PICO CEBOLLEDA INVERNAL DESDE PANDERRUEDA

CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
El lunes 29 de Enero, mi amigo Juan y yo decidimos realizar una ruta por el nevado Parque Regional de Picos de Europa, una vez conocidas las previsiones meteorológicas.
Nos presentamos a primera hora de la mañana en el Puerto de Panderrueda con un sol espléndido a levante.
Sin olvidarnos las polainas, crampones, bastones y piolet comenzamos a caminar hacia el Pico Cebolleda por la ruta habitual. Al cruzar la carretera observamos que había abundante nieve y esto iba a ser un problema para avanzar. Con este inconveniente durante todo el día, nos adentramos en el robledal hasta llegar a las proximidades de la central transformadora. Unos 50 m antes nos desviamos por la senda de la izquierda (NW-SE) comenzando una suave pendiente por este precioso bosque de robles cubierto por un manto blanco salpicado por huellas de animales salvajes. En silencio pudimos disfrutar del trino de los alegres pájaros cantores que nos saludaban afinando las notas de sus preciosas melodías.
Salimos del bosque haciendo una breve parada para disfrutar del paisaje único que teníamos ante nuestros ojos: Los Macizos Occidental o Cornión (La Peña Santa de Castilla, la Torre Bermeja...) y Central o de los Urrieles (La Torre de la Palanca, El Llambrión...), separados por el valle del Río Cares (en el lugar que hoy recorremos nace); a nuestros pies disfrutamos de las Hoyas de Frañana con mucha nieve y serpenteantes arroyuelos que van a confluir en uno para dar origen al Río Cares. Avanzamos por el cresterío en dirección NW-SE. Con un importante esfuerzo fuimos recorriendo estas lomas observando con detenimiento las dos vertientes que presentan sus bosques de robles y hayas desnudos, esperando la estación propicia para regalarnos toda una sinfonía musical, de luz y color.
Al llegar al final de esta cresta NW-SE, cambiamos el rumbo para coger otra W-E con abundante nieve y salientes rocas que han dificultado nuestra marcha con los crampones. A nuestra izquierda tenemos importantes vistas hacia Picos de Europa; a nuestros pies pudimos contemplar el bien marcado circo glaciar y las Hoyas de Frañana en su fondo. Todo el valle está con abundante nieve, algo prometedor de cara a la recuperación parcial de nuestros embalses en primavera.
Con mucha paciencia y esfuerzo, abriendo camino en la nieve conseguimos llegar al collado del Cebolleda. A nuestra derecha tenemos la cumbre del Pico Cebolleda y de frente el Pico Gildar. Con una hora más hubiéramos podido hacer estas cumbres pero ya era prudente comenzar el descenso viendo la hora en la que estábamos.
Iniciamos el descenso por la cara este con mucha precaución, utilizando los crampones y el piolet por la dureza de la nieve en esta ladera. Una vez llegados a las Hoyas de Frañana, la nieve estaba mucho más blanda y el abrir camino era muy dificultoso. Disfrutamos de la nieve, el agua cristalina, consecuencia del deshielo, que alimenta al Río Cares y algunas impresionantes turberas; todo ello en un día soleado.
Nos dirigimos hacia la caseta refugio que se encuentra muy cerca del hayedo y desde aquí accedimos a la pista que nos conduce entre hayas nevadas, formas caprichosas fruto de la nieve sobre el manto vegetal, hasta el puerto de Panderrueda, no sin antes pasar el puente sobre el Río Cares.
Tenemos que decir que esta ruta invernal hacia el Pico Cebolleda ha merecido la pena y por ello la recomendamos siempre que vayamos preparados para recorrer nuestras montañas en invierno.