PEÑA do SEO (CADAFRESNAS-PABELLONES-MINAS-PEÑA do SEO-CADAFRESNAS) 04/07/13 y 07/07/13

En compañía de mi esposa, Dina, emprendí el 04/07/13 esta interesante y entretenida ruta circular. Era un día de sol radiante y altísima temperatura. Comenzamos en el pueblo de Cadafresnas, pasando por las minas de wolframio, para subir a la Peña do Seo y regresar. El objetivo de este día (como avance) era reconocer el terreno para guiar posteriormente, el día 07/07/13, al grupo del Club Peña Trevinca Barco.

También puede interesaros la ruta: "PEÑA do SEO (CADAFRESNAS – PABELLONES – MINAS de WOLFRAMIO – CADAFRESNAS. Variante I) 05/09/15". Ver el enlace “Ver más” en letras azules a continuación de los datos del GPS.

MUY IMPORTANTE: ¡Ojo! Un tramo de la ruta de regreso, desde el waypoint “desvío izquierda” (a continuación de “antena de telefonía”), pasando por los waypoints: “senda”, “retamas-piornos”, “desvío derecha” y hasta “enlace” (tramo de 1.5 km); es prácticamente intransitable debido a la tupida y alta vegetación de piornos, retamas y algunas zarzas. Nosotros (Dina y yo), pasamos por esa zona pero sólo es apta para personas habituadas a este inconveniente, por lo que recomiendo regresar por el mismo recorrido de la ida.

Hecha esta importante aclaración, continúo con la descripción de la ruta. Partimos desde el comienzo de Cadafresnas, al pie de una señal de la Mirada Circular que indica, por una cara: “Camino del wólfram 22,2 km. Cadafresnas-Herrerías de Valcarce”. Al poco de comenzar a caminar, encontraríamos un gran cartel en letras de color verde con la inscripción “Ruta Cadafresnas – Peña do Seo”, lo pasamos y cruzamos el pueblo a lo largo para continuar por un camino (siguiendo los postes de la Mirada Circular). Llegamos al waypoint “enlace” (es el aparente camino que se observa a la derecha y por donde, al regresar, salimos para hacerla circular, lo cual, como mencioné antes, no recomiendo). Seguimos de frente para, en pocos metros, desviarnos a la derecha y llegar a una fuente, cuya fresca agua bebimos. Continuamos sin abandonar el camino, que estaba cruzado por varios regueros de agua. Durante el trayecto, ya podíamos ver tanto la soberbia Peña do Seo como, en la ladera misma de la montaña, la mina de wolframio con sus bocas y sus aledaños (el cargadero, los lavaderos y, un poco apartados, los pabellones-vivienda de los mineros).

Hago un inciso para realizar unos pequeños comentarios sobre esta mina de wolframio llamada “Mina Currito”. Comenzó a fraguarse en 1942 con la concesión y explotación por parte de la Compañía Minera Montañas del Sur. Se construyeron unos pabellones con 40 viviendas en la ladera de La Piela (hoy sólo se conservan gran parte de las paredes de todo el conjunto). Allí, trabajaron cientos de mineros en la extracción de wolframio, que los alemanes utilizaban para hacer una aleación con acero y conseguir endurecer el blindaje de sus tanques; además para evitar que las ametralladoras y los cañones se recalentaran tanto que dejaran de funcionar y, en especial, los misiles V-1 y V-2 que martirizaron a las ciudades inglesas durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. Mina Currito cerró definitivamente en 1958, cuando el Banco Central vendió la maquinaria después de embargarla según el Diario de León. Existió en las cercanías de O Teixadal de Casaio otra explotación que los alemanes utilizaron con el mismo fin, no es otra que la mina de Valvorraz de Casaio (Ourense). Ver el interesantísimo video adjunto para entender y valorar la historia del wólfram en la Peña do Seo.

Prosigo con la narración. Llegamos a los pabellones, sólo dos bloques tenían tejado y aunque las paredes se conservaban en su mayoría, éstas amenazan derrumbarse con el paso del tiempo.

Hechas algunas fotos continuamos hacia la mina (no estaba previsto en el itinerario de la ruta pero lo decidimos en ese momento ya que estaba cerca, unos 2 km). Nos parecía interesante ver de cerca los lavaderos, el cargadero y las bocas de las minas.

Después de seguir el sendero, lo primero que encontramos fue lo que debieron ser los lavaderos en total ruina, luego llegamos a una vivienda solitaria y a continuación a dos construcciones con fachada en forma de herradura que debieron ser el asiento de los compresores. Siguiendo el estrecho sendero llegamos a la primera boca-mina (dos grandes rocas desprendidas tapaban parcialmente la entrada), de donde sorprendentemente salía un aire muy frío a pesar de la altísima temperatura ambiental exterior. Entramos en ella unos metros procurando pisar en las piedras y no el agua que había en la galería. A pesar de llevar luces frontales no las utilizamos. En un tramo, el techo estaba apuntalado con costales de madera, así que decidimos salir porque sentíamos frío y era algo arriesgado estando los dos solos.

