Peña Oroel desde parador y bajada por senda de los lobos.
near Barós, Aragón (España)
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Itinerary description
Justo en esos pensamientos llego a Jaca y me desvío por una de las tres carreteras del Sur de la ciudad, y tras bajar hasta cruzar el río Gas, voy ascendiendo en continuos virajes durante 7 kilómetros de carretera recién arregladas hasta un desvío a mano izquierda por una pequeña pista asfaltada que me lleva hasta el punto de partida de la excursión de hoy, el Parador de Oroel aunque también es un lugar en el que se aloja un buen Restaurante, con una terraza mirador de vistas privilegiadas, un fácil acceso con coche desde cualquier lugar y con una oferta gastronómica excelente.
Llegado al Parador me doy un pequeño paseo hasta el mirador y me dejo “atrapar” por esa energía que emana de las montañas, poco después me coloco la mochila a la espalda y tranquilamente me dispongo a enfrentarme a los pocos más de 600 metros de desnivel hasta la cruz por el sendero de los neveros. El camino en principio es de pendiente fuerte a pesar de que se ha suavizado con algunos zig-zags recientemente así que rápidamente me despojo de una de las capas, me saco el gorro de lana y los guantes y me dedico a caminar lentamente, sin ningún tipo de prisa, inmerso en mis pensamientos y así sucesivamente y rodeado de pinos, voy restándole metros al acumulado de ese día.
Poco a poco los pinos van cediendo el espacio a los abetos y puedo observar la cantidad de árboles caídos, supongo por las tormentas, nevadas o vendavales de los últimos meses y me ando con algo de cuidado por si las moscas, aunque no hay peligro evidente debido a que no corre ni pizca de aire. Un par de curvas más y llego al Collado de las neveras, llamado así por que en la antigüedad se almacenaba nieve para trasladarla a la ciudad de Jaca y otros municipios colindantes. Veo la Cruz y sonrío, sabedor de que me quedan menos de 70 metros de desnivel para llegar. Continuo a ritmo pausado y sonriente por entre prados rodeados de bojes hasta llegar a la gran Cruz de 9 metros que en su momento, a principios del S.XX fue levantada por el cuerpo de forestales.
Observo todo el horizonte por los cuatro puntos cardinales mientras bebo un trago de agua, el Sol hace que el día parezca menos frío de lo que en realidad es, así que me acabo quedando en manga corta, algo atípico para lo adentrado que está ya el Otoño y mirando el paisaje detengo mi vista en la Canal de Berdún, por donde fluye el Camino de Santiago Aragonés y pienso en los buenos recuerdos que me trae, ya hace más de un año que lo realicé pero aún siguen muy latentes esas conversaciones con otros peregrinos en los albergues y también la soledad del camino, al menos en su vertiente aragonesa.
Poco después de tomar unas fotografías, desando el camino andado hasta pillar un desvío que me ha de llevar por una bonita bajada arbolada hasta la Ermita de la Virgen de la Cueva, aunque ya no se puede visitar su interior debido a un derrumbe que hubo hace un para de años, así que continuo por un sendero demasiado trillado para mi gusto por los jabalíes que infestan esta zona.
Sin perder casi altura me dirijo a una pequeña explanada en donde llega algún 4×4 para salir desde aquí y enfrentar la cara Sur de Oroel, y recuerdo uno de mis últimos vivacs que hice aquí hace ya algún tiempo. Me viene a la mente aquella noche fría y estrellada, se nos hacía tarde para llegar a nuestro destino así que decidimos parar a cenar algo, y ya nos apalancamos y decidimos pasar noche aquí para madrugar al día siguiente y seguir camino.
