PEÑONES DEL 'JORABO' Y DE 'LA MATA'

Ayer 13 de Octubre de 2018, los andarines Enrique Pozo y yo, iniciamos nuestra rutilla muy poco después de las ocho media de la mañana, en las inmediaciones del campamento de “FLORENCIA”, en la sierra de Huetor. Aparcamos el coche justo en la intersección del Arroyo de las Perdices, en la pista que parte del cruce del campamento de la Alfaguara en la GR-3103, hasta el puerto de la Mora. Emprendimos la marcha andando por la misma pista en dirección hacia el área recreativa de la “Fuente de los Potros”, para desviarnos hacia la pradera del primitivo cortijo de las “Chorreras, donde ya no hay resto alguno del cortijo, y desde allí, pasando por la balsa de Agua del Plan Infoca, tomamos la vereda de ascenso a la base del Majalijar, para continuar en dirección a la cuerda de la Gallega, desviándonos buscando el Peñón del “Jorobao” (1.737 mts, alt.), que coronamos cuando eran algo más de la diez de la mañana.
Desde la cima del “Jorobao” iniciamos el descenso, campo a través, (en este caso monte a través) buscando la senda que nos llevaría al mítico “Peñón de la Mata” (1,660 m.alt.), donde aún quedan restos de la vergonzosa Guerra Civil, donde hermanos, familiares y vecinos mataban a hermanos, familiares y vecinos. Aquí las fotos de rigor, tras las cuales iniciamos el descenso hacia el cortijo “Carifaquin”, en tramos monte a través y otros por senda, hasta llegar a una pista forestal que termina en vereda y nos sube hasta la pista que del propio cortijo “Carifaquin” llega a enlazar con la pista forestal del “Puerto de la Mora”. Llegados a este punto, ahora nos quedan algo más de cinco kilómetros de pista asfaltada hasta al coche, al que llegamos sobre las quince veinte horas, poco menos de siete horas después de haberlo dejado aparcado.
El día fresquito a primera hora y súper caluroso, para estas fechas, a partir de las once de la mañana, y que me hizo experimentar los efectos de una pajarraca (Que no pájara, porque esta fue más grande), pero que con un poquito de descanso y refrigerio se pasó enseguida. Por lo demás la ruta es muy bonita, aparte del tramo de pista asfaltada, que la estropea, pero no mucho ya que el mismo discurre entre arbolado y bonitos parajes.
Y al final dos cervecillas en Huetor Santillán y a casa, repuestos y preparados para afrontar la semana laboral que nos espera