Peña Congosto y La Cervata, circular desde Torre de Babia
near La Riera, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Mientras toda España chirriaba de calor y de tristeza por la falta de solidaridad de algunos políticos (“nadie sube a sus hijos a un bote maltrecho si no cree que ese viaje encierra menos peligros que los que deja en tierra” –MSF-) tuve la inmensa suerte de iniciar este precioso recorrido por Babia Alta con unos espléndidos 7 grados.
Me chiflan estas rutas “minoritarias” y que sin embargo poco o nada tienen que envidiar a otras por montañas más conocidas y mucho más frecuentadas, y en las que la soledad es un valor añadido.
Salimos pues de Torre de Babia en dirección Laguna de Las Verdes por una pista que está claramente señalizada, y en seguida vemos a nuestra izquierda una torre medieval que da nombre al pueblo y servía, o al menos eso dice el letrero, como control de acceso a los puertos de montaña. Seguimos estas indicaciones teniendo ya en frente a La Cervata (curiosa y peculiar montaña que con unas fallas que se retuercen parece que elevan la cima a presión) hasta haber andado algo más de 2.200 m, momento en el que dejaremos a nuestra izquierda la pista que lleva a Las Verdes y seguimos en dirección Norte, también por una pista de tierra habituada a los 4x4 de los ganaderos y que al rato hace un ángulo muy agudo desviándose bruscamente hacia el Este en dirección al Collado de Veiga Redonda. En el vértice de este ángulo ya vemos la senda que nos traerá de vuelta desde el Collado de la Cueña.
Iba yo pensando todo el rato en qué dirección sería más cómoda esta ruta, si descender desde Peña Congosto (2088 m.) o desde La Cervata (¡misma cota!) y con estas cavilaciones nos plantamos en Veiga Redonda, donde me zampé el plátano de rigor y desde aquí ya vemos perfectamente por dónde vamos a atacar a la Congosto. Cuenta la leyenda que aquí soltaron un burro tras la promesa de unas zanahorias cimeras (y sino la cuenta debería hacerlo), y que dicho burro empezó a zigzaguear hasta llegar a la cima. Con esta infalible táctica borriquera el ascenso es muy asequible, y aunque la pendiente entre los 1900 m y la cima es del 44% casi no nos damos ni cuenta. Miro el reloj y sólo han pasado dos horas largas desde que salí, y ya estoy disfrutando de los regalos que todas las cumbres de esta cordillera nos ofrecen. Al Sudoeste tenemos La Espadaña y el Montihuero, mi favorito. Siguiendo el cordal Las Coloradas y Los Años. Al Este Peña Chana y La Cervata; después Peña Orniz, Torre Orniz; más al Norte El Diente y la Calabazosa, y en sentido de las agujas del reloj seguimos con La Solarco y el Morronegro, que tiene bonito hasta el nombre. Detrás de él todo está presidido por Los Fontanes y Las Ubiñas. Un espectáculo magnífico.
De aquí a La Cervata damos un estupendo paseo siguiendo la cuerda. Esta montaña es una maravilla, hollarla carece de peligro y sin nieve no presenta ninguna dificultad. Yo dí un mínimo rodeo porque en uno de sus prados me encontré un estupendo rebaño de vacas rumiando, y por la mala conciencia del chuletón que pensaba zamparme para cenar pues no quise molestarlas.
Desde ésta cumbre las vistas son parecidas, se puede ver la Laguna de Las Verdes si sabemos dónde está, ya que efectivamente es absolutamente verde, y también podemos admirar el circo que la aloja, presidido por el Montihuero, imponente como siempre. Aquí repuse fuerzas y casi me echo una siesta, pues hacía un día magnífico, pero tenía en mente el descenso desde el Collado de La Cueña, que ya hice con nieve, y que tiene una pe-sa-dí-si-ma pedrera con piedra suelta y mucha pendiente y no pude conciliar el sueño. Desde la cota más alta de La Cervata hasta el Collado tampoco hay ninguna parte técnica que requiera más que sentido común, aunque no la recomendaría yo a personas con vértigo, ya que la caída al Sur es de más de 200 m. Llegamos por tanto al Collado de La Cueña, e intentando evitar la susodicha pedrera me meto en un pequeño “jardín” con destrepes que no recomiendo a no ser que se sea muy cabra muy cabra y se tenga la suficiente experiencia; aún así no conseguí evitar el final de la pedrera que terminé con alivio.
Desde aquí hasta la pista que nos va a llevar de vuelta a Torre de Babia la senda aparece y desaparece o se divide, pero se hace muy bien ya que lo peor que hay es algo de matorral bajo y alguna piedra suelta. Pasamos después por unas praderías, una laguna que ahora estaba seca y un par de arroyuelos que aproveché para refrescarme y en nada desembocamos en la pista que termina donde dejamos nuestro coche.
La calificación de moderada es por el descenso desde La Cueña, dónde hay que tener cuidado y pisar con calma. Ya lo sabéis todos, pero imprescindibles los bastones para poder hacerlo.
Disfrutad
Me chiflan estas rutas “minoritarias” y que sin embargo poco o nada tienen que envidiar a otras por montañas más conocidas y mucho más frecuentadas, y en las que la soledad es un valor añadido.
