Peña Amaya (1.377 m)

ℹ️ INFORMACIÓN

Amaya es uno de los baluartes de la antigua Cantabria, elevándose sobre la magnífica llanura burgalesa. Esta enorme atalaya, de 1377 metros de altitud, ha sido habitada desde la prehistoria. Es a partir de este punto donde Amaya comienza a tener una fama notable, convirtiéndose en uno de los principales castros cántabros en la Edad del Hierro.
Así lo reflejan las evidencias arqueológicas halladas.
Así mismo, Amaya fue un bastión estratégico que dominaba el ascenso de la meseta a territorio cántabro, el cual fue conquistado por los romanos en el transcurso de las guerras cántabras, dando lugar así a la ciudad de Amaya Patricia.


📍 ITINERARIO DE RUTA

El pueblo de Amaya será el punto de partida de nuestra ruta. Se llega por Villadiego, desde donde hay que tomar la carretera que lleva a Sotresgudo y Amaya. Una vez en el pueblo, tomaremos una senda de piedra que sale del mismo casco urbano del pueblo y que bordea la montaña por su flanco sur, el cual nos dejará en una especie de aparcamiento situado justamente en la entrada por la parte SO, donde podremos estacionar nuestro vehículo.
Para dar inicio a la ruta accederemos a la planicie inferior de la Peña a través de un sendero, el cual nos dará acceso a la entrada del casco fortificado, del cual no se conoce la fecha de su construcción, aunque se puede deducir su longeva antigüedad.
Una vez en el llano, se pueden vislumbrar restos de antiguas edificaciones, deduciendo sus perfectas alineaciones de viviendas, pertenecientes a un antiguo poblado, primero prerromano y luego medieval.
A lo lejos se pueden divisar con facilidad las dos muelas rocosas que componen Peña Amaya. Existen varias rutas alternativas para ascender a lo más alto de la Peña. Nosotros decidimos bordear la gran pared de roca por su lado derecho, siguiendo un sendero pisado en todo momento, hasta llegar a un alambrado.
Ascenderemos de manera paralela al alambrado y cruzaremos por uno de sus huecos, hasta llegar al canal de subida que posee dos bifurcaciones. En nuestro caso tomamos el camino de la izquierda, aunque el de la derecha también es viable para ascender. En este punto, se tendrá que echar mano para poder hacer una pequeña trepada hacia la meseta de la Peña.
Una vez superada esta canal, nos encontraremos en una gran explanada hacia cuya derecha podremos divisar el vértice geodésico que marca la cima de nuestro objetivo.
Tras alcanzar la cima y disfrutar de las maravillosas vistas que nos regala el geoparque de las Loras, emprenderemos el camino de regreso, de manera paralela a la pared norte de la Peña, dejando a la izquierda la mencionada explanada.
Tras un trecho, llegaremos a unos hitos que nos indicarán el giro a tomar a la derecha para poder encontrar la canal de bajada.
Esta canal es más larga aunque con menos pendiente que la anterior de subida, aunque sí es más pedregosa.
Una vez abajo seguiremos caminando en la misma dirección que teníamos arriba, es decir, dejando en este caso la pared de roca a nuestra izquierda.
De este modo llegaremos hasta el peñón del castillo, en cuya base se encuentra la llamada cueva de los muertos.
Tras una que visita a la cueva procederemos a ascender por la pendiente que se encuentra justo antes de la entrada a la misma y en cuya cima veremoss una bifurcación que nos conducirá restos del castillo que da su nombre a la peña.
Tras visitarlo retrocederemos sobre nuestros pasos para volver a la bifurcación, y en este caso seguiremos el camino para acabar descendiendo por el otro lado del peñón.
Una vez en la base del mismo estaremos situados en el mismo punto que veíamos al comienzo de la ruta de manera que podemos proseguir sin pérdida para volver al aparcamiento.