Peñas de Castro - Torre Bermeja - Canjorro

Una zona que tenía ganas de conocer y finalmente opté por una ruta de avhinojosa, que me pareció bastante completa (y dura) pero que merece la pena.

La ruta comienza en el Mirador del Portichuelo, en la Ctra. A-6050, que une Jaén con Los Villares. Allí hay una amplia zona de aparcamiento. Para esta ruta recomiendo el uso del gps, pues hay algunos puntos en los que hemos ido campo a través.

Para iniciar la ruta, tomaremos la carretera que sale justo por encima de la zona de aparcamiento hasta que lleguemos a una casa, allí, nos saldremos cruzando un olivar en dirección a las Peñas de Castro, que tenemos prácticamente enfrente. Una vez que crucemos la valla existente (hay un hueco en la misma) hay que hacer una pequeña subida, en la que nos hemos tenido que ayudar con las manos, para llegar al llano que existe entre ambos picos.

En primer lugar nos hemos acercado a la Peña Norte, donde hay una pequeña cueva con una sorpresa navideña... tras volver sobre nuestros pasos, hasta una pequeña caseta, hemos comenzado una subida hacia la otra Peña, tras pasar un pequeño lienzo de muralla medieval, el camino se complica, pues hay que trepar hasta la cima, donde disfrutaremos de unas inmejorables vistas. En la cima, hay restos de una fortaleza.

Una vez descendamos de la Peña Sur, volveremos sobre nuestros pasos hasta cruzar la valla por el mismo punto que antes y nos dirigimos a un frondoso pinar. Pegados a la roca, descenderemos hasta un bonito paso (con una curiosa piedra que parece un ojo) que seguiremos descendiendo hasta llegar a una curiosa ermita, situada en un enclave maravilloso y que sorprende a su visitante.

Desde allí, siguiendo la línea que marcan las propias Peñas, llegaremos hasta otro de los hitos de la ruta, la cueva secreta, un recóndito abrigo que guarda algunas pinturas rupestres muy deterioradas.

Desde el abrigo se divisa la Torre Bermeja, que hemos alcanzado siguiendo una línea recta por el olivar que la rodea. Se trata de un torreón medieval destinado a la vigilancia de los caminos, que enlazaba visualmente el Castillo de Otíñar (que defendía la frontera de Granada) con el Castillo de Santa Catalina en Jaén. Su origen ha sido considerado almorávide y está construida de tapial.

Desde allí, nos dirigimos -cruzando un olivar- hacia el camino que discurre en paralelo a las elevaciones, del que nos saldremos unos quinientos metros más adelante, tomando una pista que nos llevará al paso del Canjorro. Un lugar donde se practica escalada, pues hay numerosas vías.

Una vez que salgamos del mismo, nos desviaremos a la izquierda en busca de la Sima Encantada, hemos localizado uno de los accesos, pero por falta de tiempo, cuerdas y luces... dejamos la visita pendiente.

Antes de tomar el camino de vuelta al coche, nos hemos asomado a ver las maravillosas vistas (especialmente a los cañones del río frío -o Eliche-) y seguiremos la línea que marca la propia montaña para regresar al coche.

Una ruta muy recomendable