84. Peña Mortero y Ermita de Monasterio de Rodilla

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 42 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 314 metros (superior al que estima Wikiloc).


Ruta realizada el 1 de agosto de 2021 (publicada en Wikiloc el 6 de abril de 2022). Como orientación, nos basamos en la información y los mapas disponibles en ‘Sendas de Burgos’ (http://sendasdeburgos.blogspot.com/2020/11/pena-mortero-y-arroyo-viguillas.html).

La ruta, tal como aparece en ‘Sendas de Burgos’, es corta. La alargamos (5 km) en varios puntos: por el bosque desde Peña Mortero en dirección noreste; en la zona de la Atalaya, al sur; por las lomas descampadas con rumbo este, hacia las ruinas del castillo de Monasterio de Rodilla; y también en el arroyo de La Viguilla, al oeste, en dirección sur. Incluimos también nuestro extravío en el centro del bosque, dando algunas vueltas demás (de las que no nos arrepentimos…; bueno, de los rasponazos, sí). Finalmente, nos desplazamos en vehículo (sin computar) al Barrio de Santa Marina, a ver su ermita románica, como parte cultural de la ruta.

Es una excursión sencilla, teóricamente. Pero en ella uno se puede extraviar en el monte, dada la ausencia, o mínima trazabilidad, de senderos (o confluencia de varios) en bastantes zonas. Así que la calificaremos como de dificultad 'Moderada'. En cualquier caso, el monte no es muy extenso; se termina llegando a alguno de sus confines en algún momento. Luego hay que encontrar el camino de regreso. Con algo de orientación espacial montañera, es posible salir bien parado del atolladero. Mejor es, no obstante, llevar alguna ayuda técnica; al menos, mapas de ubicación en el teléfono.

Dado que el monte no está al lado de ninguna población, hay que desplazarse unos pocos km en vehículo; primero, por carretera (BU-V-5005, entre los pueblos de Temiño y Monasterio de Rodilla); luego, por un trecho corto de pista (tanto como un desee ahorrarse de caminata), junto al arroyo de La Viguilla. Se asciende al monte por una vaguada. Una vez en su parte alta, hay múltiples opciones. Nosotros elegimos ir en el sentido contrario a las agujas del reloj: de este a norte a oeste a sur (‘más o menos’). Se regresa por una cómoda pista bordeando el arroyo. No lo saltamos para acceder a la cueva de La Hilandera; estaba selvático.

El bosque nos pareció el mayor atractivo de la ruta. O, más bien, deberíamos decir los múltiples micro-sistemas de bosque. Hay zonas húmedas con un tipo de vegetación más tupida, fresca y lozana, incluyendo helechos y flores. Hay otras más secas y más abiertas, con amplios claros. Y las hay intermedias, con arborización cerrada de encinas y carrascas, principalmente. Hay áreas más ásperas y agrestes, parameras; otras, en cambio, semejan praderas, si bien ya estaban marchitándose. En todas ellas, disfrutamos; hasta cuando nos perdimos (los arañazos no los incluyo en la ecuación).

También son motivo de recreo y deleite las lomas en dirección a las ruinas del castillo (no llegamos por poco), y las panorámicas sobre la Sierra de la Demanda, y los campos al sur de La Bureba. Las lomas, agostadas ahora, pueden resultar algo desoladoras según para quién, pero hacen de excelente complemento respecto al bosque; a algunos les ('nos', para qué ocultarlo) elevan el espíritu. A los buitres parecían gustarles; en ellas estaba aposentado apaciblemente un numeroso grupo. Nos permitieron cierta proximidad. No quisimos importunarles y los observamos desde una distancia prudencial. Lamentablemente, sólo disponíamos de la cámara de nuestro teléfono.

A pesar de la escasa longitud y desnivel de la ruta (sin exigencias físicas de consideración, aunque bastante quebrada), invertimos cerca de 4 horas en su recorrido. Señal de que nos gustó (“¡…tampoco estuvimos ‘perdidos’ tanto tiempo…!”). Cuando volvíamos por la pista junto al arroyo, sin sombras, el sol, alto, ya planchaba. Cogimos el coche y nos acercamos a un ‘oasis’ en el cercano pueblo de Monasterio de Rodilla: umbría, jardines, fuentes, estanques; y una impresionante ermita (Nuestra Señora del Valle), con dos demonios esculpidos en las jambas de la puerta. A refrescarnos el cuerpo; …y aligerar el callo largamente arremolinado sobre el alma.

*Nota. Sacamos muy pocas fotos de contenido no personal. Agrupamos 3+3 fotografías de la ruta senderista propiamente dicha en dos ‘puntos de interés’: uno, en el mirador de la Atalaya, al sur; otro, en el centro del bosque, próximo a Peña Mortero. Las correspondientes al área de la ermita (fuera de la ruta, pero parte de la excursión) las reunimos en un ‘waypoint’ aparte, ubicado junto a dicha ermita (Barrio de Santa Marina).