Pico Bermejo. Puerto del Cerezo. Cresta Alhucema (circular desde la carretera de Los Villares)
near Carcabuey, Andalucía (España)
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Itinerary description
Partimos desde la carretera de Los Villares, desde el aparcamiento habitual para subir al Puerto del Cerezo. Pero en lugar de coger el camino de dicho puerto, hicimos unos metros por la carretera y enfilamos el ascenso al Pico Bermejo. La pendiente castiga al caminante desde que abandona la carretera. En primer lugar se sube por una zona marcada en los mapas como El Quejigal, pero los quejigos ya fueron sustituidos en su mayoría por olivos hace tiempo. El olivar tiene una pendiente importante, y nos sirve de entrada para después encarar el macizo calizo del Bermejo, con una primera parte que abre boca de lo que será la ruta en general.
La subida torna en algunos momentos a escalada, pero en ningún caso pasamos por zona de riesgo, salvo alguna pedrera con peligro de desprendimiento si se va en grupo. Las vistas iban ganando poco a poco (La Gallinera, Sierra de los Pollos, etc.). La ascención es bastante dura, algo técnica desde mi entender, pero nada que no pueda arreglarse con las manos. A mí me sobró el bastón desde el principio de la ruta, no así a alguno de los compañeros que parecía llevar alas con ellos. Poco a poco, ganando collado a collado (algunos más bien falsos collados), íbamos ganándole al Bermejo, que poco a poco se dejaba hacer, pues la última parte de la ascensión es algo más asequible que el brutal inicio, olivar incluído. Nos desvíamos un par de veces del track seguido (Kminante), pero nada que no pudiéramos arreglar con cabeza y dando algún paso atrás.
No nos quedamos mucho tiempo tocando el vértice pues el viento que entraba por el Collado de las Chozas castigaba la cima del Bermejo, pero sí lo suficiente para admirar la Cresta Alhucema, que teníamos previsto subir si eolo nos lo permitía. La bajada del Bermejo, sin serlo, es de lo más cómodo de la ruta. Traspusimos al otro lado de su macizo algo más allá del Cerezo, más o menos a mitad de camino de la línea imaginaria entre los puertos del Cerezo y las Chozas, pero esto nos sirvió para coger un sendero agradable durante algunos metros hasta que estuvimos en el Cerezo.
No hicimos mucho tiempo en el collado, porque nos esperaba la Cresta del Alhucema y, previamente, la última dura subida del día. Tomando como referencia la horrible valla que cruza el Cerezo, comenzamos a subir por donde buenamente entendimos, buscando la cornisa oblicua que nos permitió encaramarnos a la cresta. Nada más llegar, la visión de lo que había que superar hace dudar al más templado, y más con el viento que a veces aparecía pero que se portó una vez superamos la vertical del Collado de las Chozas por donde entraba.
A partir de aquí quiero dejar claro que mi opinión es subjetiva, como no podía ser de otra manera. Yo en ningún momento pasé miedo. Encontramos pasos laterales en el par de pasos complicados que había, pero cierto es que es imposible no reconocer que había alguno expuesto, aunque yo traté de estar concentrado en la piedra y no en las caídas laterales. De esta manera, poco a poco y siguiendo el paso de las bestias montañeras a las que tuve el placer de acompañar, fuimos superando los peores momentos, que se encuentran cercanos a la cornisa de acceso a la cresta.
Posteriormente la cresta se abre y durante un par de kilómetros, quizá algo más, tienes la oportunidad de ir disfrutando de las vistas a Horconera, tanto el macizo del Bermejo como el de la Tiñosa, así como al valle por donde sube el camino del Puerto del Cerezo; y, sobre todo, disfrutabas cuando echabas la vista atrás y observabas la majestuosa y afilada cresta que habíamos superado con éxito.
La diversión "se acaba" cuando hay que tomar descenso por una incomodísima y eterna pedrera, quizá el tramo más peligroso de toda la ruta aunque parezca mentira, a pesar de que estaba totalmente seca y, en contadas ocasiones, podíais coger la vertical y avanzar algo más. Pero la mayor parte del tiempo había que extremar las precauciones pues una mala caída podía dar al traste con un maravilloso día.
