Peña Lampa, Bosque de Valdehaya y roblón El Monasterio (Velilla del Río Carrión - Palencia)
near Velilla del Río Carrión, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Nota:Track grabado con GPS Garmin 64S. La distancia y el desnivel reflejados resultan del proceso de depuración del track y del ajuste de Wikiloc, siendo generalmente inferiores a la distancia y desnivel reales. Quienquiera que haga uso y seguimiento total o parcial de este track y de su información adicional, asume la plena responsabilidad ante los riesgos propios de la práctica de la actividad, ya que esta información tiene únicamente carácter orientativo y no siempre refleja la mejor opción de ruta.
La Montaña Palentina, La Bella Desconocida, ofrece enclaves espectaculares dotados de una magia especial que a los amantes de la naturaleza y las montañas nos permite disfrutar de jornadas innolvidables, en las que, como la de hoy, puedes pasar casi seis horas sin encontrar a nadie, disfrutando de la soledad y de estos parajes inolvidables.
Uno de estos enclaves es el bosque de Valdehaya , fantástico hayedo, repleto de árboles mágicos, y cuyos senderos están recuperando la asociación Tamaria, los Caminos del Monte Vindio. En el siguiente enlace podéis ver muchos de los recorridos que hay por este espectacular bosque:
Vidal Montañero Esgallero.
La ruta de hoy proporciona una combinación entre la alta montaña caliza, con la subida inicial a Peña Lampa, y la bajada al valle atravesando el fantástico hayedo, donde se intercalan los vestigios de la arquitectura industrial minera por el pasado minero de estas comarcas. Ruta exigente por la distancia y el desnivel a superar pero sin dificultades técnicas. Hay tramos en los que no hay sendero pero la orientación es muy intuitiva, sin posibilidad de pérdida.
Inicio la ruta dejando el coche en un pequeño apartadero al poco de desviarme de la carretera P-215 que une Velilla del Río Carrión con Boca de Huérgano.
Retrocedo por la carretera unos 200 metros para tomar el camino que sale a mano izquierda. Tras pasar por un colmenar, tomo un sendero que se difumina entre las escobas en muchas ocasiones y que bordea, paralelo a la carretera, la falda de la mole caliza de Peña Lampa hasta llegar a un canal de agua que sale de las profundidades de la montaña. En este punto empieza como tal la subida a Peña Lampa. Son casi 2 km de constante subida, sin sendero definido, y que hay que afrontar con calma. Voy ascendiendo por la roca caliza, intentando seguir la línea de la arista hasta que llegamos a la cima. Durante el ascenso podemos disfrutar de las vistas del valle de Velilla, de la Sierra del Brezo, con las Peñas Mayores al frente, el embalse de Compuerto, y la silueta difuminada entre las nubes de los colosos Espigüete y Curavacas.
Mención especial merece el sabinar que crece en las soleadas laderas de las caras sur y este de Peña Lampa, posiblemente el más septentrional de la península ibérica.
La subida no tiene ninguna dificultad técnica ni presenta paso expuestos. Una vez en la cima, donde destaca la presencia de un refugio de piedra, y después de un merecido descanso para recuperar la respiración tras el esfuerzo, hay que continuar por el cresterío de cimas secundarias hasta descender al collado Lampa. Mirando hacia el valle podemos ver el hayedo de Valdehaya y algunas de las construcciones que nos recuerdan la importancia minera de este valle.
Desde la salida hasta este punto recorremos casi 5,5 km y se salva más de 800 metros de desnivel positivo acumulado. Hay que prestar atención especial a la zona donde se localiza una gran sima que nos encontramos en el recorrido del cordal. Cuidado, sobre todo en días de niebla o nieve acumulada.
Ahora seguimos por el cortafuegos hasta llegar a la Torre Magalana, mirador natural de las montañas que nos rodean. Continuos unos 400 m por el cortafuegos hasta una curva donde me desvío a la izquierda para adentrarme en el espeso y espectacular bosque. En este punto se coge uno de los senderos hitados que hay dentro del bosque y que nos introduce en el interior del hayedo, pasando en su recorrido junto alguna haya espectacular. Aún en esta época del año el bosque es una pasada pero en primavera-verano, con el verdor de las hojas y los claroscuros del hayedo, y, sobre todo, con la variedad cromática del otoño, su belleza debe ser muy superior.
