PEÑA AMAYA 1370m-PEÑA EL CASTILLO 1309m-CASTRO DE PEÑA AMAYA-CUEVA DEL CASTILLO:Montaña e historia desde el pueblo de Amaya .

PEÑA AMAYA 1370 Metros - PEÑA EL CASTILLO 1309 Metros - CASTRO DE PEÑA AMAYA -CUEVA DEL CASTILLO : Montaña , geología e historia desde el pueblo de Amaya .

Llegamos al pueblo de Amaya de mañana muy pronto. Nada más salir del coche nos sorprende el viento que hace en el pueblo. Hace 19 grados , pero el viento fresco baja la temperatura hasta hacerla fresca . Llevamos ya un par de años o tres para venir a visitar esta montaña . No teníamos buenas referencias de la montaña, pero la verdad es que nada más llegar al pueblo te sorprende.
Una enorme meseta rocosa plana en mitad de los famosos campos de Castilla. Su valor estratégico se intuye desde el primer momento. Una gigantesca atalaya para divisar y protegerte del enemigo. Es fácil darte cuenta del porqué de su importancia en la antigüedad. Aparcamos abajo del pueblo y lo atravesamos hasta la iglesia del pueblo. La curioseamos un poco y enlazamos con la pista de subida a la peña. Vamos rodeando la primera pared rocosa de la Peña Amaya .Llegamos a su esquina y subimos por un sendero con panel informativo que nos mete de lleno en el primer nivel de la montaña. Entramos por una especie de trinchera excavada en la roca , seguro que de ascendencia romana .
La zona es espectacular . Estamos en una planicie herbosa y nos damos cuenta que la montaña tiene otro nivel encima. Enormes paredes rocosas guardan este nivel. Nos acercamos a la caseta de información y disfrutamos de las vistas impresionantes de la zona. Al lado hay un panel informativo sobre la geología de la zona que leemos con atención.
Nos dirigimos a otro panel informativo que nos indica que estamos frente a las ruinas de una aldea catastral . Cada montón de rocas es una cabaña en esa aldea . No hay demasiadas , o quizás no se conservan demasiadas. Continuamos de frente por el pisado sendero en el segundo nivel de la montaña .
Curioseamos otra aldea castral y sobre todo es interesante aljibe árabe y su canal desde el arroyo Hongarrera . Seguimos ese canal hasta el arroyo y lo cruzamos siguiendo el sendero. La zona es llana y nos fijamos que hay gran cantidad de bloques erráticos desgajados de las paredes rocosas de la montaña .
Rodeamos la montaña casi hasta el final y torcemos hacia arriba pegados a una alambrada . La cruzamos fácilmente y comenzamos la subida por un canal entre las rocas que nos lleva a la parte alta de Peña Amaya. Subida cortita , bonita y un poco dura.
Estamos en la parte superior y último nivel de Peña Amaya . Contemplamos una enorme extensión llana . Herbosa, pero con bastante piedra que hace que sea incomoda transitarla. Al fondo destaca el vértice geodésico de la cima.
Llegamos directos a la cima y el vértice y nos fijamos que el buzón está roto y el vértice también . Es una pena de cima para una montaña tan histórica y emblemática. Disfrutamos de las amplias vistas de la cumbre y la dejamos caminando al lado de su borde hacia adelante. Recorremos la enorme meseta herbosa hasta llegar a unos hitos que nos indican la bajada de la montaña .
La bajada es un sendero muy pedregoso y zigzagueante que tiene el peligro de hacer que te pegues alguna culada. Con cuidado llegamos a la parte baja del canal y pegados a la pared rocosa , seguimos un precioso sendero que nos acerca a Peña Castillo . Este sendero es la parte más hermosa de la ruta.
Entramos en un corte de la montaña que separa Peña Amaya y Peña Castillo. Estamos justo encima del arroyo Hongarrera. Hay una especie de buzón de un grupo de montaña que aprovechamos para hacernos unas fotos.
Entramos en la cercana cueva del Castillo y aunque es pequeña tiene una panorámica de la montaña que fascina .Sesión de fotos y hacia la parte de arriba del macizo rocoso. Lo coronamos . Estamos en Peña Castillo de 1.309 metros. Un montón de rocas marca el lugar .Vistas maravillosas de la zona , nos recreamos en ellas mientras nos acercamos a otro panel informativo . Lo leemos y nos cuenta que un castillo ocupaba la zona. Las ruinas aún se distinguen fácilmente.
Alucinamos con la construcción de un castillo en dicho sitio . Esa gente era de otro planeta , colosos antiguos que asombran por sus logros.
Bajamos la montaña hasta la cabaña de madera y bajamos por un canal de piedra que nos baja hasta la pista principal por trochas de ganado. Bonita bajada disfrutando de los alrededores del pueblo de Amaya . Solo nos queda volver al coche y dar por concluida la ruta .
Ruta muy , muy sencilla física y técnicamente. Solo tiene una pequeña subida dura y una bajada que hay que hacer con tranquilidad y paciencia. Una maravillosa montaña por su historia y sus espectaculares vistas. Si no la conoces te la recomiendo.

