Peña Lusa Oriental por la ruta del rebeco trastornado.

Para realizar esta ruta es necesario manejar un nivel alto de rebeco. Sin ser una ruta que presente grandes dificultades ni trepadas difíciles, la ruta huye en todo momento de los senderos transitados por los montañeros, ascendiendo por fuertes pendientes y caminando por terreno caótico en el que es necesario saber guardar muy bien el equilibrio.

Partimos del kilómetro 4.5 de la CA-665 que asciende al Portillo de la Sía. Cogemos una pista que parte a nuestra derecha y en pocos metros nos presenta en la base del magnífico valle glaciar/cabañal de Zucía. Nos encontramos ante una panorámica idílica, desde un punto bajo del cabañal en el que se puede admirar la profundidad del valle, sumergido bajo las peñas de la Porra del Trillo, la Brena los Picos y la cara Norte de Peña Lusa.

Bordeamos el cabañal por la derecha y nos adentramos en la profundidad del hayedo de Zucía. Ascendemos por el hayedo dibujando un par de revueltas que nos permiten superar la pendiente fácilmente, gracias también a la limpieza del fondo del bosque.

Nos localizamos ahora bajo la Canal de las Torcas, un corredor que sube entre hayas bajo las paredes calizas de la Porra del Trillo y la Brena los Picos. La canal presenta grandes pendientes que vamos superando zigzagueando ente las hayas. En esta canal se encuentran dos de las principales entradas al sistema de cuevas del Trillo-Tramasquera, con un desarrollo total de más de 19 km y 430m de desnivel, llegando a conectar con la parte opuesta de la montaña en la provincia de Burgos.

Salimos de las hayas, seguimos ascendiendo la canal por terreno herboso y algo incómodo. Antes de llegar al collado que da acceso a la Porra del Trillo, giramos a la derecha hacia otro pequeño hayedo entre un lapiaz bastante caótico, pero que se salva bastante bien si andamos por la parte más baja del mismo.

Al salir de esta zona, debemos seguir el lapiaz en dirección Norte hasta toparnos con un hito en el que se inicia una faja herbosa con un sendero tímido, por la que enlazamos con la zona de la Brena de los Picos. Desde aquí ya podemos observar el Collado de la Calleja de las Matanzas, entre el Copete de la Tramasquera y Peña Lusa.

Nos acercamos al collado y nos colocamos en la base de la pared de Peña Lusa. Seguimos las marcas rojas que nos indican la ascensión a la cima oriental de Peña Lusa. (No confundir con las que conducen a la cima principal, que tras los primeros metros de ascenso giran a la izquierda) Se trata de un ascenso bastante vertical, pero en el que apenas hemos de ayudarnos con las manos en un par de puntos.

Tras disfrutar de la cima, descendemos buscando la arista Noreste. Se trata de una arista fácil pero con fantásticas vistas a los valles de Hoyo Empeñadiro (izquierda) y Valturón (derecha), con bastante patio hacia este último.
La arista apenas presenta un par de pasos algo comprometidos, fácilmente salvables por la izquierda. Al final de la misma existe un destrepe bastante delicado. Hay que bajar un paso empotrado, después realizar una pequeña travesía a la derecha por una estrecha repisa, y finalmente descolgarse de una roca que se haya al final de la repisa. Este último punto es el más complicado, pues debemos tentar apoyos con los pies, quedando éstos a más de metro y medio de altura. Este destrepe se puede evitar dando un rodeo por la izquierda.

El destrepe nos sitúa en un collado entre los hoyos Empeñadiro y Valturòn y una pequeña cima. Ésta es poco prominente pero con mucha caída hacia el norte, con vistas dignas de cualquiera de las montañas circundantes de mayor envergadura.

Desde aquí cogemos una senda a la derecha. La abandonamos al de 200m para descender hacia la zona más baja del Hoyo Valturón. Este descenso es bastante pestoso, con hierbas altas, brezos, argomas y suelo irregular. Sin embargo nos sitúa en el fondo del valle con un enorme anfiteatro calizo a nuestras espaldas y la salida hacia el Hoyo de Zucía a través de una especie de garganta al frente.

El descenso hacia el bosque de Zucía desde este punto es más sencillo de lo que pudiera parecer desde arriba. Realizamos un par de giros entre las rocas que el valle ha expulsado a través de la garganta y llegamos fácilmente a las cotas superiores de hayedo de Zucía.

Luego descendemos plácidamente por el hayedo, disfrutando de nuestros pasos por la alfombra de musgo que cubre todo el bosque. Llegamos sin dificultad al cabañal de Zucía y de nuevo al coche.