Pico Cisne desde Acebuchal (14-04-24)

Ruta circular desde Acebuchal pasando por:
- Cruz de Simón (5.0 km)
- Balsa contra incendios (6.5 km)
- Peña Centinela (7.8 km)
- Collado Dos Hermanas (8.9 km)
- El Cisne (9.3 km)
- Puerto Blanquillo (14.1 km)
- Venta Cebollero (16.2 km)

Ruta exigente con un buen desnivel, con mucha piedra en las sendas donde será necesario usar pies y manos en algunos puntos de la subida y apoyar el trasero en algunos lugares en la bajada. Así que nos tomamos la ruta con mucha tranquilidad y disfrutando de las impresionantes vistas.
La ruta no es recomendable para personas con vértigo o que no estén acostumbradas a moverse por la montaña.

Aparcamos junto a la ermita de San Antonio en la aldea del Acebuchal. Siguiendo el cauce del Arroyo del Acebuchal llegaremos a una pista. Tomamos a la izquierda y pronto llegamos a las ruinas de Venta Cebollero. Siguiendo la Vereda de la Coscoja a Granada llegamos a Puerto Blanquillo. Desde aquí podemos apreciar imponentes las paredes del Cisne.
Continuando pasamos por una roca con una cruz y llegamos a una fuente seca y a la cruz de Simón. A nuestra izquierda tenemos el pico Lucero y a la derecha el valle del río Higuerón.
Al llegar al cartel de la Vereda del Puerto de los Umbrales tomamos el camino de la derecha que nos lleva a cruzar el río Higuerón. Pasamos junto al helipuerto y la balsa de agua contra incendios. Debido a las lluvias el camino está muy roto. Llegamos al arroyo de las Angustias. Desde aquí hay un tramo hormigonado. Poco después de terminar el hormigón nos sale una senda a la derecha que en continua y exigente subida nos lleva hasta la peña del Centinela, donde las vistas nos hacen detenernos un buen rato para disfrutar del paisaje. Llegamos a una intersección de sendas. La de la izquierda nos lleva a la cumbre pasando por el collado de Dos Hermanas y por la cueva. Aquí hay tramos donde será necesario usar las manos para subir y hay que extremar las precauciones para evitar una posible caída. Desde la cueva la subida se hace un poco más llevadera. Llegamos al collado del Cisne y nos relajamos un poco disfrutando del paisaje. Ya solo nos queda trepar hasta la cumbre. El día es bastante claro y las vistas son indescriptibles.
Reponemos fuerzas y acometemos la empinada bajada. Hay que ir con mucho cuidado para no resbalar y terminar con las posaderas por el suelo. Llegamos al cruce de sendas y ya el camino de vuelta es por el mismo lugar por el que hicimos la subida.
¡Disfruta de la montaña!