PEÑA AMAYA : UN COLOSO EN EL HORIZONTE
En una vigilante y espectacular atalaya de más de mil metros de altura, elevados a 400 metros sobre los campos de cereal de la meseta castellana, emergen los restos arqueológicos de uno de los lugares con más historia de Castilla y León. La Peña Amaya cuelga sobre un macizo calcáreo deforestado por encima de lo que fue en tiempos pretéritos un castro cántabro. Los romanos, con el propio emperador Octavio Augusto al frente de las tropas de asedio, conquistaron la imponente fortaleza en el año 26 a.C., durante el transcurso de las Guerras Cántabras. Fundaron la ciudad de Amaya Patricia.

La Peña Amaya y la Edad de Hierro
Habitada desde la Prehistoria, la presencia humana en la Peña Amaya comenzó a destacar a finales de la Edad del Bronce (siglo X a.C.), para convertirse durante plena Edad del Hierro en uno de los principales castros del territorio cántabro.
En el año 574, el rey visigodo Leovigildo asaltó las murallas como parte de un plan para acabar con el reino suevo de Galicia. En un relieve del relicario de marfil de San Millán de la Cogolla (La Rioja), del siglo XI, se representa a Leovigildo castigando a los habitantes de Amaia, y en él figura la inscripción Ubi Leovigildus rex Cantabros afficit (En donde el rey Leovigildo castigó a los cántabros). Durante el reinado de Ervigio, la ciudad se constituyó en una de las principales plazas del ducado de Cantabria y en fortaleza contra las incursiones de grupos de cántabros y vascones no sometidos.

Amaya se transformó, durante el dominio árabe de la península, en refugio de muchas familias huidas del sur y en frontera de la Reconquista cristiana. Pero en el año 734, el caudillo Tarik la arrasó y a partir del siglo XII se despobló. En el año 860, el conde de Castilla Rodrigo, por mandato del rey asturiano Ordoño I, repobló la urbe ya bajo dominio castellano.

Amaya se convirtió de esta manera en otra fortaleza del frente asturiano. No obstante, aun en el año 989, las huestes de Hisham II pusieron cerco y arrasaron de nuevo la población en lo que fue la última batalla librada bajo sus murallas.
Bajo el reinado de Ramiro II se completó la repoblación de la ciudad, aunque el sucesivo traslado de las fronteras cristianas cada vez más hacia el sur motivó que las gentes que la habitaban fueran abandonándola para asentarse de forma definitiva en los valles inmediatos.

Parece ser que Amaya se trasladó a la llanura en torno al siglo XII, aunque el castillo estuvo en uso al menos hasta el siglo XIV. Amaya fue también camino de peregrinación; Sancho Garcés III de Pamplona trazó en el año 1034 una ruta del Camino de Santiago por Briviesca, Amaya y Astorga a través de la comarca de El Bierzo.
Desde la carretera de Villadiego, cerca del pueblo burgalés de Amaya, sobresale un cerro que antaño se valió de su estratégica situación como vigía y puerta de acceso para cualquiera que quisiera internarse en la cordillera cantábrica, en la Hispania prerromana.

De su pasado notable, ahora tan solo permanecen ruinas casi inapreciables de aquella recia e inexpugnable fortaleza: la trinchera de acceso al castro, posiblemente de época prerromana, restos del poblado medieval, así como de la muralla prerromana. Apenas nada de la memoria de gloria que alcanzó siglos atrás.