Peña Santullan, paseando por su Castro

PEÑA SANTULLAN Y VUELTA AL CASTRO PREROMANO

Bilbao, a cinco de octubre de 2014.
Hoy vamos a degustar en nuestra salida dos ingredientes, primero el paseo montañero en sí, y de segundo una ruta cultural visitando el Castro de Santullan o Samano que se sitúa en lo alto de esta peña.
La riqueza paisajística de la zona y la variada flora y fauna están siendo amenazadas por el avance de la cantera que poco a poco se va comiendo el monte, hasta donde llegaran?
El arroyo tabernillas fue canalizado al crear el polígono Vallegon y menos mal, las noticias de que iban a repoblar de arbolado autóctono se quedaron en eso.
Lo que sí han protegido es una zona de la peña donde anida el Alimoche y el Alcon Peregrino, incluso se pide a los escaladores que protejan la zona y no creen nuevas vías preservando una zona y regulando temporadas de escalada.
En nuestro caso partimos junto a la iglesia de Santullan y por el bidegorri vamos hacia Samano hasta alcanzar el polígono industrial, allí tomamos una pista junto al mencionado arroyo Tabernillas, que hoy baja seco y poco a poco avanzamos.
Hemos tenido la suerte de venir por aquí el mismo día y a la misma hora en que se desarrolla una prueba del campeonato de Euskadi de moto trial, y como no pasan a nuestro lado, eso sí despacito solo algunos.
¡Qué alegría, qué alboroto, otro perrito piloto! (Léase con un deje de ironía)
Lo cierto es que enseguida nos desviamos a nuestra izquierda por una pista que sube hacia la peña y un poco más arriba, al llegar a un rellano abandonamos camino y nos vamos derechos hacia arriba para observar la parte más ancha de la muralla que protegía el castro.
Este castro prerromano que supera las 10 hectáreas, estaba amurallado contando con el perfil orográfico de la peña y se reconocen el perímetro varias puertas de acceso, destacando dos de ellas la de Vallegon que visitaremos en primer lugar y la del Norte, la más ancha y en la que se adivina muy bien por dónde recorre la muralla.
El castro fue descubierto a finales del siglo pasado y se han realizado distintas excavaciones pudiendo datar restos de la segunda edad del hierro, de la edad del bronce y claro está preromanos y romanos, parece confirmado que sus primeros pobladores eran los Autrigones, pues se dice que su territorio iba desde el Nervión hasta el Ason.

Nuestro siguientes pasos van por debajo de la peña donde nidifica el Alimoche hacia la izquierda para entrar por la puerta de Vallegon, en cuyas inmediaciones hay una cueva que estuvo habitada y las zonas de explanadas y campas donde se puede intuir que se estableció la población pues todo el resto de la zona es, al menos hoy, un paisaje kárstico.
Después bajamos hacia el norte para llegar a la otra puerta,la puerta de Saganza o puerta Norte mejor conformada y que aún conserva restos de piedras talladas para hacer el muro y la puerta, presenta también restos de una muralla realizada mediante la técnica de la piedra en seco, es decir, encajando unas con otras al poner unas horizontales y otras verticales como soporte.
Bueno ahora ya visto esto, que es lo más significativo, vamos a tomar altura por donde mejor nos parezca, intentando pisar las zonas verdes que aparecen entre este inmenso pedregal. Llegamos al cordal cimero y sin camino claro pero con cientos de trazas del ganado, está lleno de cabras y algunas vacas, progresamos hacia la cima.
No se hace difícil pero conviene tener cuidado por lo afilado de alguna rocas, si vamos despacito descubriremos cantidad de parajes preciosos e incluso podemos sorprender a un par de despistados buitres, que esperan un poco mas de sol para coger una térmica y surcar los cielos.
Casi sin darnos cuenta nos situamos en el collado de acceso a la cima y empezamos a observar el avance de la cantera, casi llega ya hasta arriba por el norte y por el este.
En fin, las pestes para otro día…
Para subir a la cima basta seguir alguno de los hitos pero sobretodo las flechas que nos van señalando el camino, se bordea por la izquierda y se pasa al lado norte para apoyando un poco las manos, hoyar la cima sin pegas y con unas vistas magnificas.
Amenaza agua, de hecho en Castro Urdiales llueve, así que para abajo rápido que no me apetece resbalarme porque se moje la roca.
La vuelta la hago para hacer un círculo por la pista que baja a través de la cantera en su lado “trasero”, sin haberme encontrado un solo cartel o alambrada o puerta que me diga que estoy dentro de la cantera, ¡resulta tan evidente!
Al ser domingo y no trabajar pues no hay problemas, enseguida salimos al collado con la Peña Otañes y por la pista de la izquierda para abajo , cerca pero esta vez fuera de la cantera.
Y así enseguida llegamos al coche.

El menú matutino ha estado muy bien, ahora vamos a por el condumio que también promete.
Hasta otro día en el monte.