Pico Besiberri Sud desde el Balneario de Caldas.ültima ruta campamento FEDME de 2016.

Desnivel: 1623 metros.
Distancia unos 16 km.
Ida y vuelta por el mismo sitio.
El track estuvo sin grabar al bajar un rato,se me olvido activarlo en la cumbre...,no os tiréis linea recta desde la cima, que ha sido Wikiloc quien lo ha dibujado así, yo bajé por el mismo sitio.

Y ya se acaban las rutas largas del campamento de este año, como guinda, la más esperada, la más deseada, la subida a un tres mil, el Besiberri Sud, la ruta que mirábamos de reojo desde el primer día…
Esta vez novedad, saldríamos a las seis y media, desde el aparcamiento una vez más, era de agradecer, pues habíamos pasado calores de más, los días anteriores.
La noche era completa al llegar, me subí al coche de Pedro el Extremeño- Sevillano y se vino también una murciana, Jose.
Llegamos al aparcamiento del balneario de Caldes de Boí, la noche empezaba a estar temerosa del nuevo día, en el color apagado del que empieza a ver algo nos reunimos y Miriam la contadora, nos enumeró, esta vez 45. Empezamos a andar por un sendero a la derecha donde el bosque de penumbra nos abraza en fría acogida, engulléndonos uno a uno entre sus envolventes brazos…
El ciempiés ahora de gris, se retuerce desesperadamente en las curvas del camino, pues su ritmo de marcha, aprieta el suelo con fuerza. La ladera del valle aparece somnolienta y silenciosa, sólo rota por el ruido metálico de los pies de metal del ciempiés. Se ha puesto el modo “subida” desde el principio, y ni se mira hacia atrás, no hay tiempo.
Poco a poco, el bosque va despertando en sutiles y apagados colores, empezamos a vernos las caras, algunas de sueño, otras de esfuerzo, pero todas con la decisión firme de la subida…
Alguien comenta delante de mí( seguro que de Murcia pues tengo un cincuenta por ciento de acierto), “ Esto es algo para toda la vida…, subir un tres mil, a la carrera”. Y desacertada no iba…
Trato de hacer foto, pero la poli mala, no me deja…no hay entradas en un blog sin fotos…
Así que tiro recto por la cuesta y me coloco en mitad del ciempiés , en la cola no se pueden hacer fotos…
Subimos por el Barranc de Salent, cada vez suena más fuerte la voz quebrada del curso líquido, pero no podemos mirar, en modo subida no.
Hemos salido a un prado , empezamos a ver…,el sol baña tímidamente las cumbres más cercanas, dándole un tono dorado tenue y delicado, vemos una cabaña, la de Willy y ahora descendemos un poco hasta el puente del Llubriqueto, un poco más arriba se juntan dos ríos y el de la izquierda lleva el rojo marca del hierro de las montañas, nos explica Sidarta.
Tomo la decisión de ponerme en modo subida con foto, eso significa que tendré que colocarme a la cabeza del ciempiés, detrás de Sidarta , esta vez dejaré mi cola…
Aprieto la marcha, tendré que hacer la goma si paro a hacer fotos, mis piernas van hoy bien por fin, en la derecha se empina una senda que entre pinos va ascendiendo sin disimulo, nos encontramos pinos y esqueletos de ellos retorcidos, el alud se cebó en algún momento y de al fondo vemos los picos tocados de rojo hierro con el pico L`Aüt en un extremo, recordándonos el pasado…
Ya estamos llegando a las Estanys de Gémena, primer objetivo claro de hoy, hemos llegado temprano y bien, paramos otra vez a toma algo.
Y en los Estanys vemos las montañas asomadas que se desperezan risueñas al sentir el cálido tacto del sol.
Vamos bordeando por la derecha, nos cruzamos grandes bloques que quieren detener nuestro firme avance sin conseguirlo.
Tras las dos Gèmenas se vuelve a empinar la cuesta, seseando el ciempiés multicolor hasta dejar a ambos Estanys vencidos a nuestros pies.
Y ahora es cuando aparecen otros Estanys, los de Gelats, que ahora no hacen honor a su nombre, las vistas se van engrandeciendo paso a paso, y nos van dejando absortos de picos y distancias…
Tras una pequeña trepada nos metemos en un pequeño barranco de rocas que nos llevará a la collada de Abellers, en ese momento un quebrantahuesos raspa silenciosamente el cielo sobre nuestras cabezas, deslizándose curioso sin perturbar la soledad de su altura, hemos tenido suerte, nos dice Sidarta.
Estamos en la collada, Maese Viento aprieta feroz y frío, parece enfadado de nuestra presencia, agujas y crestas sombrías se fijan en nuestras retinas, ya sólo queda el último repechón…