PICO CORCADAS Y ALTO DE LA PANDA DESDE CASASUERTES.
near Casasuertes, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
Para el grupo Gabanceda la Montaña Leonesa tiene un atractivo singular. Hemos recorrido muchas de sus montañas, valles, bosques... y siempre descubrimos nuevos motivos para volver. La geología, la orografía, la flora y la fauna constituyen permanentes y agradables sorpresas que suponen un disfrute en este entorno natural. Ecosistemas tan singulares y valiosos deberían cuidarse con mayor esmero por parte de las administraciones territoriales.
En la parte más oriental de este espacio natural tenemos unas montañas poco conocidas pero que tienen su encanto en sí mismas y como "balcón" para disfrutar de las grandes cadenas montañosas del entorno.
La ruta parte del pequeño pueblo de Casasuertes. En unos 4,4 km caminamos por una pista que corre paralela al río Orza. En este medio los robledales y hayedos están presentes en el paisaje.
En 1h estamos en el refugio de Montó donde podemos disfrutar de buenas vistas hacia la sierra de Hormas y hacia los altos de Aguasalio. Una pared calcárea nos pone de manifiesto el agua que debería de caer por su pared en forma de cascada. Ahora no tenemos la posibilidad de ver el agua. A partir del refugio nos metemos de lleno en un precioso bosque de hayas desde donde podemos observar el valle cerrado del río Orza. A medida que el valle se abre volvemos a contemplar montañas, para nosotros muy conocidas, como la Peña Gabanceda, el pico Cebolleda y el pico Gildar.
Con rumbo E nos encaminamos hacia el collado de Valcarque. Los árboles dejan el protagonismo a la retama y al brezo. Ya en el collado vemos con claridad nuestros objetivos: el alto de la Panda y el pico Corcadas.
El tramo desde el collado de Valcarque hasta el collado de las Corcadas es bastante tendido y con una senda "limpia" de matorral, a día de hoy.
Desde el collado de las Corcadas decidimos subir directamente al alto de la Panda. Con mayor esfuerzo logramos alcanzar la cumbre para disfrutar al máximo de este paisaje de montaña. Más hacia el E ya casi tocamos el pico Corcadas. Desde todo este cordal, que recorreremos en uno y otro sentido, podemos reconocer algunos valles y montañas:
- Hacia el norte destacan, de forma especial, los Urrieles y el Cornión.
- Un poco al NW tenemos la peña Gabanceda, el pico Cebollada y el pico Gildar.
- Al W tenemos el macizo del Mampodre y la Montaña de Riaño.
- Al SW destaca la sierra de Hormas.
- Al SE contemplamos el pico de la Rasa, los altos de Aguasalio y los altos de la Hoya de Martín Vaquero.
- Más al este tenemos la gran Montaña Palentina con el Espigüete, Murcia...
Todas estas montañas abrigan profundos y verdes valles que conservan verdaderas joyas en forma de bosques autóctonos de robles y hayas, principalmente. En estas masa boscosas podemos encontrar endemismos botánicos y unos riquísimos ecosistemas, ahora en peligro de desaparecer con el cambio climático. Nos ha llamado la atención que a principios de Agosto los manantiales estén secos y que por los arroyuelos ya no corra ese agua que antes bajaba alegre y cantarina para conformar ríos que suministraban abundante agua a nuestros embalses. La naturaleza nos está alertando de que no vamos por el mejor camino. Parece que nosotros y nuestra autoridades hacemos oídos sordos a esta llamada de atención de la sabia naturaleza.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el collado. Ahora comienza la parte más sufrida de la ruta. descendemos por la ladera hacia el collado de la Cruz. Todo este tramo está cubierto de retamas y brezos. Se hace complicado progresar con comodidad. Buscando veredas del ganado vamos sorteando los matorrales. En ocasiones el piso es inestable por la cantidad de pequeños cantos que ayudan a resbalar con frecuencia. Con mucha paciencia conseguimos llegar al collado de la Cruz. Hablamos de unos 2 km de zona cubierta de matorral y, por lo tanto, muy incómoda para progresar.
Una vez en el collado desaparecen las complicaciones. Por senda transitable descendemos hasta penetrar en otro bonito hayedo que nos pondrá en el valle por donde corre el arroyo de la Salceda, ahora prácticamente seco. Aquí nace la pista que nos pondrá de nuevo en el punto de partida.
Dejando a nuestra izquierda un hayedo que, de momento, goza de buena salud, vamos avanzando hasta encontrarnos con el bien cuidado chozo de la Braña. Merece la pena pararse a contemplar esta cabaña. La arquitectura tradicional puede contemplarse en su cubierta.
A nuestras espaldas queda el blanco macizo donde se encuentran las cimas alcanzadas en esta jornada de montaña.
Nueva ruta para pasar un día agradable en nuestras montañas. A pesar del tramo de retamas mencionado, este itinerario merece la pena.
La buena preparación física, un buen equipamiento y experiencia en cómo moverse en estos entornos montañosos son requisitos básicos para realizar estos recorridos.