Estoy a 1.360 metros de altura así que de nuevo me toca remontar por un pequeño y pedregoso sendero, y de una manera bastante directa llegar hasta una pequeña fuerte que yace yerma, seca , aunque aprovecho el espacio para detenerme y recuperar el resuello por el esfuerzo acometido de los últimos minutos y aprovecho para disfrutar del espectáculo de unos caballos correteando y jugando por la zona. Es mediodía y ya estoy casi en la cima de la cara este a pesar de tomarme las cosas con calma, con bastante calma observo que voy muy bien de tiempo así que racaneo un rato más y ahora si, por una zona no muy bien marcada y delimitada me pongo a progresar rodeado de erizones así que algún que otro pinchazo me llevo en las piernas cuando meto el pie en donde no debo aunque es del todo soportable. En una media hora o un poco más llego a la cima o Punta Bacials, y desde aquí me voy hasta la punta más oriental para disfrutar de las vistas que otorga esta parte. Tras un ligero descanso me dispongo a buscar la Senda de los Lobos, un sendero que baja directo al Parador aunque he leído en algún blog que el camino no está en muy buenas condiciones. Todo y así me apetece bajar por allí ya que la zona es digna de enmarcar en un buen cuadro y allí que me dirijo.
La entrada al sendero me la encuentro bastante tapada por algunos árboles caídos recientemente así que avanzo contorsionándome por entre ramas, troncos y rocas y así penosamente avanzo unos 50 metros, lo justo para entrar de lleno en el sendero y a partir de aquí no encuentro ningún obstáculo más salvo algunas pequeñas ramas que el viento ha arrancado de los árboles, progreso ya sin ningún impedimento por un perfecto camino que los excursionistas que han pasado en los últimos tiempos han trazado perfectamente y sin mayor historia llego a la carretera del Parador y tras unos centenares de metros avisto la zona de Parking del mismo.
Tras llegar a la furgo y cambiarme de ropa me acerco al Restaurante y tras pedir una cerveza me siento en la terraza a degustar la birra y los paisajes a partes iguales. Pienso en como añoro a mi compañera de viaje de estos últimos años, y tras contemplar los paisajes nevados de los pirineos pienso en que podría realizar alguna travesía con la mountain bike por zonas nevadas, por algún territorio del Norte de Europa… poco a poco esa idea va tomando forma en mi cabeza mientras apuro los últimos sorbos de tan precioso líquido. Hay tormentas que rugen en nuestro interior, en esas personas que amamos por encima de todo la aventura, en esas personas que somos adictos a la incertidumbre que nos espera tras cada curva del camino, y es precisamente ese volcán el que nos puede llevar más lejos de lo que a veces, creemos posible. Todo lo que vale la pena merece un esfuerzo. Y que así sea siempre.
Llegado al Parador me doy un pequeño paseo hasta el mirador y me dejo “atrapar” por esa energía que emana de las montañas, poco después me coloco la mochila a la espalda y tranquilamente me dispongo a enfrentarme a los pocos más de 600 metros de desnivel hasta la cruz por el sendero de los neveros. El camino en principio es de pendiente fuerte a pesar de que se ha suavizado con algunos zig-zags recientemente así que rápidamente me despojo de una de las capas, me saco el gorro de lana y los guantes y me dedico a caminar lentamente, sin ningún tipo de prisa, inmerso en mis pensamientos y así sucesivamente y rodeado de pinos, voy restándole metros al acumulado de ese día.
Poco a poco los pinos van cediendo el espacio a los abetos y puedo observar la cantidad de árboles caídos, supongo por las tormentas, nevadas o vendavales de los últimos meses y me ando con algo de cuidado por si las moscas, aunque no hay peligro evidente debido a que no corre ni pizca de aire. Un par de curvas más y llego al Collado de las neveras, llamado así por que en la antigüedad se almacenaba nieve para trasladarla a la ciudad de Jaca y otros municipios colindantes. Veo la Cruz y sonrío, sabedor de que me quedan menos de 70 metros de desnivel para llegar. Continuo a ritmo pausado y sonriente por entre prados rodeados de bojes hasta llegar a la gran Cruz de 9 metros que en su momento, a principios del S.XX fue levantada por el cuerpo de forestales.
Observo todo el horizonte por los cuatro puntos cardinales mientras bebo un trago de agua, el Sol hace que el día parezca menos frío de lo que en realidad es, así que me acabo quedando en manga corta, algo atípico para lo adentrado que está ya el Otoño y mirando el paisaje detengo mi vista en la Canal de Berdún, por donde fluye el Camino de Santiago Aragonés y pienso en los buenos recuerdos que me trae, ya hace más de un año que lo realicé pero aún siguen muy latentes esas conversaciones con otros peregrinos en los albergues y también la soledad del camino, al menos en su vertiente aragonesa.
