Peñalba de Lérdano

Partiendo desde el Vigo hay que cruzar por un túnel bajo la vía cogiendo una pista que enseguida se bifurca cogeremos el camino de la izquierda, el de la derecha será por donde volveremos. La pista nos va acercando al frente calizo en suave pendiente y cuando empieza a hacer una curva hacia la derecha, nos salimos por un camino por la izquierda que con algo más de pendiente desemboca al poco tiempo en una pista transversal que tomamos hacia la izquierda. Continuamos subiendo por esta pista hasta que termina en medio del hayedo, por lo que habrá que intentar llegar a terreno despejado por el mejor camino posible. Una vez en terreno abierto, ya queda poco para los paredones calizos, queda el peor tramo ya que la pendiente se vuelve muy fuerte teniendo que ganar metro a metro, agarrándonos a los matojos de hierbas, hasta intentar encontrar un minúsculo sendero que discurre paralelo a la pared rocosa. Se puede ir a visitar la Cueva de Santa Cecilia, que es lo que hice yo faldeando por el citado sendero hasta llegar a la cueva. Desde la cueva hay que volver a faldear otra vez por el sendero (alrededor de un kilómetro) hasta llegar al inicio del Portillo de la Avellaneda.

Este portillo son como dos hachazos en el frente calizo separados por un espolón rocoso. Normalmente se sube por el corredor de la izquierda que aunque es más expuesto es mas fácil técnicamente que el de la derecha, aunque también se puede subir el de la derecha. Así pues cogemos el corredor de la izquierda que en fuerte pendiente nos llevará hasta el fondo de un pequeño circo en el que parece que no hay paso. Hay que buscar entonces un pequeño paso, una especie de cornisa en subida hacia la izquierda que nos hará salvar el pequeño frente calizo. Una vez superado llegamos al terreno más expuesto en el que hay que remontar una fuerte pendiente de hierba, con un poco de patio debajo, pero que se supera sin ningún problema agarrándonos a los matojos de hierbas (ojo con el terreno mojado). Tras superar este tramo un poco delicado, que no pueden ser más de veinte metros, desembocamos en otra especie de pequeño circo, en el fondo del cual hay que salvar una pequeña pared ayudados de un pequeño hierro incrustado en la pared que nos ayuda a superar el obstáculo sin problemas. Ya solo queda superar un muy empinado corredor herboso para llegar hasta la arista y dar vista al Valle de Losa.

A partir de aquí cogemos la arista por hacia la derecha hasta que el terreno nos impida continuar, para iniciar entonces un flanqueo hacia la izquierda para enlazar con la camino que viene desde Villabasil. Tras enlazar con el mismo solo nos queda remontar la pendiente. Tras superar el As de Bastos, curioso monolito en forma de percebe o dedo pulgar, debemos girar en en ángulo recto hacia la izquierda en dirección a un hito que asoma en una pequeña cresta, desembocando en una fuerte pendiente de hierba que tras superarla nos dejará en la cumbre de Peñalba de Lérdano (1.244 metros). Tras las fotos de rigor abandonamos la cresta hacia el Oeste para al poco tiempo coger un camino que por la vertiente norte y jalonado con hitos, nos llevará sin ningún problema hasta el Portillo de Lërdano. Hasta aquí llega el tradicional camino de subida al Peñalba desde el Valle de Mena que es el que cogeré para la bajada. El camino no tiene ningún problema y salvo un par de sitios en que puede aparecer alguna duda (donde nos puede ser útil el track) se sigue sin ningún problema. Además la pendiente no es demasiado exagerada, pudiéndose decir que la bajada se hace con relativa comodidad. Cuando llegamos a terreno despejado continuaremos por un prado en paralelo a una valla, en mitad del cual conviene pasarse al otro lado de la valla por un portillo, para no veros en dificultades de cruzar la citada valla más tarde. Sin mayor problema desembocamos en un camino que a su vez termina en la pista llegando a la bifurcación del principio de la ruta. Ya solo nos queda recorrer los escasos metros que nos quedan del Vigo para dar por terminada esta dura ruta.

Ruta que he calificado de difícil porque aunque su dificultad técnica no es demasiado alta, si que transitaremos por tramos con una una pendiente verdaderamente fuerte y en la que el avance se hace muy penoso, teniendo que ayudarnos en muchas ocasiones de los manojos de hierbas para avanzar. El Portillo de la Avellaneda, aunque impresiona un poco desde abajo es más fácil de lo que parece, por el corredor de la izquierda, sin grandes dificultades salvo el del fortísimo desnivel que hay que superar. Hay un pequeño tramo un poco expuesto, pero que con terreno seco se salva sin problemas. Ya cerca del final hay otra pequeña trepada que superaremos sin problemas con ayuda de un clavo. El tramo de arista hacia el Peñalba, es también bastante incómodo, con un terreno bastante desigual y en el que el avance se hace bastante lento hasta enlazar con la ruta normal de subida desde Villabasil. A partir de entonces ya no habrá problema hasta llegar al Valle de Mena. Tendremos la suerte de gozar durante toda la jornada, si el tiempo no lo impide de unas extraordinarias vistas tanto del Valle de Mena como de los Montes de la Peña. En definitiva yo creo que para subir al Peñalba desde el Valle de Mena es más recomendable la ruta por el Portillo de Lérdano, dejando quizá esta ruta un poco como de exploración. (Ruta realizada el 25 de julio de 2015).