Peña Oviedo

La ruta parte de Mogrovejo, un precioso pueblo de la comarca de Liébana muy cuidado y restaurado con el macizo de Ándara de los Picos de Europa como telón de fondo. Llegamos temprano y el pueblo todavía está desierto. Ni siquiera encontramos un bar abierto, así que rápidamente nos ponemos en marcha. El día está precioso con un maravilloso cielo azul y todo apunta a que hoy el sol nos va a hacer sudar.

Salimos de Mogrovejo subiendo y no dejaremos de hacerlo hasta llegar al punto más alto del día: Peña Oviedo (1.309 m). Aunque comenzamos con la chaqueta puesta, enseguida sobra. La primera parte de la ruta está señalizada, ya que vamos siguiendo el sendero homologado PR-PNPE-22. Vamos todo el rato por pista o caminos muy cómodos, a veces por zona boscosa, pero la mayor parte del tiempo caminamos disfrutando de unas espectaculares vistas hacia los Picos de Europa. Vemos unas pequeñas nubecillas que empiezan a asomar entre los Picos que le dan un aspecto más bonito todavía si cabe. Parecen un adorno.

Pero a medida que subimos, observamos que las nubes están dejando de ser un adorno. ¡Están poniéndose delante los Picos! Como lleguemos arriba sin vistas…

Tras subir un poco más, ahora por zona de pastos, confirmamos lo que nos estábamos temiendo. Las nubes han formado un perfecto telón. Para llegar a Peña Oviedo solo hay que desviarse un poco de la pista para llegar a la cumbre. Realmente no es una gran montaña, pero es un mirador natural fantástico hacia los Picos de Europa… si las nubes te dejan, claro.

El silencio nos rodea… O no. La verdad es que no paramos de escuchar decenas de sonidos que hacen increíblemente agradable estar en esa cima: los cencerros de las vacas, el canto de los pajarillos, el sonido del viento en los árboles… La relajación es total. Tuvimos también la gran suerte de que varios grupos de decenas y decenas de buitres se pusieran a volar sobre nosotros. Volvemos a la pista y continuamos por ella. La abandonamos en un cruce que señala hacia Llaves y es también en este punto donde abandonamos el sendero homologado. A partir de ahora ya no tendremos más señalización. El paisaje ha cambiado bastante con respecto a la subida, ya que ahora estamos en zona de pastizales y campos de cultivo y hemos dejado de ver los Picos. De todas formas, aunque no es tan espectacular, el entorno sigue siendo muy agradable. Enseguida llegamos a Sebrango, un pueblo que da bastante pena porque ha tenido que ser desalojado por un corrimiento de tierras. Hay casas que han quedado a medio restaurar.

De Sebrango a Mogrovejo se llega rápidamente por una pista asfaltada. Aquí volvemos a ver los Picos de Europa… y que el telón de nubes prácticamente ha desaparecido ya. Ha deleitarnos con las vistas desde la cima de Peña Oviedo, pero teniendo en cuenta el momento de paz vivido allí arriba y que disfrutamos de ellas durante la subida, no tenemos nada que objetar. Ha sido una ruta fácil y perfecta para despedir este viaje.