Peña Amaya (Burgos)

La ruta comienza una mañana soleada y fría del mes de diciembre en Amaya, localidad situada al Noroeste de la provincia de Burgos. Se toma primero el PRC-BU-201 que coincide con el camino que sale por el oeste hacia Puentes de Amaya. Es un despoblado situado en un bello paraje a orillas del río Gallinas. Ahora el sendero asciende hasta la base de Las Herradas, muy cerca ya del aparcamiento que se utiliza para recorrer la Peña Amaya.

Esta atalaya rocosa con grandes peñascos y farallones, es un macizo de forma alargada de gran importancia estratégica que ha sido habitada por diferentes pueblos. En su extremo se sitúa la Peña Amaya que con sus 1.377 m es el punto más elevado.

En el aparcamiento se toma el PRC-BU-200 y por una prolongada pendiente se llega al Castro Cántabro, poblado de época prerromana. Después se coge la traza de la izquierda que bordea una mole caliza de 1.309 m de altura que se llama El Castillo. Por este tramo hay que tener mucho cuidado con la nieve caída el día anterior y que se ha acumulado en la ladera norte. Unos 400 m más adelante se encuentra la subida con una fuerte pendiente casi trepada, que desemboca en La Muela (1.347 m). Desde este punto las vistas son magníficas, se observan las cumbres nevadas de la montaña palentina (Curavacas,Espigüete, Peña Redonda) y mucho más cerca la Peña Albacastro y el valle del río Gallinas.

El recorrido continúa en dirección noreste por la meseta siempre con la compañía de los buitres. La temperatura ha descendido en lo alto por la aparición de la niebla y pequeñas rachas de viento. Existen restos de antiguas casetas y muros que fueron utilizados como refugios. Poco más adelante se encuentra en lo más alto la Peña Amaya con su vértice geodésico, una caseta y un buzón montañero. Desde este punto puede verse la Peña Ulaña y Villamartín de Villadiego. Ahora hay que dar la vuelta por un sendero más o menos paralelo al recorrido anteriormente, pero con vistas al sur.

Al final hay que descender de la atalaya por una canal en zig-zag marcada con hitos de piedra. Unos 200 m más adelante se encuentra la Fuente Hongarrera cuyo caudal se transportaba por una acequia hormigonada hasta un depósito actualmente en desuso.

Ahora por un tramo llano se atraviesa otra vez el castro y se desciende después al aparcamiento. Desde aquí por un camino de concentración parcelaria en bajada con unas vistas excelentes del páramo castellano, aparece de nuevo el pueblo de Amaya.

Una excursión con muchos ingredientes para pasar un día inolvidable.