Continuamos por el sendero, por el que pasaríamos a través de la escombrera de la mina, para llegar a las dos bocas-minas restantes. Las visitamos igualmente, pudiendo comprobar que las galerías de ambas se comunicaban entre sí y que, en una de ellas, los costales o puntales se habían desplomado quedando un pequeño hueco como paso. La entrada de la última estaba revocada con cemento. Nos llamó la atención la enorme cantidad de mosquitos que había en todas ellas debido a la gran cantidad de agua parcialmente estancada. Salimos después de tomar las correspondientes fotos y nos dirigimos hacia Peña do Seo, para lo que retrocedimos un tramo hasta llegar hasta el waypoint “pinar-sendero”, por el que subimos hasta llegar de nuevo a la pista que seguiríamos en dirección a la Peña.

Llegamos a una explanada con tres bifurcaciones de caminos en forma de Y, en donde hay, a la izquierda, una señal de la Mirada Circular y al lado una cabaña en ruinas con un letrero igual al que encontramos en el pueblo anunciando la Peña do Seo. Aquí comienza la ascensión a la misma a través de un sendero, difícil de seguir a veces porque aunque cuenta con múltiples hitos de piedra, muchos estaban derrumbados u ocultos por el matorral. Así que procedimos a restablecerlos y a colocar una gran cantidad de otros nuevos.

El ascenso, de unos duros 2 km, lo realizamos siguiendo los hitos en zigzag y con un asfixiante calor (tuvimos que beber agua con frecuencia) que hacía más penosa la subida. Aunque, por otra parte, resultó sumamente entretenida y bonita ya que pasamos por pasos de roca muy originales mientras avanzábamos haciendo eses (S) de un lado a otro de la montaña. Después descendimos para ascender nuevamente y alcanzar el cordal. En primer término, llegamos a una cima con un gran hito de piedras desde donde ya divisamos la caseta y el vértice geodésico de Peña do Seo, a la que llegaríamos a continuación.

En esta cumbre había una caseta-refugio sin puerta y con cuatro ventanas (una en cada pared). Dentro y en una esquina, encontramos lo que fuera una pequeña cocina de leña. Fuera, estaba el vértice geodésico que, por fortuna, conservaba la placa que lo acredita como tal. Pudimos contemplar una gran extensión de terreno desde Os Penedos de Oulego a Peña Trevinca, Los Aquilianos, la central térmica de Cubillos; en un monte cercano una caseta forestal con antena, pueblos, valles… En fin, una gran panorámica. Comimos con una temperatura de 31.9º C y fotografiamos el entorno.

Emprendimos el regreso, colocando nuevos hitos, hasta alcanzar nuevamente la planicie con bifurcación en forma de Y. En este punto decidimos hacer la ruta circular, para ello seguimos de frente por una pista ancha que asciende sin ninguna sombra.

Después de algunas subidas y bajadas y de pasar algún pequeño collado, llegamos a una gran antena de telefonía. A partir de aquí descendimos por una especie de pista-cortafuegos hasta llegar al waypoint “Desvío Izquierda”. Justo en este punto giramos hacia ese lado adentrándonos durante 1.5 km, hasta el waypoint “Enlace”, en un matorral espeso de retamas, piornos y algunas zarzas que a veces nos cubrían completamente –repito una vez más, no apto para gente poco sufrida–. Por fin llegamos al waypoint “Enlace” y retomamos de nuevo el camino hasta Cadafresnas. A la salida del pueblo pudimos beber agua para saciar nuestra sed en una fuente con fregaderos y dos caños de plástico azules.

Ya de regreso a casa habíamos previsto parar en el pueblo de Friera y bañarnos; y así lo hicimos. Disfrutamos de un merecido baño en su playa fluvial, acondicionada con una orilla de hierba bien cuidada, y llegamos frescos a casa.

Como comenté al principio, tres días después, es decir, el día 7 (día de parecido y atorrante calor, 29.4º C, en la cima de Peña do Seo) guíe a 6 miembros del Club Peña Trevinca, que fueron los siguientes: Pablo y Dani (presidente y directivo, respectivamente), Nieves y su marido Carlos, Santi, Ignacio y éste que os comenta, además de un simpático perrito del pueblo que nos acompañó.

Hicimos el mismo recorrido hasta las minas, donde nos paramos más detenidamente ya que llevábamos “frontales” (luces) y nos adentramos en ellas (excepto Nieves y Carlos que reusaron la invitación) viéndolas con más detalle. Pudimos ver más trecho de galerías y, en algunos lugares, pudimos observar el brillo intenso de un metal incrustado en el techo y las paredes. La gama de color iba desde una especie de polvillo color oro a otros de color gris acerado (wolframio). También observamos unas entradas de cemento excavadas en las paredes que suponemos eran para meterse los mineros cuando pasaban las vagonetas cargadas con dicho metal. Alguna galería estaba totalmente inundada de agua y plagada de mosquitos.

Al salir, continuamos con el mismo recorrido hasta descender de Peña do Seo y llegados a la bifurcación en forma de “Y”. Allí les pregunté si la querían hacer circular, conocedores de la dificultad decidieron no hacerla circular y regresar por el mismo trayecto de la ida, excepto en la parte de cruzar el pinar, por lo que seguimos el camino.

Llegamos a los Pabellones y a la sombra de ellos comimos y descansamos. Emprendimos el regreso a Cadafresnas, a donde llegamos sin novedad. En esta ocasión, paramos a bañarnos en Sobrado, ya que también hay una playa fluvial acondicionada y, frente a ella, el concurrido café - bar "Pescadores" en el que tomamos unas consumiciones. Después regresamos a O Barco.

Ruta realmente atractiva y bonita en la que disfrutaréis si continuáis por ¡¡Buen camino!!

Suerte y hasta pronto.