PENDONES (767) (Caso)-VEGA BAXU (1.110) (PR. AS-65.1) (Parque Natural de Redes)

PENDONES (767) (Caso)-VEGA BAXU (1.110) (PR. AS-65.1) (Parque Natural de Redes).

RECORRIDO: 12 k.
ALTURA MÁXIMA: 1.110 m.
ALTURA MÍNIMA: 754 m.
ASCENSO TOTAL: 400 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 2,47 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Febrero de 2022.

PENDONES (767) es una aldea casina a la que se accede desde la AS-117, distante de la misma apenas un kilómetro, carretera que finaliza en el PUERTO DE TARNA, límite con León. Es uno de los puntos de arranque clásicos para la ruta del TIATORDOS (1.951) y PEÑA MACIÉDOME (1.913). Se trata de una localidad conocida asimismo por el TALLER DE LA MADREÑA, “ubicado sobre un antiguo lavadero rehabilitado e inaugurado en 1999. En su interior se puede contemplar en vivo la labor del madreñero, las herramientas utilizadas en este oficio y una muestra de la artesanía local que aún realizan los vecinos del Concejo de Caso”.

VEGA BAXU (1.110) es una majada con cabañas bien conservadas, que se ubica seis kilómetros al sureste de Pendones, en el entorno del ARROYO CORRALÍN. Éste nace en el Cordal de Valloseru, límite entre los concejos de Caso y Ponga, con vistas en la vertiente pongueta de la famosa ermita de Ventaniella. Durante un buen tramo el arroyo discurre paralelo a la pista de nuestro recorrido, pasando por las inmediaciones de pequeñas brañas, que iremos mencionando, hasta desembocar en río Nalón a la altura de Retuerto.

El PARQUE NATURAL DE REDES (1996) abarca 307,94 kilómetros cuadrados de los concejos de Caso y Sobrescobio, siendo declarado “Reserva de la Biosfera (2001)” y “Lugar de Importancia Comunitaria (LIC)”, por su potencial contribución a restaurar el hábitat natural, incluyendo los ecosistemas y la diversidad de la flora y fauna silvestres, pasando a formar parte de las “Zonas Especiales de Conservación” integradas en la RED NATURA 200.

La formación vegetal dominante son los bosques maduros, que ocupan una tercera parte de la superficie total del Parque. Estas masas forestales representan un enclave privilegiado para muchas especies faunísticas, destacando entre ellas: oso, gato montés, rebeco cantábrico, liebre de piornal, perdices pardillas, urogallo cantábrico, buitre leonado, alimoche, águila real, chova piquigualda, carbonero palustre, pito negro, mito…

Se sale del aparcamiento, bien acondicionado, hacia carretera principal del puerto de Tarna. Giro a la izquierda tras unos cincuenta metros, donde seguimos la dirección del PR. AS-65.1-Vega Baxu. Bajando por pista de cemento se atraviesa el río Pendones y se asciende seguidamente por la misma hasta la GARGASA y PANDEVILLA (921-K. 1,5), collada y fuente con cabañas y praderías en el entorno. En kilómetro y medio habremos afrontado el mayor desnivel de todo el recorrido.

En esa subida contemplamos la inmensa mole de la cara occidental del Tiatordos al este, emergiendo tras la Foz de Palombar. Desde las mencionadas brañas, una bella panorámica al norte: LA SENDA (1.707), LA CARRASCA (1.742) y CAMPIGÜEÑOS (1.838), mientras que al poniente luce encajonado el Valle del Nalón con la SIERRA DE LA CANALINA (Visu la Grande, 1.709) y LA CONYONADA (1.421) cerrando el fondo.

A partir de aquí la pista llanea por las faldas de la sierra durante aproximadamente unos tres kilómetros. Pasados cien metros, un sendero marcado se desvía a la izquierda en ascenso hacia Peña Maciédome (1.915). Nosotros continuamos de frente por la pista principal entre arbolado con predominio del roble. En este tramo llano se sucederán diversas majadas con cabañas, algunas en mal estado. La primera sería LA BORBOA (950-K. 2,2), desde donde divisamos en el fondo la carretera de acceso a Tarna y su puerto, más cotas de la Cordillera de este a oeste como SIERRA DE MONGAYO (1.855), LA BARDERA (1.873), LA RASA (1.639), CUETO NEGRO (1.557) y LOS ABEDULOSOS (1.841). Se divisan asimismo CANTO DEL OSO (1.800) y el CORDAL DE FUENTES (1.553).

La ruta continúa ahora en paralelo al ARROYO CORRALÍN y su valle pasando por LA GÚA (938-2,7) y FAYAZA (945-k. 3,1), con fuente y abrevadero en esta última. Desembocamos en una TORRENTERA (952-K. 3,8), a la sazón seca, pero que en épocas de lluvia forma pequeñas cascadas. Se aprecian las huellas del torrente en la roca y los peñascos del camino. Seguidamente pasamos por VEGA RIBA (961-K. 4) y LA TEXERA (995-K. 4,2), con restos de cabañas en ruinas.

El trazado de la pista discurre ahora en ascenso sostenido, pero muy llevadero, hasta el final del trayecto. Cambio de vegetación en este tramo, que da paso al hayedo de ejemplares robustos y centenarios. Así terminamos llegando a VEGA BAXU (1.110-K- 6), hermosa y amplia majada con cabañas dispersas y núcleo principal muy bien conservado, en la cabecera del valle, con original chimenea, más algún elemento simbólico, bandera de Caso y de la Cruz de la Victoria, colgando en una de las edificaciones. En su amplia campera parece que es habitual encontrar rebaños de venados pastando, con el aliciente de la berrea en otoño.

Son vigías estratégicos del entorno el XERRU NEGRU (1.258) al sur y el CORDAL DE VALLOSERU (1.618), que da paso a tierras ponguetas. La señal de un GR, que nos vino acompañando junto al PR a lo largo del camino, continúa en esa dirección, creemos que para enlazar en la ERMITA DE VENTANIELLA con la llamada “Senda de la Sal”, antigua vía histórica o calzada romana que comunicaba Asturias con León desde la antigüedad.

Ruta corta y muy fácil, con desnivel muy asequible, que discurre siempre por pista y apropiada para cualquier persona habituada a caminar. Se halla tan marcada que el track resulta innecesario. A destacar la imponente mole del Tiatordos con la Foz de Palombar en su vertiente occidental; el profundo valle encajonado del Nalón; la original estampa de Vega Baxu y la flora típica de Redes, especialmente las hayas, instaladas preferentemente sobre laderas orientadas al norte o en aquellas vallejas cerradas que retienen la alta humedad atmosférica requerida por esa especie.

Sin duda el hayedo presenta en otoño sus mejores galas cromáticas con la coloración rojiza de sus hojas. Como contrapartida, no menos sugerente, en invierno luce el intenso manto ocre de las hojas del árbol caídas y restos simbólicos de ramas semidesnudas, armonioso contraste con el verde fresco del musgo en simbiosis con retorcidos troncos centenarios. Figura espectral, a la vez que hermosa estampa, de los procesos cíclicos de vida y muerte, especialmente asociados al bosque caducifolio. Apelando a la mitología griega, como cada año por primavera Perséfone, diosa de la fertilidad, emergerá de las tinieblas del mundo subterráneo, trayendo consigo un nuevo ciclo de vida, en forma de verde rabioso, que permite distinguir fácilmente la especie.