, hacia el albergue Casa de la Cueva, al que no llegaremos. Recorridos unos 500 metros, abandonamos a izquierda el asfalto (bandera 2 en el mapa), buscando el sendero que nos conduzca entre pinos hasta las peñas que, en forma de hilera, alcanzan, con una extensión de 1,5 kilómetros, el refugio abandonado de La Naranjera. El cresterío se yergue a espaldas del albergue Casa de la Cueva. Primero lo recorremos por su vertiene sur para luego encontrar un paso que lo atraviese y nos sitúe en su ladera norte. Sin complicación técnica alguna. Todo se hace caminando, sin necesidad de trepadas y con escasa exigencia física.
Eso sí, al principio, desde la carretera, el senderillo es casi inapreciable, por lo que primero nos guía la intuición hasta dar con su rastro, que a veces se difumina. La senda viene indicada en los 'Mapas sin conexión' de Wikiloc, pero no en la cartografía del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Si se ha descargado la ruta, no habrá problema en orientarse.
LA PRIMERA GRAN PANORÁMICA
Según empezamos a subir el esquivo sendero nos encontramos con una gran roca que en su base tiene un hueco refugio (bandera 3). La bordeamos por su izquierda, para subir luego por un mini desfiladero (bandera 4), con un pino incrustado en su parte central. Tras superarlo rápidamente, nos asomamos a la primera gran panorámica de la ruta (banderas 5 y 6): contemplamos la cara sur del hilo rocoso que se eleva sobre la hermosísima pradera que se abre en la zona de la fuente de las Negras (a la vuelta pasaremos por ella: bandera 30). Estas peñas (cuyo nombre desconocemos), se extienden, ya dijimos, desde la carretera donde estacionamos hasta el refugio de La Naranjera.
El tránsito discurre ahora pisando hierba, pues nos encontramos en una especie de terraza, a media altura entre la cumbres más altas del risco (a nuestra izquierda y cuyo punto álgido se sitúa en 1.634 m) y la campa (derecha y abajo). Seguimos avanzando, sin perder altura, gozando de las sublimes vistas.
CAMBIO DE LADERA
El senderillo nos lleva a un pequeño 'paso de montaña' (bandera 7 y 1,5 km de marcha), que nos hace cambiar de ladera, accediendo a la vertiente norte. Insistimos que, a pesar de la semántica, no hay ninguna dificultad técnica en la caminata: todo es andar. El sendero, definitivamente ya evidente y anchote (a partir de aquí sí viene señalizado también en el mapa del IGN), nos guía ahora por el flanco norte (izquierdo) de la pequeña cadena montañosa. De vez en cuando, disfrutamos, a nuestra izquierda, de la inmensidad arborea de los pinares de Peguerinos y sus cumbres adyacentes, como Cueva Valiente (1.903 m).
MIRADOR DE CUELGAMUROS
Atravesamos parajes con rocas singulares, de formas variopintas (banderas 8 y 9), y tras 50-55 minutos de caminata llegamos al entorno del refugio de La Naranjera. Antes de visitarlo, nos asomamos al mirador del valle de Cuelgamuros (bandera 10), al que se accede por un hueco abierto en el murete que delimita las provincias de Ávila (por donde venimos) y Madrid. Desde el oteadero, vistas del monasterio y cruz de los Caídos. Regresamos a nuestro camino y a escasos 100 metros se halla el refugio (bandera 11), en un lamentable estado de abandono.
A partir de aquí, enfilamos en sentido sur el GR-10 (sendero de gran recorrido), que nos conduce hasta el monte Abantos. Como a unos 300-400 metros de La Naranjera, un escueto desvío a derecha para subirnos a un peñasco (bandera 12), desde donde se obtienen unas vistas fabulosas de las peñas que hemos dejado atrás y la hermosa pradera de la fuente de las Negras.
CERRO DE SAN JUAN
Al rato negociamos la pronunciada pero breve cuesta (bandera 13) que nos deja en el cerro de San Juan (bandera 14, 1.734 m y 1.47 horas), con geodésico y vistas lejanas al norte de las principales cumbres de la sierra de Guadarrama (Peñalara, La Mujer Muerta o la Cuerda Larga).
El GR-10, con muro siempre a nuestra izquierda, nos lleva hasta la puerta (bandera 15) donde se puede tomar un desvío para visitar un par de pozos de nieve. Como ya los conocemos de otra ruta, seguimos por el GR-10 que, en este punto, exige atravesar una puerta. En la bandera 16, hay una bifurcación. Cogemos el camino de la izquierda: sigue siendo el GR-10.