Tras casi 800 m de recorrido llegamos a un punto donde podemos seguir recto siguiendo el sendero hitado y llegar de esta forma al roblón de Monasterio o girar a la derecha e iniciar un tramo de casi 1 km por el bosque sin sendero marcado, o por lo menos yo no conseguí dar con él, hasta llegar a un claro y enlazar con una de las pistas que recorren el bosque y cuyo uso debe estar relacionado con el pasado minero de esta zona. Hay que tener en cuenta que la presencia de estas pistas y de los senderos marcados e hitados por la mencionada Asociación permite realizar múltiples recorridos por su interior. Si optamos por seguir por el sendero hitado, una ver llegado al roblón podemos tomar la pista que pasa cercana y seguir por ella hasta enlazar con el trazado del recorrido aquí descrito. Todo depende de lo que nos queramos complicar. En mi caso, opté por atravesar el bosque y si bien es cierto que no hay sendero marcado, la limpieza que ofrecen los hayedos permite atravesarlo sin casi dificultad, salvo alguna zona donde la presencia de retamas dificulta algo la marcha.
Tras salir al claro y recorrer unos seiscientos metros por la pista, abandono la misma por un sendero que sale a mano izquierda y que está señalizado con un pequeño hito de piedras en el propio camino. De esta forma me vuelvo a adentrar en el bosque, iniciando un descenso hasta el fondo del valle. Salimos del bosque en una zona donde existen los restos de una antigua explotación minera y tras cruzar una pista vuelvo a introducirme en el hayedo.
En este punto se inicia un nuevo ascenso por el bosque hasta llegar a una bifurcación de caminos donde un poste nos señala la dirección hacia el roblón El Monasterio. Debe su nombre al antiguo monasterio benedictino que se encontraba a escasos 300 metros al oeste del roblón. Es un árbol esbelto y majestuoso con un fuste rectilíneo que se ramifica a los 3 metros que si lo miramos de W a E puede dar sensación que contemplamos un candelabro.
Tras un breve descanso, vuelvo a la bifurcación de caminos. Aquí vuelve a haber dos opciones: una, seguir por el camino de la derecha y enlazar con la pista asfaltada que nos conduce hasta el coche; la otra, tomar el camino de la izquierda y ascender hasta la cabaña de Los Senderos y seguir a media ladera por esta cara de Peña Lampa. La primera me parece bastante más aburrida así que me inclino por la segunda, bastante más entretenida pero también más exigente. Este es un buen punto para que cada uno valore las fuerzas con las que llega y decidir por dónde seguir.
Tras un breve ascenso, llego a la caseta y a la majada, hoy sin ganado, que se debe atravesar para salir por la otra puerta y desde ahí tomar un sendero que al principio está definido y transita por una zona con más vegetación y que posteriormente llega al paraje Las Comuñas, con más presencia de roca caliza y donde el sendero desaparece; sin embargo, la orientación es sencilla y sólo hay que ir descendiendo hacia la pista asfaltada que se va viendo según se desciende.
Una vez que se alcanza la pista o carretera, ya sólo queda recorrer unos setecientos metros hasta llegar al coche.
En resumen, una ruta muy entretenida y exigente por uno de esos enclaves maravillosos que nos ofrece la sorprendente Montaña Palentina. Un lujazo.
Ver: Índice IBP
En base a vuestra preparación física, elegir la columna que corresponda y en ella buscar el rango donde se encuentre el número IBP y tendréis el grado de dificultad de esta Ruta
La Montaña Palentina, La Bella Desconocida, ofrece enclaves espectaculares dotados de una magia especial que a los amantes de la naturaleza y las montañas nos permite disfrutar de jornadas innolvidables, en las que, como la de hoy, puedes pasar casi seis horas sin encontrar a nadie, disfrutando de la soledad y de estos parajes inolvidables.
