Peña Bonbalatxi (1223 m.), Toloño (1264 m.), Peña del Agujero (1277 m.) y Las Doce (1255 m.) desde el puerto de Peñacerrada
near Montoria, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Punto de partida: Puerto de Peñacerrada.
Espacio protegido:
Época recomendada: Todo el año evitando la temporada de nevadas.
Elementos de interés: Las vistas panorámicas desde las cuatro cimas y la sierra de Toloño, las ruinas del santuario de Santa María de los Ángeles, los hayedos durante el ascenso y descenso de la ruta y el valle de Ortada.
Tipo de camino: El recorrido se encuentra en la mayor parte del recorrido bien hitado aunque en algún punto de la ruta es casi imprecindible echar ojo del track.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Peñacerrada.
Descripción del itinerario.
La sierra de Toloño, también conocida como sierra de Cantabria, es una de las más extensas y espectaculares de todo Euskadi. Se ubica en la vertiente más meridional de Álava, limitando con La Rioja, al otro lado del Ebro. Con sus aproximadamente 35 kilómetros de longitud entre los pueblos de Salinillas de Buradón y Lapoblación, corta el valle en dos destacando sobremanera por su espectacular relieve escarpado y rocoso en su vertiente sur, mientras que la vertiente norte está poblada por extensos hayedos. Esta muralla hace de parapeto contra los vientos húmedos del norte procedentes del mar, propiciando un marcado contraste climático. Este hecho permite la existencia de cultivos de vid y cereal.
Partimos desde el puerto de Peñacerrada que hace de frontera y punto de conexión entre las provincias de Araba y La Rioja, con el fin de hacer el recorrido más directo y menos exigente. Encontramos el inicio en un pequeño parking ubicado en la comunidad vecina por lo que deberemos regresar a Euskadi para tomar una senda que en ascenso se interna por un joven hayedo (figuras 1, 2, 3, 4, 5 y 6).
Durante el primer kilómetro de recorrido me llamó la atención lo "ganado" que tienen los cazadores este tramo de bosque, con dos puestos palomeros y avisos constantes de batidas, por lo que no sería descartable encontrarse con alguna en esta zona (figuras 5 y 9).
La senda, siempre en ligero ascenso se aventura por un hayedo que pronto nos dará paso a una explanada donde divisar los viñedos de la vecina La Rioja (figuras 7 y 8) que será un preludio de las cimas que vendrán.
Tras llegar al collado de las figuras 10 y 11, enlazaremos con la pista que nos lleve de vuelta (figura 12), para a continuación salvar una cancilla y ascender ahora sí, de una manera más pindia por un pinar (figura 13). El ascenso por este sector está hitado y no será complicado seguirlo (figuras 14, 15 y 16). Será uno de los tramos más exigentes del recorrido.
Como muestra la figura 17, saldremos a los cortados de la sierra de Toloño o Cantabria, haciendo este paso algo aéreo aunque no tiene grandes dificultes si las condiciones climáticas son las adecuadas. En la figura 18, elegiremos el desvío hacia la derecha que nos lleve a la peña Bonbalatxi, cuya cima no será para recordar pues apenas se distingue nada por la maleza que tapa su cota más alta (figuras 19 y 20).
Tras retornar a la senda, ésta se aventura por vegetación más arbustiva, por lo que podremos observar las maravillosas vistas que tendremos desde la sierra, un auténtico balcón hacia los viñedos de la Rioja y Rioja alavesa (figuras 21, 22 y 23).
Un nuevo hayedo nos dará paso en el último tramo de ascensión (figuras 24 y 25) que culmina prácticamente en la cima del Toloño, donde se ubica el vértice geodésico. He de reseñar que para los lugareños, el Toloño es la siguiente cima, la que es culminada por una cruz, muy cercana a donde nos encontramos (figuras 26, 27, 28 y 29).
La siguiente cima, tercera en nuestro recorrido, es según el IGN al menos, la peña del Agujero, donde una pequeña cruz nos muestra el punto más elevado de esta zona de la sierra del Toloño, concretamente 1277 metros (figuras 30, 31 y 32). Las vistas desde aquí hacia La Rioja son sensaciones pudiéndose distinguir perfectamente: los viñedos y los meandros del río Ebro así como las poblaciones de Haro, Bastida, Briñas, Laguardia, Samaniego, Ábalos, Briones, entre otros.
