Peña Amaya: 1371m y Peña el Castillo: 1309m desde Amaya
near Amaya, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
La Peña Amaya está enmarcada en el Geoparque de las Loras, declarado patrimonio natural y cultural por la UNESCO. Más información en: https://geoparques.es/portfolio_page/las-loras/
Desde un punto de vista Geológico, la Peña Amaya es un magnífico ejemplo de sinclinal colgado, separado por lo que ahora es el valle de Valdeamaya (Combe) de otro sinclinal colgado; la Peña Castro. Son relieves invertidos, es decir, zonas en origen deprimidas, convertidas ahora en destacadas montañas. Para entender este proceso hay que retroceder 35 millones de años en el tiempo, cuando se produce la Orogenia Alpina, la cual sigue actuando hoy en día, durante la cual chocaron la placas Africana con la Euroasiática. En dicha época toda la zona era un relieve plano de rocas calizas y dolomías que fue sometido a inmensas fuerzas originándose fracturas y plegamientos de tipo anticlinal y sinclinal. Las cimas de los anticlinales, que por efecto del plegamiento se fracturaron y presentan fisuras, quedaron más expuestas al efecto erosivo principalmente del agua, que iba disolviendo el estrato calizo superior, quedando así desnudo el material inferior más blando formado por margas y areniscas, que se desgastan rápidamente. De esta manera las zonas altas acaban erosionadas quedando ahora debajo de los antiguos valles, que resaltan aislados (Peña Amaya) del resto del relieve que en inicio estaban unidos.
Comenzamos el ascenso a esta emblemática peña desde la iglesia de Villa de Amaya, en cuya entrada hay una curiosa fuente obra del escultor Burgalés Carlos Salazar Gutiérrez "Salaguti". Salimos a una pista que nos conduce a un parking, donde realmente comienza la senda. Ascendemos suavemente hasta un altiplano, desde donde dejamos a nuestra derecha una caseta de madera completamente nueva del guarda, que según nos han informado los oriundos del lugar, siempre ha habido en esta peña. Seguimos el ascenso y a escasos metros nos topamos con los restos de lo fue en su día el Castro de Peña Amaya, una aldea de al menos el siglo IX según excavaciones realizadas durante los años 2000 a 2002. Continuamos nuestro ascenso hasta la primera cima, la peña el Castillo. El Castillo de Peña Amaya se localiza sobre un destacado cerro amesetado, del que sólo quedan vestigios. Ascendiendo a la cumbre del castillo, encontraremos los restos de la fortaleza. Habitada desde la Prehistoria, la presencia humana en la Peña Amaya comenzó a destacar a finales de la Edad del Bronce (siglo X a.C.), para convertirse durante plena Edad del Hierro en uno de los principales castros del territorio cántabro. La cota más alta de este cerro está señalada con un hito, donde encontramos agrupaciones de la especie de mariquita de siete puntos (Coccinella septempunctata). Descendemos por un cortado hasta alcanzar de nuevo la senda y nos encontramos en un collado o brecha que separa la peña de el Castillo de la muela o meseta de Amaya; a través del mismo pasamos y decidimos continuar por la la vertiente sur. Caminamos por una cómoda senda bajo la visera de la meseta, llegando a una alambrada que saltamos y comenzamos un ascenso sin dificultad por un cortado que termina en el cerro testigo. Bordeamos toda la meseta hasta alcanzar el vértice geodésico: 1371m, situado junto a un refugio de pastor, donde volvemos a encontrar agrupaciones de mariquitas, esta vez aún mayores y probablemente una víbora. Junto al vértice encontramos los restos de un buzón cimero que lamentablemente han arrancado "de cuajo". Disfrutamos de la amplia panorámica que nos ofrece la meseta y divisamos Peña Castro y Peña Lora al N y Peña Ulaña al E, otro sinclinal colgado similar a Amaya pero de menor altitud. Una vez coronada la cima, descendemos bordeando la meseta, hasta llegar al punto más crítico de la ruta. Un pequeño tramo con hierros fijados a la roca- cuidado algunos sueltos, por lo que es aconsejable tentar su anclaje antes de cargar todo el peso sobre ellos- y en el tramo final una cuerda que nos ayuda a llegar hasta la senda. Recomendamos seguir el track aquí descrito en sentido inverso porque es mucho más fácil y seguro, subir este tramo que bajarlo. Una vez en la senda nos dirigimos por una canal cómoda, a mano izquierda hacia la Cueva del Castillo en cuya entrada nos encontramos un buzón homenaje del año 2016 en perfecto estado de conservación. Damos marcha atrás y campo a través por una senda muy desdibujada bajamos hacia la regata de agua cristalina y gélida que sale de las entrañas de la peña Amaya. Llegamos a la fuente Hongarrera y salvando el arroyo vislumbramos la senda que sin mayor problema nos devuelve al pueblo tras cruzar de nuevo la pista.