Finalmente, alcanzamos el camino del Puerto del Cerezo que continuamos durante aproximadamente kilómetro y medio para alcanzar el coche.
No quiero terminar el relato sin agradacer a José Luis, Ángel y Rafael (Ramarvid) que me dejaran acompañarles en este inolvidable día, donde tocamos la segunda y tercera cima de Córdoba y, sobre todo, la afilada Cresta Alhucema.
La subida torna en algunos momentos a escalada, pero en ningún caso pasamos por zona de riesgo, salvo alguna pedrera con peligro de desprendimiento si se va en grupo. Las vistas iban ganando poco a poco (La Gallinera, Sierra de los Pollos, etc.). La ascención es bastante dura, algo técnica desde mi entender, pero nada que no pueda arreglarse con las manos. A mí me sobró el bastón desde el principio de la ruta, no así a alguno de los compañeros que parecía llevar alas con ellos. Poco a poco, ganando collado a collado (algunos más bien falsos collados), íbamos ganándole al Bermejo, que poco a poco se dejaba hacer, pues la última parte de la ascensión es algo más asequible que el brutal inicio, olivar incluído. Nos desvíamos un par de veces del track seguido (Kminante), pero nada que no pudiéramos arreglar con cabeza y dando algún paso atrás.
No nos quedamos mucho tiempo tocando el vértice pues el viento que entraba por el Collado de las Chozas castigaba la cima del Bermejo, pero sí lo suficiente para admirar la Cresta Alhucema, que teníamos previsto subir si eolo nos lo permitía. La bajada del Bermejo, sin serlo, es de lo más cómodo de la ruta. Traspusimos al otro lado de su macizo algo más allá del Cerezo, más o menos a mitad de camino de la línea imaginaria entre los puertos del Cerezo y las Chozas, pero esto nos sirvió para coger un sendero agradable durante algunos metros hasta que estuvimos en el Cerezo.
No hicimos mucho tiempo en el collado, porque nos esperaba la Cresta del Alhucema y, previamente, la última dura subida del día. Tomando como referencia la horrible valla que cruza el Cerezo, comenzamos a subir por donde buenamente entendimos, buscando la cornisa oblicua que nos permitió encaramarnos a la cresta. Nada más llegar, la visión de lo que había que superar hace dudar al más templado, y más con el viento que a veces aparecía pero que se portó una vez superamos la vertical del Collado de las Chozas por donde entraba.
A partir de aquí quiero dejar claro que mi opinión es subjetiva, como no podía ser de otra manera. Yo en ningún momento pasé miedo. Encontramos pasos laterales en el par de pasos complicados que había, pero cierto es que es imposible no reconocer que había alguno expuesto, aunque yo traté de estar concentrado en la piedra y no en las caídas laterales. De esta manera, poco a poco y siguiendo el paso de las bestias montañeras a las que tuve el placer de acompañar, fuimos superando los peores momentos, que se encuentran cercanos a la cornisa de acceso a la cresta.
Posteriormente la cresta se abre y durante un par de kilómetros, quizá algo más, tienes la oportunidad de ir disfrutando de las vistas a Horconera, tanto el macizo del Bermejo como el de la Tiñosa, así como al valle por donde sube el camino del Puerto del Cerezo; y, sobre todo, disfrutabas cuando echabas la vista atrás y observabas la majestuosa y afilada cresta que habíamos superado con éxito.
La diversión "se acaba" cuando hay que tomar descenso por una incomodísima y eterna pedrera, quizá el tramo más peligroso de toda la ruta aunque parezca mentira, a pesar de que estaba totalmente seca y, en contadas ocasiones, podíais coger la vertical y avanzar algo más. Pero la mayor parte del tiempo había que extremar las precauciones pues una mala caída podía dar al traste con un maravilloso día.
Finalmente, alcanzamos el camino del Puerto del Cerezo que continuamos durante aproximadamente kilómetro y medio para alcanzar el coche.
No quiero terminar el relato sin agradacer a José Luis, Ángel y Rafael (Ramarvid) que me dejaran acompañarles en este inolvidable día, donde tocamos la segunda y tercera cima de Córdoba y, sobre todo, la afilada Cresta Alhucema.
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Comments (1)
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Pedazo de ruta espectacular dura y en buena compañía.