Nos tocará descender algo ligeramente hacia la campa que antecede a la cima donde se encuentran las ruinas del monasterio de santa María de los Ángeles donde queda poco más que su torre y el foso (figuras 33, 34, 35, 36, 37 y 38).
La senda prosigue su camino y nos llevará hasta la siguiente y última cima, la peña Lasdoce, situada más al oeste del recorrido desde donde se llega a distinguir Miranda de Ebro y la sierra de Portilla (figuras 39, 40, 41, 42, 43, 44 y 45).
A partir de aquí prácticamente toda la ruta la haremos en descenso, el cual comenzará cuando nos internemos en un extenso y joven hayedo que cubre la cara norte de la sierra del Toloño (figuras 46, 47, 48, 49 y 50).
Tras pasar el tramo del hayedo entramos en el valle de Ortada, otro de los muchos atractivos con los que cuenta este recorrido. Un gran grupo de caballos nos da la bienvenida para seguir descendiendo, ahora más pausadamente que cuando lo hacíamos por el hayedo, tomando siempre dirección este (figuras 51, 52 y 53).
Como muestra la figura 54, giraremos a la derecha para encarar un último repecho dando por finalizada, ahora sí, la ascensión final (figura 55). En un tramo dominado por helechos, donde la senda parece difuminarse (figura 56) deberemos prestar atención del track pues puede ser fácil desorientarse hasta coger el sendero que nos enlace con la pista de regreso (figuras 57 y 58).
Ya en la pista forestal, transitaremos por un robledal mezclado con manchas de encinas con unas bonitas vistas hacia la peña Bonbalatxi, coronada anteriormente (figuras 59 y 60) hasta salir a la carretera que nos lleva al alto de Peñacerrada donde sólo nos quedará realizar un último giro en ascenso hacia la derecha (figura 61).
Impresiones.
La sierra del Toloño o Cantabria no defrauda y aún menos las vistas desde la cima que le da nombre. Este recorrido conjuga muchos ingredientes para hacer un recorrido fácil, divertido y no muy exigente en una mañana o tarde. No sólo por sus vistas donde casi todas sus cimas nos ofrecen una soberbia vista hacia La Rioja si no que también por sus bosques de hayas. Una cima emblemática que no puede faltar en la lista de ningún montañero o senderista vasco.
Espacio protegido:
Época recomendada: Todo el año evitando la temporada de nevadas.
Elementos de interés: Las vistas panorámicas desde las cuatro cimas y la sierra de Toloño, las ruinas del santuario de Santa María de los Ángeles, los hayedos durante el ascenso y descenso de la ruta y el valle de Ortada.
Tipo de camino: El recorrido se encuentra en la mayor parte del recorrido bien hitado aunque en algún punto de la ruta es casi imprecindible echar ojo del track.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Peñacerrada.
Descripción del itinerario.
La sierra de Toloño, también conocida como sierra de Cantabria, es una de las más extensas y espectaculares de todo Euskadi. Se ubica en la vertiente más meridional de Álava, limitando con La Rioja, al otro lado del Ebro. Con sus aproximadamente 35 kilómetros de longitud entre los pueblos de Salinillas de Buradón y Lapoblación, corta el valle en dos destacando sobremanera por su espectacular relieve escarpado y rocoso en su vertiente sur, mientras que la vertiente norte está poblada por extensos hayedos. Esta muralla hace de parapeto contra los vientos húmedos del norte procedentes del mar, propiciando un marcado contraste climático. Este hecho permite la existencia de cultivos de vid y cereal.
Partimos desde el puerto de Peñacerrada que hace de frontera y punto de conexión entre las provincias de Araba y La Rioja, con el fin de hacer el recorrido más directo y menos exigente. Encontramos el inicio en un pequeño parking ubicado en la comunidad vecina por lo que deberemos regresar a Euskadi para tomar una senda que en ascenso se interna por un joven hayedo (figuras 1, 2, 3, 4, 5 y 6).
Durante el primer kilómetro de recorrido me llamó la atención lo "ganado" que tienen los cazadores este tramo de bosque, con dos puestos palomeros y avisos constantes de batidas, por lo que no sería descartable encontrarse con alguna en esta zona (figuras 5 y 9).
La senda, siempre en ligero ascenso se aventura por un hayedo que pronto nos dará paso a una explanada donde divisar los viñedos de la vecina La Rioja (figuras 7 y 8) que será un preludio de las cimas que vendrán.