Salimos pues de Torre de Babia en dirección Laguna de Las Verdes por una pista que está claramente señalizada, y en seguida vemos a nuestra izquierda una torre medieval que da nombre al pueblo y servía, o al menos eso dice el letrero, como control de acceso a los puertos de montaña. Seguimos estas indicaciones teniendo ya en frente a La Cervata (curiosa y peculiar montaña que con unas fallas que se retuercen parece que elevan la cima a presión) hasta haber andado algo más de 2.200 m, momento en el que dejaremos a nuestra izquierda la pista que lleva a Las Verdes y seguimos en dirección Norte, también por una pista de tierra habituada a los 4x4 de los ganaderos y que al rato hace un ángulo muy agudo desviándose bruscamente hacia el Este en dirección al Collado de Veiga Redonda. En el vértice de este ángulo ya vemos la senda que nos traerá de vuelta desde el Collado de la Cueña.
Iba yo pensando todo el rato en qué dirección sería más cómoda esta ruta, si descender desde Peña Congosto (2088 m.) o desde La Cervata (¡misma cota!) y con estas cavilaciones nos plantamos en Veiga Redonda, donde me zampé el plátano de rigor y desde aquí ya vemos perfectamente por dónde vamos a atacar a la Congosto. Cuenta la leyenda que aquí soltaron un burro tras la promesa de unas zanahorias cimeras (y sino la cuenta debería hacerlo), y que dicho burro empezó a zigzaguear hasta llegar a la cima. Con esta infalible táctica borriquera el ascenso es muy asequible, y aunque la pendiente entre los 1900 m y la cima es del 44% casi no nos damos ni cuenta. Miro el reloj y sólo han pasado dos horas largas desde que salí, y ya estoy disfrutando de los regalos que todas las cumbres de esta cordillera nos ofrecen. Al Sudoeste tenemos La Espadaña y el Montihuero, mi favorito. Siguiendo el cordal Las Coloradas y Los Años. Al Este Peña Chana y La Cervata; después Peña Orniz, Torre Orniz; más al Norte El Diente y la Calabazosa, y en sentido de las agujas del reloj seguimos con La Solarco y el Morronegro, que tiene bonito hasta el nombre. Detrás de él todo está presidido por Los Fontanes y Las Ubiñas. Un espectáculo magnífico.
De aquí a La Cervata damos un estupendo paseo siguiendo la cuerda. Esta montaña es una maravilla, hollarla carece de peligro y sin nieve no presenta ninguna dificultad. Yo dí un mínimo rodeo porque en uno de sus prados me encontré un estupendo rebaño de vacas rumiando, y por la mala conciencia del chuletón que pensaba zamparme para cenar pues no quise molestarlas.
Desde ésta cumbre las vistas son parecidas, se puede ver la Laguna de Las Verdes si sabemos dónde está, ya que efectivamente es absolutamente verde, y también podemos admirar el circo que la aloja, presidido por el Montihuero, imponente como siempre. Aquí repuse fuerzas y casi me echo una siesta, pues hacía un día magnífico, pero tenía en mente el descenso desde el Collado de La Cueña, que ya hice con nieve, y que tiene una pe-sa-dí-si-ma pedrera con piedra suelta y mucha pendiente y no pude conciliar el sueño. Desde la cota más alta de La Cervata hasta el Collado tampoco hay ninguna parte técnica que requiera más que sentido común, aunque no la recomendaría yo a personas con vértigo, ya que la caída al Sur es de más de 200 m. Llegamos por tanto al Collado de La Cueña, e intentando evitar la susodicha pedrera me meto en un pequeño “jardín” con destrepes que no recomiendo a no ser que se sea muy cabra muy cabra y se tenga la suficiente experiencia; aún así no conseguí evitar el final de la pedrera que terminé con alivio.
Desde aquí hasta la pista que nos va a llevar de vuelta a Torre de Babia la senda aparece y desaparece o se divide, pero se hace muy bien ya que lo peor que hay es algo de matorral bajo y alguna piedra suelta. Pasamos después por unas praderías, una laguna que ahora estaba seca y un par de arroyuelos que aproveché para refrescarme y en nada desembocamos en la pista que termina donde dejamos nuestro coche.
La calificación de moderada es por el descenso desde La Cueña, dónde hay que tener cuidado y pisar con calma. Ya lo sabéis todos, pero imprescindibles los bastones para poder hacerlo.
Disfrutad
Waypoints
Summit
6,804 ft
CUETALBO
Waypoint
6,481 ft
Chabuezo
CHABUEZO
Lake
5,850 ft
Laguna la Recoleta
Lake
5,663 ft
Las Verdes
Laguna de Las Verdes
Waypoint
4,174 ft
Torre de Babia
Comments (3)
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Me acaban de entrar unas ganas locas de hacer esta ruta, tu manera de describir esta caminata es preciosa... y lo del desvío, creo q fue mas por miedo a los cuernos de las vacas, que a tu mala conciencia. jajaja. Gracias por compartir tu pasión con nosotros,,,
Muchas gracias por tu comentario
Respecto a los cuernos...jajaja
La has hecho?
I have followed this trail verified View more
Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Excelente actividad, vistas preciosas y todo buen detallado. Gracias Iñigo.