Peña Castil y la Cueva del Hielo desde Vegas del Toro.

Iniciamos esta salida en las Vegas del Toro(Sotres), donde a día de hoy todavía son permisivos con el estacionamiento en el Parque y hay buenos sitios para dejar el coche.
Empezamos nuestra andadura avanzando unos metros por la pista en dirección Áliva. Abandonamos esta pista en dirección este adentrándonos en una pequeña pradera por terreno tendido en un principio. Luego empezamos a ganar altura bruscamente por la Canal de Fresnedal. Ascendemos por senda bien marcada que transcurre paralela por la parte izquierda del Arroyo Camburero. Pasamos por la Majada del Fresnedal, la cual dejamos a nuestra izquierda. Seguimos ganando altura sin descanso hasta el Collado Camburero. Tomamos aquí dirección sur, por senda bien marcada a través del Valle del cabezo. Seguimos ascendiendo, pasamos por el desvío que va a la Cueva del Hielo, el cual obviamos para continuar ganando altura por la senda. Según vamos ascendiendo, la senda se vuelve muy anárquica y surgen múltiples bifurcaciones que hacen imposible seguir un itinerario claro, pero que a su vez tampoco supone ninguna dificultad, pues cualquier senda conduce a la cima. Llegamos a la cima sin más dificultad que la que nos impone lo resbaladizo y empinado del terreno, que en este caso se encontraba bastante asentado por las lluvias caídas horas atrás. Esta cima cuenta con un curioso buzón de cumbres y una antena de radio. Nos ofrece un impresionante 360 grados en cuanto a cumbres emblemáticas se refiere, tanto del Macizo de Ándara como del de Urrieles, no dejando indiferente a nadie que consiga coronarla. Hacemos el descenso de forma un tanto anárquica, buscando las zonas menos resbaladizas, hasta incorporarnos a la senda que nos conduce a la Cueva del Hielo. Esta cueva presenta signos muy visibles del cambio climático, pues apenas cuenta con hielo, ya no hay rastro de las columnas de hielo con las que contaba antaño. Abandonamos la Cueva y nos dirigimos al Collado Camburero. Iniciamos el descenso por el mismo itinerario por el que habíamos subido, perdiendo altura rápidamente pues la tormenta se nos venía echando encima. Hacemos una parada para comer pues, de repente, el tiempo cambió y se abrió un claro.
Continuamos el pindio descenso, hasta las Vegas del Toro donde teníamos aparcado el coche y damos por finalizada esta salida.
Ruta moderada en cuanto a la dificultad técnica, pero dura y muy exigente en cuanto a lo físico.