Tras llegar al collado de las figuras 10 y 11, enlazaremos con la pista que nos lleve de vuelta (figura 12), para a continuación salvar una cancilla y ascender ahora sí, de una manera más pindia por un pinar (figura 13). El ascenso por este sector está hitado y no será complicado seguirlo (figuras 14, 15 y 16). Será uno de los tramos más exigentes del recorrido.
Como muestra la figura 17, saldremos a los cortados de la sierra de Toloño o Cantabria, haciendo este paso algo aéreo aunque no tiene grandes dificultes si las condiciones climáticas son las adecuadas. En la figura 18, elegiremos el desvío hacia la derecha que nos lleve a la peña Bonbalatxi, cuya cima no será para recordar pues apenas se distingue nada por la maleza que tapa su cota más alta (figuras 19 y 20).
Tras retornar a la senda, ésta se aventura por vegetación más arbustiva, por lo que podremos observar las maravillosas vistas que tendremos desde la sierra, un auténtico balcón hacia los viñedos de la Rioja y Rioja alavesa (figuras 21, 22 y 23).
Un nuevo hayedo nos dará paso en el último tramo de ascensión (figuras 24 y 25) que culmina prácticamente en la cima del Toloño, donde se ubica el vértice geodésico. He de reseñar que para los lugareños, el Toloño es la siguiente cima, la que es culminada por una cruz, muy cercana a donde nos encontramos (figuras 26, 27, 28 y 29).
La siguiente cima, tercera en nuestro recorrido, es según el IGN al menos, la peña del Agujero, donde una pequeña cruz nos muestra el punto más elevado de esta zona de la sierra del Toloño, concretamente 1277 metros (figuras 30, 31 y 32). Las vistas desde aquí hacia La Rioja son sensaciones pudiéndose distinguir perfectamente: los viñedos y los meandros del río Ebro así como las poblaciones de Haro, Bastida, Briñas, Laguardia, Samaniego, Ábalos, Briones, entre otros.
Nos tocará descender algo ligeramente hacia la campa que antecede a la cima donde se encuentran las ruinas del monasterio de santa María de los Ángeles donde queda poco más que su torre y el foso (figuras 33, 34, 35, 36, 37 y 38).
La senda prosigue su camino y nos llevará hasta la siguiente y última cima, la peña Lasdoce, situada más al oeste del recorrido desde donde se llega a distinguir Miranda de Ebro y la sierra de Portilla (figuras 39, 40, 41, 42, 43, 44 y 45).
A partir de aquí prácticamente toda la ruta la haremos en descenso, el cual comenzará cuando nos internemos en un extenso y joven hayedo que cubre la cara norte de la sierra del Toloño (figuras 46, 47, 48, 49 y 50).
Tras pasar el tramo del hayedo entramos en el valle de Ortada, otro de los muchos atractivos con los que cuenta este recorrido. Un gran grupo de caballos nos da la bienvenida para seguir descendiendo, ahora más pausadamente que cuando lo hacíamos por el hayedo, tomando siempre dirección este (figuras 51, 52 y 53).
Como muestra la figura 54, giraremos a la derecha para encarar un último repecho dando por finalizada, ahora sí, la ascensión final (figura 55). En un tramo dominado por helechos, donde la senda parece difuminarse (figura 56) deberemos prestar atención del track pues puede ser fácil desorientarse hasta coger el sendero que nos enlace con la pista de regreso (figuras 57 y 58).
Ya en la pista forestal, transitaremos por un robledal mezclado con manchas de encinas con unas bonitas vistas hacia la peña Bonbalatxi, coronada anteriormente (figuras 59 y 60) hasta salir a la carretera que nos lleva al alto de Peñacerrada donde sólo nos quedará realizar un último giro en ascenso hacia la derecha (figura 61).
Impresiones.
La sierra del Toloño o Cantabria no defrauda y aún menos las vistas desde la cima que le da nombre. Este recorrido conjuga muchos ingredientes para hacer un recorrido fácil, divertido y no muy exigente en una mañana o tarde. No sólo por sus vistas donde casi todas sus cimas nos ofrecen una soberbia vista hacia La Rioja si no que también por sus bosques de hayas. Una cima emblemática que no puede faltar en la lista de ningún montañero o senderista vasco.
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