PEÑA LUSA 1575

Ruta realizada el 21/02/2016
Espectacular día de sol en Febrero que aprovechamos para visitar el norte de las merindades de nuestra provincia, en el valle de Lunada, para ascender a una de las cimas más atractivas de la zona; la peña Lusa. Para ello nos acercamos hasta Espinosa de los Monteros y tomamos la BU570 que sale hacia el norte. En ocho kilómetros nos desviaremos a la derecha por la BU572 que se interna en el valle entre las sierras de Valdosa y Peña Lusa. La carretera está salpicada de pequeñas áreas de parking cada pocos kilómetros, y tras 5 kilómetros desde el desvío dejaremos el vehículo en el que sirve de inicio a la ruta de hoy.
Comenzaremos a caminar con las raquetas puestas debido a la gran cantidad de nieve que tapiza toda la zona, dirigiéndonos hacia el este por el sendero que, aunque cubierto por la nieve, se encuentra bien marcado por las huellas que otros montañeros han dejado con anterioridad. Antes de llegar al bosque que avanza hacia la montaña giramos a la izquierda y seguimos hacia el norte pasando junto a una pequeña laguna, continuando bajo las pareces de la cadena rocosa de nuestra derecha con una preciosa vista inferior de los picos de Peña Lusa, Bustarejo y Becerril, y la silueta de la estación militar de Las Motas frente a nosotros.
Cuando llegamos al collado de los Porrones giramos a la derecha e iniciamos el ascenso hacia el Pico de Becerril, complicándose por la nieve blanda que pese a las raquetas dificultan bastante el ascenso. Llegamos a la cima y contemplamos la enorme vista de los valles de Lunada en la vertiente burgalesa y el de Ansó en el lado cántabro, distinguiendo tras las cimas de Castro Valnera y el pico de la Miel las grandes cimas de la montaña Palentina. Bajaremos por el sureste hacia el Portillo de Las Escalerucas y vadearemos por el sur la peña de Bustarejo, intentando seguir las pocas huellas que quedan hasta llegar al collado que se forma entre esta peña y la Lusa. Rodeamos a esta por el sur y en la primera canal que distinguimos comenzamos el ascenso hasta la cima. La nieve complica mucho nuestro avance, pero tras un sufrido ascenso llegamos hasta la cima un poco agotados. Tomamos aire mientras contemplamos la preciosa vista que se despliega en los 360 grados, pero comenzamos pronto el descenso para evitar el fuerte viento que sopla en lo alto.
Crestearemos hacia el sureste, buscando y adivinando ya el camino a seguir, de forma completamente intuitiva, hasta que alcanzamos el collado donde comienza el descenso por el barranco. Dejamos la cresta y bajaremos hacia el bosque que se encuentra hacia el oeste, y lo atravesaremos en su totalidad zigzagueando entre los árboles hasta salir del mismo y enlazar con la senda que llega hasta la lagunilla que cruzamos al comienzo de la ruta. De allí volvemos por nuestros pasos hasta llegar al parking donde tenemos nuestro coche, dando por finalizada una preciosa pero un poco agotadora jornada.