Para el grupo Gabanceda la Montaña Leonesa tiene un atractivo singular. Hemos recorrido muchas de sus montañas, valles, bosques... y siempre descubrimos nuevos motivos para volver. La geología, la orografía, la flora y la fauna constituyen permanentes y agradables sorpresas que suponen un disfrute en este entorno natural. Ecosistemas tan singulares y valiosos deberían cuidarse con mayor esmero por parte de las administraciones territoriales.
En la parte más oriental de este espacio natural tenemos unas montañas poco conocidas pero que tienen su encanto en sí mismas y como "balcón" para disfrutar de las grandes cadenas montañosas del entorno.
La ruta parte del pequeño pueblo de Casasuertes. En unos 4,4 km caminamos por una pista que corre paralela al río Orza. En este medio los robledales y hayedos están presentes en el paisaje.
En 1h estamos en el refugio de Montó donde podemos disfrutar de buenas vistas hacia la sierra de Hormas y hacia los altos de Aguasalio. Una pared calcárea nos pone de manifiesto el agua que debería de caer por su pared en forma de cascada. Ahora no tenemos la posibilidad de ver el agua. A partir del refugio nos metemos de lleno en un precioso bosque de hayas desde donde podemos observar el valle cerrado del río Orza. A medida que el valle se abre volvemos a contemplar montañas, para nosotros muy conocidas, como la Peña Gabanceda, el pico Cebolleda y el pico Gildar.
Con rumbo E nos encaminamos hacia el collado de Valcarque. Los árboles dejan el protagonismo a la retama y al brezo. Ya en el collado vemos con claridad nuestros objetivos: el alto de la Panda y el pico Corcadas.
El tramo desde el collado de Valcarque hasta el collado de las Corcadas es bastante tendido y con una senda "limpia" de matorral, a día de hoy.
Desde el collado de las Corcadas decidimos subir directamente al alto de la Panda. Con mayor esfuerzo logramos alcanzar la cumbre para disfrutar al máximo de este paisaje de montaña. Más hacia el E ya casi tocamos el pico Corcadas. Desde todo este cordal, que recorreremos en uno y otro sentido, podemos reconocer algunos valles y montañas:
- Hacia el norte destacan, de forma especial, los Urrieles y el Cornión.
- Un poco al NW tenemos la peña Gabanceda, el pico Cebollada y el pico Gildar.
- Al W tenemos el macizo del Mampodre y la Montaña de Riaño.
- Al SW destaca la sierra de Hormas.
- Al SE contemplamos el pico de la Rasa, los altos de Aguasalio y los altos de la Hoya de Martín Vaquero.
- Más al este tenemos la gran Montaña Palentina con el Espigüete, Murcia...
Todas estas montañas abrigan profundos y verdes valles que conservan verdaderas joyas en forma de bosques autóctonos de robles y hayas, principalmente. En estas masa boscosas podemos encontrar endemismos botánicos y unos riquísimos ecosistemas, ahora en peligro de desaparecer con el cambio climático. Nos ha llamado la atención que a principios de Agosto los manantiales estén secos y que por los arroyuelos ya no corra ese agua que antes bajaba alegre y cantarina para conformar ríos que suministraban abundante agua a nuestros embalses. La naturaleza nos está alertando de que no vamos por el mejor camino. Parece que nosotros y nuestra autoridades hacemos oídos sordos a esta llamada de atención de la sabia naturaleza.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el collado. Ahora comienza la parte más sufrida de la ruta. descendemos por la ladera hacia el collado de la Cruz. Todo este tramo está cubierto de retamas y brezos. Se hace complicado progresar con comodidad. Buscando veredas del ganado vamos sorteando los matorrales. En ocasiones el piso es inestable por la cantidad de pequeños cantos que ayudan a resbalar con frecuencia. Con mucha paciencia conseguimos llegar al collado de la Cruz. Hablamos de unos 2 km de zona cubierta de matorral y, por lo tanto, muy incómoda para progresar.
Una vez en el collado desaparecen las complicaciones. Por senda transitable descendemos hasta penetrar en otro bonito hayedo que nos pondrá en el valle por donde corre el arroyo de la Salceda, ahora prácticamente seco. Aquí nace la pista que nos pondrá de nuevo en el punto de partida.
Dejando a nuestra izquierda un hayedo que, de momento, goza de buena salud, vamos avanzando hasta encontrarnos con el bien cuidado chozo de la Braña. Merece la pena pararse a contemplar esta cabaña. La arquitectura tradicional puede contemplarse en su cubierta.
A nuestras espaldas queda el blanco macizo donde se encuentran las cimas alcanzadas en esta jornada de montaña.
Nueva ruta para pasar un día agradable en nuestras montañas. A pesar del tramo de retamas mencionado, este itinerario merece la pena.
La buena preparación física, un buen equipamiento y experiencia en cómo moverse en estos entornos montañosos son requisitos básicos para realizar estos recorridos.
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