Peñas de Bonilla desde Guatiza 20022023

Salida que tiene como objetivo patear por los alrededores de Las Peñas de Bonilla y curiosear su entorno.
Partí desde el Jardín de Cactus y me fui por la calle Achicoria (pista de tierra, justo frente al Jardín) adentrándome en Hoya Honda (zona de tuneras), para desviarme a la derecha (la calle continúa a la izquierda) y coger una pista que atraviesa una zona con algunos montículos de picón y de materiales de construcción. Tras ellos aparecen antiguas fincas en desuso atravesadas por una pista que sigo. Hay un pequeño muro que saltar (otros ya han saltado antes y el derribo de piedras facilita el transito) y que nos permite acceder a otra finca (sin uso, también) que nos da paso tranquilo hasta otra pista de tierra (diseminado de Mala, en el Maps). Continúo por ella unos metros hasta acceder a las fincas que voy encontrando a mi derecha (Vega de Guatiza) y atravesarlas (campo a través, no hay vereda) al encuentro de la pista que marcha paralela a la carretera LZ-1 en dirección al puente que salva esta carretera y permite acceso al cementerio de Guatiza.
Me voy por la carretera hacia el cementerio y en esta ocasión en vez de subir por el barranco de La Campana me voy por la vereda que parte de la esquina del mismo, continúa por su parte trasera y va bordeando el Risco de Valdivia hasta alcanzar la zona de Temeje.
Al pie de la montaña de Temeje busco el camino que viene de El Lomo Bayón y desde él me desvío campo a través en dirección al barranco de Los Calderones.
Un rato por las antiguas fincas agrícolas y alcanzo la boca del barranco y la vereda que lo recorre por su cauce. Voy avanzando paralelo al cauce del barranco, hay tiempo para observar los diques de contención levantados para controlar el paso del agua y hasta para admirar “Los Calderones”, las concavidades abarrancadas que se nos presentan a nuestra derecha y que están coronadas por Las Peñas Negras y por los molinos de viento del Parque Eólico en sus proximidades.
Llega un momento en que la vereda se divide en dos, una a la derecha que va pegada al cauce y otra, a la izquierda, que va ascendiendo por la ladera. Las dos vuelven a confluir un poco mas adelante, así que no hay perdida. El verde es el color del lugar aunque no está dominándolo todo, hay mucho tajasnoyo, veroles, tabaibas, infinidad de cerrajón de risco, algún bejeque y toda la colección de hierbitas que vas pisando casi sin querer. La estampa de la palmera solitaria por encima de la caseta en ruinas y bajo el abrigo del saliente rocoso que está un poco separado de las Peñas de Bonilla domina la mirada a la izquierda.
Continúo por la vereda de la derecha, mas próxima al cauce del barranco y como consecuencia hay que salvar algunas pendientes a medida que avanzamos y ascendemos (la de la izquierda es mas tranquila de recorrer) y se llega a la zona de ascenso para luego continuar a la izquierda, por la ladera sur, hasta la caseta bajo la palmera. Al llegar casi a Las Huertas del Serón se complica un poco porque hay que salvar algo de pendiente zigzagueando, pero es un tramo corto que nos pondrá sobre una vereda “tranquila” que asciende sin dificultades por la ladera. Conviene parar un poco y mirar hacia el “vértice”, hacia el naciente del barranco: Las Huertas del Serón. Infinidad de diques amurallados para contener el paso del agua que dan idea de lo mucho que curraron aquellos Conejeros que habitaban por estos lugares hace bastantes años.
Llego a la caseta, contemplo un rato, y sigo por la vereda, ahora estamos un poco mas a la sombra, se ven mas floridos colores a nuestros paso y además hay piteras, tuneras y hasta un algarrobo.
Sin salirme de la vereda continuo hasta alcanzar el pie de Las Peñas de Bonilla, y la pista que asciende desde Guenia y comunica con Los Valles, cojo resuello antes de proseguir.
Ahora se trata de ascender en dirección a las Peñas de Bonilla, unos metros a la izquierda del punto de conexión entre esta pista y la vereda de Los Calderones (la que acabo de dejar atrás) hay una entrada algo escondida pero que da acceso a una pista antigua que recorre las laderas de la loma donde se asientan las peñas del Señor Bonilla. Me voy por ella buscando la manera de acceder a alguna vereda que me sirva de conexión con las peñas y, como casi siempre, aparece un mojón bien grande que me está reclamando.
El camino está flanqueado por piedras colocadas a modo de muros pero al pie del mojón se ve claramente una senda transitada, salto las piedras y me voy por ella. La zona esta cubierta de terrazas muy abandonadas, hay muchos derrumbes y mucha vegetación pero se puede transitar sin dificultad. No llegue a subir a la “cima” pero me di una vuelta alrededor de las rocas hasta alcanzar la pista del Lomo de Las Peñas de Blas.
Desde la pista volví a la entrada anterior y por el mismo trecho continue pero ahora en dirección a las casas de Los Valles de Arriba. La pista antigua que da acceso a esta zona termina y aparece una vereda que transcurre por el lecho de una barranquillo que termina en la carretera, en la calle Zorrocloco de Los Valles. Ya en las carretera desciendo en dirección al núcleo de viviendas y justo en el cambio de dirección, en la curva, desciendo a la izquierda por una camino cementado (no es de asfalto) hasta alcanzar una pista de tierra que marcha en la dirección a la ladera del barranco (Rincón del Valichuelo).
Tras la pista viene la vereda que continua por toda la ladera hasta alcanzar el Lomo de Las Peñitas de Blas. Es una vereda cómoda que corretea por las terrazas en un trote tranquilo.
Alcanzado el lomo tocaba bajarse de él y para ello el plan era descender hasta el Valle de Juana Gutiérrez por la trasera de Las Peñitas de Blas.
Justo donde termina los limites de una antigua finca aparece una especie de vereda que en realidad es una barranquilla y por ella comencé el descenso. No fue nada problemático porque, de nuevo, se trataba de terrazas y bajar no fue complicado. Llegue al valle de Juana Gutierrez y por el me fui hasta la carretera LZ-406 (El Mojón - Santa Margarita) para desde ella alcanzar el cementerio de Guatiza por el barranco de la Campana. La ruta terminó en El Bulín de Guatiza, café y a esperar la guagua.