Uno de estos enclaves es el bosque de Valdehaya , fantástico hayedo, repleto de árboles mágicos, y cuyos senderos están recuperando la asociación Tamaria, los Caminos del Monte Vindio. En el siguiente enlace podéis ver muchos de los recorridos que hay por este espectacular bosque:
Vidal Montañero Esgallero.
La ruta de hoy proporciona una combinación entre la alta montaña caliza, con la subida inicial a Peña Lampa, y la bajada al valle atravesando el fantástico hayedo, donde se intercalan los vestigios de la arquitectura industrial minera por el pasado minero de estas comarcas. Ruta exigente por la distancia y el desnivel a superar pero sin dificultades técnicas. Hay tramos en los que no hay sendero pero la orientación es muy intuitiva, sin posibilidad de pérdida.
Inicio la ruta dejando el coche en un pequeño apartadero al poco de desviarme de la carretera P-215 que une Velilla del Río Carrión con Boca de Huérgano.
Retrocedo por la carretera unos 200 metros para tomar el camino que sale a mano izquierda. Tras pasar por un colmenar, tomo un sendero que se difumina entre las escobas en muchas ocasiones y que bordea, paralelo a la carretera, la falda de la mole caliza de Peña Lampa hasta llegar a un canal de agua que sale de las profundidades de la montaña. En este punto empieza como tal la subida a Peña Lampa. Son casi 2 km de constante subida, sin sendero definido, y que hay que afrontar con calma. Voy ascendiendo por la roca caliza, intentando seguir la línea de la arista hasta que llegamos a la cima. Durante el ascenso podemos disfrutar de las vistas del valle de Velilla, de la Sierra del Brezo, con las Peñas Mayores al frente, el embalse de Compuerto, y la silueta difuminada entre las nubes de los colosos Espigüete y Curavacas.
Mención especial merece el sabinar que crece en las soleadas laderas de las caras sur y este de Peña Lampa, posiblemente el más septentrional de la península ibérica.
La subida no tiene ninguna dificultad técnica ni presenta paso expuestos. Una vez en la cima, donde destaca la presencia de un refugio de piedra, y después de un merecido descanso para recuperar la respiración tras el esfuerzo, hay que continuar por el cresterío de cimas secundarias hasta descender al collado Lampa. Mirando hacia el valle podemos ver el hayedo de Valdehaya y algunas de las construcciones que nos recuerdan la importancia minera de este valle.
Desde la salida hasta este punto recorremos casi 5,5 km y se salva más de 800 metros de desnivel positivo acumulado. Hay que prestar atención especial a la zona donde se localiza una gran sima que nos encontramos en el recorrido del cordal. Cuidado, sobre todo en días de niebla o nieve acumulada.
Ahora seguimos por el cortafuegos hasta llegar a la Torre Magalana, mirador natural de las montañas que nos rodean. Continuos unos 400 m por el cortafuegos hasta una curva donde me desvío a la izquierda para adentrarme en el espeso y espectacular bosque. En este punto se coge uno de los senderos hitados que hay dentro del bosque y que nos introduce en el interior del hayedo, pasando en su recorrido junto alguna haya espectacular. Aún en esta época del año el bosque es una pasada pero en primavera-verano, con el verdor de las hojas y los claroscuros del hayedo, y, sobre todo, con la variedad cromática del otoño, su belleza debe ser muy superior.
Tras casi 800 m de recorrido llegamos a un punto donde podemos seguir recto siguiendo el sendero hitado y llegar de esta forma al roblón de Monasterio o girar a la derecha e iniciar un tramo de casi 1 km por el bosque sin sendero marcado, o por lo menos yo no conseguí dar con él, hasta llegar a un claro y enlazar con una de las pistas que recorren el bosque y cuyo uso debe estar relacionado con el pasado minero de esta zona. Hay que tener en cuenta que la presencia de estas pistas y de los senderos marcados e hitados por la mencionada Asociación permite realizar múltiples recorridos por su interior. Si optamos por seguir por el sendero hitado, una ver llegado al roblón podemos tomar la pista que pasa cercana y seguir por ella hasta enlazar con el trazado del recorrido aquí descrito. Todo depende de lo que nos queramos complicar. En mi caso, opté por atravesar el bosque y si bien es cierto que no hay sendero marcado, la limpieza que ofrecen los hayedos permite atravesarlo sin casi dificultad, salvo alguna zona donde la presencia de retamas dificulta algo la marcha.
