Peña Chana / Chagüezos (2074 m) circular desde La Cueta, vuelta por Pico el Muñón (1879 m) y alto de Rañadoiro

Es La Cueta un pueblo entrañable, como fijado en el tiempo. Con sus 1442 tiene desde un cenobio hasta una caldereta estratosférica. Es además el punto de partida perfecto para recorrer las montañas de Babia alta y Somiedo.
Salí desde este sitio privilegiado para subir a Peña Chana de (2074 m), en la Sierra de Chagüezos, ojo y no confundirse con la otra Chana, última cumbre al este de Peña Orniz y sita encima de la laguna de Las Verdes. El inicio del camino no tiene pérdida, y tras pasar por debajo de la iglesia de San Mateo nos adentra por el barranco de Borras, que de barranco tiene poco, al ser un valle rodeado de praderas y escasa pendiente. En menos de 2 km hay una bifurcación; a la derecha nos dirigiríamos al collado Las Cruces, lugar ideal para ascender al Cebolleu y Picos Blancos, que no es nuestra ruta de hoy, así que seguimos prácticamente en línea recta, y tras cruzar el río, afortunadamente pletórico, en nada llegamos al primer refugio de pastores, construcción fea y moderna, pero sin duda funcional para el cometido que fué creado. A 500 metros y tras un suave ascenso entramos en la majada Chagüezos, donde hay otro refugio construído de forma más respetuosa con el bellísimo entorno que la rodea (Juan Carlos Peláez “Pollo” –fallecido en 2016 a los 48 años de edad-), pero cerrado a cal y canto, lo que no me extraña y tampoco parece mal para no ser malutilizado por las hordas de pisapraos que en ocasiones vienen por aquí a pasar el día, y así estar en las perfectas condiciones que se precisan para pasar un día de invierno en esta majada mítica en la historia de la trashumancia a Babia. Un poco más arriba hay un chozo que supongo era el refugio inicial de los pastores que cuidaban a las ovejas por estos lares.
En este punto empieza la verdadera ascensión, teniendo que echar las manos en algún momento, pero sin dificultad reseñable. Hay momentos en la montaña que uno se viene arriba (se siente un Kilian de la vida), y este fue uno de ellos, para acabar haciendo el ridículo la mayoría de las veces, y este no fue una excepción. Hacía un tiempo inmejorable, ese que siempre se desea y nunca se tiene, soplaba un ligero Norte, iba sobrado de tiempo, y no sé muy bien porqué, igual por algún hierbajo que chupeteé por el camino, el caso es que ví la cara Sur de la Chana y pensé que la podía trepar, así tal cual, yo y mis atributos...Así que no corto ni perezoso en la cota de los 1950 me salí de la vía tradicional y me desvié al Este y en los 2010 metros de altitud empecé a trepar en esa caliza cuarteada, con malos agarres....en el fondo excusas para justificar que uno se hace mayor y que este tipo de aventuras no se deben hacer; ascendí unos 10 metros, hasta 40 metros de la cumbre (o sea, una barbaridad), y me dí cuenta que me estaba jugando el pellejo y que si perdía pié no lo iba a volver a poner sobre la tierra...y me vino a la cabeza, entre el subidón y la inconsciencia, una frase de un ser muy querido...”con xeito Da...con xeito...” y decidí destrepar lo que nunca hubiera debido empezar a subir, y tras tirarme literalmente por una pedrera con más de 45% de pendiente, y entre polvaredas y desgarraculos volví a coger la vía habitual de ascenso, que es una canal que a mi se me hizo autopista, y así coronar el punto más alto del cordal de Chagüezos. Estaba todavía algo aturdido por la experiencia pasada al llegar a la cruz de la cumbre, pero en nada se me pasó, y de nuevo sentí esa indescriptible sensación que te pone los pelos como escarpias y pude disfrutar de Las Ubiñas y Fontanes, Montihuero, Orniz, Picos Blancos, Cornón, Sierra del Rabezo...una maravillosa vista de 360º que aunque no es imprescindible como recompensa es un gran regalo.
Tras un leve avituallamiento inicié el descenso por el canal, que se me hizo más fácil de lo esperado, y enfilo hacia el collado El Muñón, tradicional paso entre y línea divisoria entre Babia y Somiedo. Por aquí está la habitual alambrada medio destrozada e innecesaria y que habrá que cruzar para subir a la Orniz, que nada tiene que ver con la de León, ya que esta es una colinita que ni merece el nombre de montaña; en cualquier caso me pasé y tuve que dar un poco de vuelta para tras pasear por su larga y teórica cumbre dirigirme al Pico Muñón, con un gran cortado en su cara Noreste, pero cuya ascensión es un paseo. Desde aquí, y mucho antes también, tenemos una privilegiada y bellísima vista de la Salgada, Putricón y Valdecuélabre. Tras descender este curioso pico ya nos dirigimos hacia el Rañadoiro por un camino que no tiene pérdida. La ascensión a este alto es a través de matorral bajo pero que se anda muy bien. Tiene esta pequeña cumbre un nombre que me encanta, Rañadoiro, y su pequeña altura no hace honor a la bonita panorámica que nos regala, Piniecho el Burro, Gagucheiro y Los Años. Desde aquí ya vemos la majada del mismo nombre, con un gran aprisco y desde donde parte una pista que nos llevará sin ningún problema de vuelta a La Cueta, donde nos espera una sidrina refrescada en un riachuelo que nace a los pies de Peña Orniz: el Sil.