Desde un punto de vista Geológico, la Peña Amaya es un magnífico ejemplo de sinclinal colgado, separado por lo que ahora es el valle de Valdeamaya (Combe) de otro sinclinal colgado; la Peña Castro. Son relieves invertidos, es decir, zonas en origen deprimidas, convertidas ahora en destacadas montañas. Para entender este proceso hay que retroceder 35 millones de años en el tiempo, cuando se produce la Orogenia Alpina, la cual sigue actuando hoy en día, durante la cual chocaron la placas Africana con la Euroasiática. En dicha época toda la zona era un relieve plano de rocas calizas y dolomías que fue sometido a inmensas fuerzas originándose fracturas y plegamientos de tipo anticlinal y sinclinal. Las cimas de los anticlinales, que por efecto del plegamiento se fracturaron y presentan fisuras, quedaron más expuestas al efecto erosivo principalmente del agua, que iba disolviendo el estrato calizo superior, quedando así desnudo el material inferior más blando formado por margas y areniscas, que se desgastan rápidamente. De esta manera las zonas altas acaban erosionadas quedando ahora debajo de los antiguos valles, que resaltan aislados (Peña Amaya) del resto del relieve que en inicio estaban unidos.
Comenzamos el ascenso a esta emblemática peña desde la iglesia de Villa de Amaya, en cuya entrada hay una curiosa fuente obra del escultor Burgalés Carlos Salazar Gutiérrez "Salaguti". Salimos a una pista que nos conduce a un parking, donde realmente comienza la senda. Ascendemos suavemente hasta un altiplano, desde donde dejamos a nuestra derecha una caseta de madera completamente nueva del guarda, que según nos han informado los oriundos del lugar, siempre ha habido en esta peña. Seguimos el ascenso y a escasos metros nos topamos con los restos de lo fue en su día el Castro de Peña Amaya, una aldea de al menos el siglo IX según excavaciones realizadas durante los años 2000 a 2002. Continuamos nuestro ascenso hasta la primera cima, la peña el Castillo. El Castillo de Peña Amaya se localiza sobre un destacado cerro amesetado, del que sólo quedan vestigios. Ascendiendo a la cumbre del castillo, encontraremos los restos de la fortaleza. Habitada desde la Prehistoria, la presencia humana en la Peña Amaya comenzó a destacar a finales de la Edad del Bronce (siglo X a.C.), para convertirse durante plena Edad del Hierro en uno de los principales castros del territorio cántabro. La cota más alta de este cerro está señalada con un hito, donde encontramos agrupaciones de la especie de mariquita de siete puntos (Coccinella septempunctata). Descendemos por un cortado hasta alcanzar de nuevo la senda y nos encontramos en un collado o brecha que separa la peña de el Castillo de la muela o meseta de Amaya; a través del mismo pasamos y decidimos continuar por la la vertiente sur. Caminamos por una cómoda senda bajo la visera de la meseta, llegando a una alambrada que saltamos y comenzamos un ascenso sin dificultad por un cortado que termina en el cerro testigo. Bordeamos toda la meseta hasta alcanzar el vértice geodésico: 1371m, situado junto a un refugio de pastor, donde volvemos a encontrar agrupaciones de mariquitas, esta vez aún mayores y probablemente una víbora. Junto al vértice encontramos los restos de un buzón cimero que lamentablemente han arrancado "de cuajo". Disfrutamos de la amplia panorámica que nos ofrece la meseta y divisamos Peña Castro y Peña Lora al N y Peña Ulaña al E, otro sinclinal colgado similar a Amaya pero de menor altitud. Una vez coronada la cima, descendemos bordeando la meseta, hasta llegar al punto más crítico de la ruta. Un pequeño tramo con hierros fijados a la roca- cuidado algunos sueltos, por lo que es aconsejable tentar su anclaje antes de cargar todo el peso sobre ellos- y en el tramo final una cuerda que nos ayuda a llegar hasta la senda. Recomendamos seguir el track aquí descrito en sentido inverso porque es mucho más fácil y seguro, subir este tramo que bajarlo. Una vez en la senda nos dirigimos por una canal cómoda, a mano izquierda hacia la Cueva del Castillo en cuya entrada nos encontramos un buzón homenaje del año 2016 en perfecto estado de conservación. Damos marcha atrás y campo a través por una senda muy desdibujada bajamos hacia la regata de agua cristalina y gélida que sale de las entrañas de la peña Amaya. Llegamos a la fuente Hongarrera y salvando el arroyo vislumbramos la senda que sin mayor problema nos devuelve al pueblo tras cruzar de nuevo la pista.
Waypoints
Fauna
4,478 ft
Agrupación de Coccinella septempunctata (mariquitas de 7 puntos)
Es un comportamiento típico de algunos insectos en invierno.
Comments (3)
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Muy buena ruta Roberto! Enhorabuena! 💪
Gracias Oscar, la verdad es que esta peña me gusto mucho y en realidad es un sinclinal colgado, concepto que hasta entonces me costaba entender pero una vez allí lo entendí perfectamente. Un ejemplo lo tenemos en Navarra y es el emblemático monte San Donato.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Ruta maravillosa, montaña espectacular . Paisaje e historia fascinante. Nos ha encantado 👌