Peñón del Toro Circular (15/11/2020)

Partimos desde un descampado justo antes de entrar al pueblo de Almayate, donde dejamos los coches. Desde ahí cruzamos la carretera y nos metermos por un carril de tierra que está en frente. Continuamos y lo primero que nos encontramos a excasos minutos del comienzo es una pared vertical a nuestra izquierda con una cara hecha en la roca. Justo después de pasar esta pared comienza una pequeña trepada por terreno rocoso erosionado que es fácil de subir ya que la roca está rugosa y no resbala en absoluto, lo único que no es aconsejable para personas con vértigo. Pero el ascenso es accesible andando para cualquiera. Continuamos caminando rodeando una especie de cantera abandonada, donde podemos apreciar que el suelo está repleto de restos de cáscaras de conchas de mar, lo que hace pensar que en otro tiempo esta zona estuvo cubierta por el mar, de ahí las ondulaciones de la roca por la que trepamos para llegar hasta aquí. Continuamos subiendo pasando primero por un descampado con una caseta de la luz y siguiendo después hacia abajo y sin hacer ruido cruzamos justo por mitad de unas colmenas, donde se podía oir el sonido de las abejas trabajando y fabricando la preciada miel. Seguimos dirección al famoso toro donde disfrutamos de unas vistas increíbles y nos hacemos unas fotos colgados de este famoso símbolo de nuestra tierra que nos ha acompañado en múltiples viajes por toda Andalucía.
Bajamos rodeando el Peñón del Toro por debajo y nos encontramos de nuevo con otra cantera abandonada justo en las falsas del Peñón, mirando hacia el sur. Continuamos la bajada hasta llegar al carril que va junto a la carretera de la costa por el que iremos subiendo y adentrándonos hacia el interior dirección al Cerro de la Encina.
Los carriles discurren junto a plantaciones de mangos y aguacates aunque no están lo suficientemente cerca del camino como para darnos sombra y aunque estamos a mediados de noviembre, hace un sol de justicia y unas temperaturas en torno a los 23 grados. Sólo una suave brisa que llega tímidamente de la costa hace las inclinadas pendientes menos sofocantes.
Rodeamos el Cerro de la Encina, dejándolo a nuestra izquierda y bajamos dirección al mar. Cruzamos la autovía por debajo y continuamos bajando hasta llegar de nuevo a Almayate donde están los coches. Ha sido una ruta donde el sol y el calor nos ha acompañado todo el tiempo. Nuestra decisión de cambiar la ruta del sábado al domingo por riesgo de tormenta nos hizo pensar que tal vez el sábado con el día nublado hubiese sido mejor debido a la falta de sombra y a las altas temperaturas que nos sorprendieron el domingo. Como casi siempre pasa, el tiempo cambia aquí constantemente.