Poco después de tomar unas fotografías, desando el camino andado hasta pillar un desvío que me ha de llevar por una bonita bajada arbolada hasta la Ermita de la Virgen de la Cueva, aunque ya no se puede visitar su interior debido a un derrumbe que hubo hace un para de años, así que continuo por un sendero demasiado trillado para mi gusto por los jabalíes que infestan esta zona.
Sin perder casi altura me dirijo a una pequeña explanada en donde llega algún 4×4 para salir desde aquí y enfrentar la cara Sur de Oroel, y recuerdo uno de mis últimos vivacs que hice aquí hace ya algún tiempo. Me viene a la mente aquella noche fría y estrellada, se nos hacía tarde para llegar a nuestro destino así que decidimos parar a cenar algo, y ya nos apalancamos y decidimos pasar noche aquí para madrugar al día siguiente y seguir camino.
Estoy a 1.360 metros de altura así que de nuevo me toca remontar por un pequeño y pedregoso sendero, y de una manera bastante directa llegar hasta una pequeña fuerte que yace yerma, seca , aunque aprovecho el espacio para detenerme y recuperar el resuello por el esfuerzo acometido de los últimos minutos y aprovecho para disfrutar del espectáculo de unos caballos correteando y jugando por la zona. Es mediodía y ya estoy casi en la cima de la cara este a pesar de tomarme las cosas con calma, con bastante calma observo que voy muy bien de tiempo así que racaneo un rato más y ahora si, por una zona no muy bien marcada y delimitada me pongo a progresar rodeado de erizones así que algún que otro pinchazo me llevo en las piernas cuando meto el pie en donde no debo aunque es del todo soportable. En una media hora o un poco más llego a la cima o Punta Bacials, y desde aquí me voy hasta la punta más oriental para disfrutar de las vistas que otorga esta parte. Tras un ligero descanso me dispongo a buscar la Senda de los Lobos, un sendero que baja directo al Parador aunque he leído en algún blog que el camino no está en muy buenas condiciones. Todo y así me apetece bajar por allí ya que la zona es digna de enmarcar en un buen cuadro y allí que me dirijo.
La entrada al sendero me la encuentro bastante tapada por algunos árboles caídos recientemente así que avanzo contorsionándome por entre ramas, troncos y rocas y así penosamente avanzo unos 50 metros, lo justo para entrar de lleno en el sendero y a partir de aquí no encuentro ningún obstáculo más salvo algunas pequeñas ramas que el viento ha arrancado de los árboles, progreso ya sin ningún impedimento por un perfecto camino que los excursionistas que han pasado en los últimos tiempos han trazado perfectamente y sin mayor historia llego a la carretera del Parador y tras unos centenares de metros avisto la zona de Parking del mismo.
Tras llegar a la furgo y cambiarme de ropa me acerco al Restaurante y tras pedir una cerveza me siento en la terraza a degustar la birra y los paisajes a partes iguales. Pienso en como añoro a mi compañera de viaje de estos últimos años, y tras contemplar los paisajes nevados de los pirineos pienso en que podría realizar alguna travesía con la mountain bike por zonas nevadas, por algún territorio del Norte de Europa… poco a poco esa idea va tomando forma en mi cabeza mientras apuro los últimos sorbos de tan precioso líquido. Hay tormentas que rugen en nuestro interior, en esas personas que amamos por encima de todo la aventura, en esas personas que somos adictos a la incertidumbre que nos espera tras cada curva del camino, y es precisamente ese volcán el que nos puede llevar más lejos de lo que a veces, creemos posible. Todo lo que vale la pena merece un esfuerzo. Y que así sea siempre.
Waypoints
Waypoint
5,525 ft
Cima
Falsa cima
Waypoint
3,865 ft
Fuente de Los Forestales
Fuente de Los Forestales
Fountain
4,977 ft
Fuente
Fuente, yo la encontré seca en verano.
Waypoint
3,842 ft
Parador de Oroel
Parador de Oroel, sirven buenas comidas a precios razonables. Buen punto para iniciar y acabar la ruta. La subida desde Jaca en coche es un momento.
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