Peña Cerreos (o del Cabello) desde Pinos

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Peña Cerreos (o del Cabello) desde Pinos.

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Desde el pueblo de Pinos sale la pista que nos acercará hasta la Peña Cerreos o del Cabello.

Esperábamos que todavía quedara buena nieve, pero está claro que este año ha sido de lo peor en ese aspecto. La nieve que queda está bastante mal. Todavía se ve acumulada en algunas zonas, pero la que pisamos está hecha un desastre. Pero claro, por si acaso, llevamos todo el equipo a la espalda… Anda que no pesa.

La primera parte del camino es cómoda, aunque un calor brutal nos machaca sin piedad. No corre ni pizca de aire y es un agobio. Seguimos así hasta salir a los puertos, cerca del refugio de Casa Mieres. Aquí ya corre un poco el aire y se lleva mejor.

Esta zona está muy abierta y las vistas son una pasada. Montañas todo alrededor, con la nieve en las cumbres y el verde de los pastos…

Cruzamos por el refugio hacia la izquierda, hacia un pequeño embalse, y nos acercamos a un cortado que marca el límite entre León y Asturias, una caída tremenda que crea unos paredones de aúpa. Desde aquí se ve todo el valle, y a lo lejos, la Mesa (y otras montañas cuyo nombre se me ha olvidado ya...).

De vuelta al camino ya se ve la Peña del Cabello, enfrente de la Ubiña Grande, bastante más alta. A la izquierda va asomando la Ubiña Pequeña.

Lástima que la nieve esté ya tan mal, porque la Ubiña Pequeña era una de las que queríamos hacer y va a ser complicado subirla… Otra vez será.

Esta parte es otro espectáculo. Estar en medio de las Ubiñas es una pasada.

Y hala, para arriba. Un poco por cualquier parte vamos subiendo, poco a poco. Si vemos camino lo seguimos, y si no, pues por medio, que al final se llega igual.

Y desde la cima, comida, fotos, vistas… Hay buenas caídas, así que ojo con los bordes.

Después de un descansito, bajamos a echar un ojo a unas torretas que imaginamos que se usarían durante la guerra para controlar esta zona. Con una buena ametralladora, por aquí no se cuela ni el gato. Vemos tres, en bastante buen estado para las condiciones que tiene que haber en esta zona.

Y ya de vuelta una cosa muy curiosa. El arroyo que seguimos desaparece por un desagüe, para volver a salir a saber dónde. Por lo visto todo esto es terreno kárstico y las dolinas son frecuentes.

Y de regalo nos subimos la Cuesta el Caballo, porque ya que estamos aquí… No se tarda nada en subir, la verdad. Y es un piquillo menos...

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