Tras salir al claro y recorrer unos seiscientos metros por la pista, abandono la misma por un sendero que sale a mano izquierda y que está señalizado con un pequeño hito de piedras en el propio camino. De esta forma me vuelvo a adentrar en el bosque, iniciando un descenso hasta el fondo del valle. Salimos del bosque en una zona donde existen los restos de una antigua explotación minera y tras cruzar una pista vuelvo a introducirme en el hayedo.
En este punto se inicia un nuevo ascenso por el bosque hasta llegar a una bifurcación de caminos donde un poste nos señala la dirección hacia el roblón El Monasterio. Debe su nombre al antiguo monasterio benedictino que se encontraba a escasos 300 metros al oeste del roblón. Es un árbol esbelto y majestuoso con un fuste rectilíneo que se ramifica a los 3 metros que si lo miramos de W a E puede dar sensación que contemplamos un candelabro.
Tras un breve descanso, vuelvo a la bifurcación de caminos. Aquí vuelve a haber dos opciones: una, seguir por el camino de la derecha y enlazar con la pista asfaltada que nos conduce hasta el coche; la otra, tomar el camino de la izquierda y ascender hasta la cabaña de Los Senderos y seguir a media ladera por esta cara de Peña Lampa. La primera me parece bastante más aburrida así que me inclino por la segunda, bastante más entretenida pero también más exigente. Este es un buen punto para que cada uno valore las fuerzas con las que llega y decidir por dónde seguir.
Tras un breve ascenso, llego a la caseta y a la majada, hoy sin ganado, que se debe atravesar para salir por la otra puerta y desde ahí tomar un sendero que al principio está definido y transita por una zona con más vegetación y que posteriormente llega al paraje Las Comuñas, con más presencia de roca caliza y donde el sendero desaparece; sin embargo, la orientación es sencilla y sólo hay que ir descendiendo hacia la pista asfaltada que se va viendo según se desciende.
Una vez que se alcanza la pista o carretera, ya sólo queda recorrer unos setecientos metros hasta llegar al coche.
En resumen, una ruta muy entretenida y exigente por uno de esos enclaves maravillosos que nos ofrece la sorprendente Montaña Palentina. Un lujazo.
Ver: Índice IBP
En base a vuestra preparación física, elegir la columna que corresponda y en ella buscar el rango donde se encuentre el número IBP y tendréis el grado de dificultad de esta Ruta
Waypoints
Waypoint
3,808 ft
Aparcamiento coche
Waypoint
3,846 ft
Colmenas
Waypoint
3,799 ft
Enlace camino
Waypoint
5,295 ft
Descenso
Waypoint
5,178 ft
Cortafuegos
Waypoint
5,518 ft
Desvío bosque Valdehaya
Waypoint
5,416 ft
Sendero hitado
Waypoint
4,909 ft
Posibilidad de seguir por el sendero hitado y llegar al Roblón
Waypoint
4,911 ft
Inicio tramo bosque sin sendero
Waypoint
4,235 ft
Desvío camino. Entrada bosque. Sendero hitado
Waypoint
4,490 ft
Las Comuñas
Waypoint
3,948 ft
Descender siguiendo el curso del arroyo
Comments (2)
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Peazo de ruta que te has marcado Compañero!!! Lujazo de recorrido y descripción super currada... te esperamos de vuelta por Tamaria en breve y muchas gracias por la mención! Un abrazo! :)
Gracias a vosotros por la labor de recuperación de senderos!
La Montaña Palentina es un auténtico lujazo