Peña del Olivar al Puntal de Siles y vuelta

Advierte, caminante, que en esta ruta es menester salir de buena mañana si el tiempo es caluroso, aunque la caminata es con sombra. Lleva agua si es verano y buen humor aunque esté nevando, y los ojos muy abiertos, en cualquier tiempo.

Tardarás alrededor de cuatro horas en volver, más los descansos.

Hay un cuarto de legua entre la Peña del Olivar y la Fuente de la Almoteja. Luego empieza la subida, que no has de dejar hasta coronar el Puntal. La ruta está trazada por trochas y atajaderos, para llegar pronto a ver el panorama que se divisa desde el Puntal de la Rayuela o de Siles: las cumbres de Peñalta, Bucentaina, el Cambrón y muchas alturas más de la Sierra de Segura. Si tienes tiempo y está, platica con el "foguero" de guardia: que te diga los nombres de los parajes que se ven y cómo va el año de lluvias e incendios.

A continuación, la vuelta, que es por la cara sur del Puntal, sirve para ver las formaciones rocosas más bonitas de la Sierra, comenzando por Peñalcón. Aunque la roca es caliza y blanda, algunas piedras han resestido (sic) la embestida del viento y el hielo, y dejan contemplar formas verdaderamente hermosas como las que circundan el arroyo Anchuricas. Verás dos cortijadas, la de arriba antigua y derruida, y la de abajo remozada. Entre ambas una bajada de trescientos metros, hasta la cota de los 1.000, en la que te costará encontrar el empinado camino, pero merece la pena porque al final, caminante, hay una fuente de agua fría que debiera tener un monumento a la oportunidad. También encontrarás zarzamoras, higos y nueces por allí, si es el tiempo.

A partir de aquí, dedícate a ver el panorama desde la cómoda pista descendente.Los pinos escalan todos los montes, salvo las rocas que el tiempo ha pintado en las cimas (Piedra del Agujero, Peña Montesa...). A la altura del km 16,6 puedes, si lo deseas, olvidar por un rato la ruta marcada y bajar sin más la pista que sigue el Arroyo Anchuricas, que te ahorrará un par de kilómetros para llegar al final del camino: verás y oirás la corriente, en lugar de las cumbres y el viento, pero te cansarás menos y ahorrarás un trozo de camino..

Cuando llegues de nuevo a la fuente de la Almoteja, caminante, bebe agua en la canalilla por la que sale y verás como parece que llueve. Luego, en la Peña del Olivar, pon tus pies a refrescar un rato en la linda represa, que vendrán acalorados del esfuerzo. Pensarás que no has perdido el día.

¡Ah! y si puedes, caminante, no vayas solo como yo, que comentar el paisaje con la compaña sirve para comprenderlo mejor, y hace más fácil rememorar la andada en el futuro.