PEÑAS DEL CUERVO - GARGANTA DE BENHARAS-CERRO DEL AMARGUILLO - CANUTO DEL PRIOR

Partiendo desde el núcleo rural de Benharás, la ruta consiste en recorrer la Vereda del Mesto para ascender por el canuto del Arroyo del Prior hasta el Puerto de la Albarda. Se continúa cresteando la cordal de la sierra por un cortafuego, hasta encumbrar al Cerro del Amarguillo. Recorriendo sucesivas lajas, y dejando a un lado la Garganta de la Sepultura, se busca el mejor paso en la Garganta de Benharás, en el paraje de la Carrera del Moro. Llegando a las Peñas del Cuervo, se cambia el rumbo para descender hacia el punto inicial. Nos encontramos en el Parque Natural Los Alcornocales.
Desde la barriada de Benharás buscamos la Vereda del Mesto, que nos lleva entre alcornoques, lentiscos y brezos, hasta el Arroyo del Prior, donde enlazamos con el sendero por el que ascendemos este precioso canuto. A la sombra de su magnífica aliseda y fresneda, inicialmente caminamos muy próximos al curso fluvial, donde los helechos reales y ojaranzos son los protagonistas. Nos acercamos para deleitarnos con cada salto de agua.
Conforme ascendemos, los alisos se entremezclan con alcornoques, estrangulados por lianas y yedras. Dado lo escarpado del terreno, el sendero comienza a despegarse del arroyo, transcurriendo ahora entre madroños, laureles y acebos. Pasamos por la Pilita del Acebo, y en el discurrir por el alcornocal, nos asomamos a un peñasco en el bosque, el cual nos sirve de oteadero para tener mejor perspectiva del canuto.
El alcornoque va cediendo el espacio al pino resinero, el cual va abriendo ventanas por las que apreciamos la cresta de afiladas lajas que tomaremos en la Sierra de la Palma, logrando divisar nuestro primer objetivo, el Cerro del Amarguillo (589 m.)
Llegamos al Puerto de la Albarda, encrucijada de caminos donde la valla de la finca privada del Cortijo de Ojén será nuestro referente. A la izquierda sigue el sendero que nos llevaría al Pico de la Palma y el Carril de Las Corzas. Por la angarilla continúa la Vereda del Arenoso por la que venimos, la cual llegaría hasta las cercanías del Puerto de Ojén. Ahora viramos hacia la derecha, en dirección al cordal en busca del Amarguillo.
Recorriendo sucesivas lajas de arenisca, vamos disfrutando de excelentes vistas del resto de la sierra, la Garganta del Prior, la Bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar. El marcado sendero que traemos se difumina en ocasiones, pero siempre intuimos la huella que nos guía por este cortafuego. La valla de la finca privada de La Zorrilla es nuestra permanente referencia, sin llegar a cruzarla en ningún momento.
Entre floridas brecinas, jaguarzos y una exuberante colonia de atrapamoscas, transitamos por este precioso cortafuego, alternando entre herrizas y lajas, siguiendo huellas de ganado a modo de tímida vereda. Por esta suave cresta de caprichosas piedras areniscas, hollamos el Cerro del Amarguillo, punto desde el que tenemos fantásticas panorámicas de la Garganta de la Sepultura. Detrás tenemos el Cerro del Águila y el Cancho del Toro. Más lejana, divisamos la Cruz del Romero en la Sierra del Niño. Y en lontananza, la Sierra del Aljibe.
Continuamos recorriendo la arista de lajas, desde la que llegamos a divisar simultáneamante, las cotas más elevadas de las sierras del sur: Pico de Luna, Tajo de las Escobas, Cerro de las Vacas, Pico del Algarrobo, Pico de la Palma, Cerro de las Esclarecidas Altas y Cruz del Romero. También se divisa el Monte Hacho de Ceuta.
Ya solo nos queda alcanzar las curiosas Peñas del Cuervo, enlazando con una marcada y ancha senda, que por un profuso alcornocal nos llevará a las antiguas ruinas del Cortijo de Arriba de La Greera. Un saltadero en la valla nos permitirá llegar a la calle de la barriada de Benharás, que nos llevará al punto inicial.
Respecto a la vegetación, recorremos en los canutos un bosque de galería, donde destacan alisos, fresnos, madroños, laureles, avelanillos, durillos, helechos, musgos y los raros ojaranzos o rododendros, algunos aún con su flor púrpura. Conforme ascendemos pasamos a un alcornocal y una acebeda, pasando a un pinar negral en cotas superiores. En el cortafuego abunda el matorral bajo, destacando coscoja, jaguarzo y brecina. En las lajas de arenisca veremos plantas rupícolas como el arrocillo de los muros. En cuanto a la fauna, es posible cruzarse con ciervos y corzos moriscos, algunos de los cuales avistamos en varias ocasiones corriendo a ambos lados de la valla, al compás de sus típicos ladridos. Nos sobrevolaron numerosos buitres leonados y otras aves rapaces.