Peñas Pardas. Cementerio de los italianos. Trincheras y parapetos de la Guerra Civil. El Escudo. La Magdalena. La Paloma. GR-1.

Ruta circular rodeando Peñas Pardas desde el cruce hacia Reinosa de la N-623.

Ascendemos hacia el puerto del Escudo por una senda paralela a la carretera.

Entre argomas y trincheras de la Guerra Civil llegamos hasta la pirámide que se construyó para que descansaran los italianos que murieron en este frente tan activo de la Guerra.

Desde el promontorio en el que se localiza, las panorámicas hacia el embalse del Ebro, hacia Alto Campóo, la Maza de Bezana y la sierra del Escudo son espectaculares.

Dejamos este lugar tan señalado y cruzamos la N-623 en perpendicular justo en el límite de Castilla y León con Cantabria la Venta Nueva.

Estos edificios son testigos ruinosos del límite orográfico entre la vertiente cantábrica con la mediterránea.

Ascendemos hacia los prados del cordal atravesando con dificultad la alambrada que delimita el dominio del ganado extensivo y ganamos el collado de este puerto para acercarnos al GR-1 .

El descenso del GR-1 hacia la Magdalena va en paralelo con las trincheras que se excavaron para dominar la vaguada de la Paloma.

Se llega a la carretera que conduce a San Pedro del Romeral, límite entre Cantabria y Castilla y León, y se toma casi de frente un sendero hacia las Peñas Pardas.

Un piso negro y herbáceo hacen que resulte cómodo y agradable el avance.

Vamos revisando rocas aisladas por si tienen sorpresas, pero por fin las hallamos cuando llegamos a las Peñas Pardas que asoman hacia el embalse y por encima de la Paloma.

Trincheras, parapetos y nidos de ametralladoras hacen que nuestra proyección hacia la cruel guerra de nuestros antepasados sea amarga.

En la guerra no gana nadie. Perdemos todos.

Después de explorar esas Peñas areniscas y dispuestas de forma caprichosa descendemos hacia la Paloma por un cortafuegos y luego atravesamos un bosque de roble, acebosy avellanos.

Un auténtico festival de especies arbóreas y arbustivas.

Continuamos descendiendo y atravesamos la Paloma entre vacas y sin que nadie nos detecte.

Se nos mueren los pueblos.

Llegamos a nuestro punto de salida y nos deleitamos en buena conversación por los buenos lugares que hemos explorado y conocido.

Gran ruta.