OTRA BALCONADA Y UN ZORRO
Al rato, una pradera se abre a nuestra derecha (bandera 17). Si nos adentramos en ella, panorámica de los montes más surorientales de la Comunidad de Madrid (cerro de San Benito, La Almenara...). De vuelta al GR, llegamos a otro mirador de Cuelgamuros (bandera 18), reconocible por alzarse sobre unos peñascos a izquierda del camino. Para acceder a él, se salta el muro: el mejor punto, junto a las dos primeras estacas de madera que sobresalen tras las piedras. Se trata de un buen punto para descansar y disfrutar de las vistas.
Mientras contemplo el paisaje sentado en una roca, recibo la visita de un zorro, que se acerca sin temor a olisquear la mochila en busca de comida, mordisqueando su lateral en un par de ocasiones tratando de llevarse una prenda que sobresalía (imagino que pensando podría ser alimento). A pesar de lo dicho, un encuentro completamente amistoso que duró varios minutos.
MONTE ABANTOS
A cuatro pasos del mirador se encuentra el monte Abantos, con su reconocible cruz (1.734 m, bandera 19 y 2.45 horas). Otra balconada estupenda, en este caso a las dehesas que anteceden a la sierra. Y casi siempre con gente. Tras la pertinente parada, descendemos al cordal de Abantos por el GR-10, donde prosiguen las panorámicas (bandera 20), hasta desembocar en la pista (bandera 21) que lleva al puerto de Malagón, que cogemos a derecha.
Caminamos 200 metros por la pista y la dejamos para descender a izquierda (apenas 50 metros) a la campa donde brota la fuente del Cervunal (bandera 22). Tras echar un trago, volvemos a la pista (bandera 23), que ya no dejaremos hasta dar con la carretera que une el puerto de Malagón con el pueblo de Peguerinos.
CRUZ DE RUBENS
Pero antes nos asomaremos a la cruz de Rubens (bandera 25), al final de una bella campa y asomada al precipicio del barranco del arroyo del Romeral. Dice la tradición que desde esta azotea natural pintó el artista flamenco su vista de El Escorial en 1629.
Rubens, que también trabajaba como diplomático, permaneció en Madrid nueve meses, donde trató de convencer a Felipe IV para que firmara la paz con Inglaterra y acabar con la guerra de los 80 años (1588-1648). Su visita al monasterio de El Escorial, con excursión incluida a las alturas serranas escurialenses, se cree que fue su única salida de la capital.
Retornamos a la pista, que muere en la carretera que une el puerto de Malagón (Madrid) y Peguerinos (Ávila), aunque una barrera impide el tránsito de vehículos entre ambos puntos. La seguimos a derecha, sentido Peguerinos (bandera 26). Ya no la dejaremos hasta concluir nuestro itinerario: estamos en el km 10,7 de la etapa y nos quedan otros seis hasta el final. La vía nos hace pasar por el arroyo del Tobar (bandera 27) y la barrera que separa la Comunidad de Madrid de Castilla y León (bandera 28), infranqueable para coches. A nuestra izquierda se despliegan abundantes zonas de campa.
LA MARIPOSA
Luego pasamos, en descenso, por la fuente de las Negras (bandera 30) y el albergue forestal de la Casa de la Cueva (bandera 31). 800 metros más adelante se encuentra la barrera donde aparcamos el coche, que pasamos de largo para llegar al desvío a la roca monumento de la mariposa Isabelina, señalizado con panel informativo (bandera 32). Tras atravesar una campa y recorrer 300 metros, nos encontramos con el gran predusco donde se ha incrustado una escultura libro desplegado sobre el que se posa un ejemplar isabelino.
Ya solo queda regresar sobre nuestros pasos hasta el coche, a unos 600 metros. Y finalizar esta estupenda ruta que nos ha regalado maravillosas panorámicas, además de pinares y praderas.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Magnifica ruta, nosotros la acortamos de vuelta para quitarnos algo de carretera y cogimos un pequeño sendero que sale justo a la izquierda de la curva, desde aquí se va cogiendo
sendita tras sendita, preciosas con los helechos y va a dar a un camino mas ancho que sube del embalse de la Aceña y que va a dar justo a la Casa de la Cueva.
Gracias por compartir