Pico de la Zarza

Directos al grano para no aburrir al lector o lectora.

Yo me descargué en papel un mapa de una captura de pantalla del visor del IDECanarias obtenida de su web

Ascenso directo a la cima siguiendo el PR FV 54, consistente en una amplia pista apta para vehículos todo terreno hasta la Degollada de Vinamar (yo creo que los primeros 4 km se pueden recorrer con coche normal, con un mínimo de cuidado en los tramos en los que hay gravilla). Este recorrido de ascenso creo que lo pueden realizar todo tipo de personas mínimamente acostumbradas a caminar ya que la cosa solo se poco un poco más seria a partir de la Degollada de Vinamar, lugarcen el que desaparece la pista y nace el sendero que lleva hasta la cima del Pico de la Zarza. De la cima al Pico de Mocan flanqueo sin camino. Del Pico Mocan al vallado que cierra la cima por cresta, fácil siempre que el viento o la visibilidad lo permitan. Del encuentro con la valla a la puerta de acceso a la cima, flanqueo siguiendo la valla. De la puerta flanqueo al Pico de la Palma.
Lo normal, una vez conseguido este pico, consiste en seguir el flanqueo en sentido suroeste hasta la siguiente cota, pasando por la Degollada Hierba Huerto y volver al punto de inicio por el Morro del Covadero - opción que yo llevaba en mente - o mejor aun, volver por el mismo lugar a buscar de nuevo el PR FV 54 y deshacer camino hasta el inicio.
No aconsejo realizar el descenso por donde yo lo hice, salvo que quien esto lea quiera demostrarse a sí mismo hasta donde pueden aguantar sus rodillas o tobillos. Primero de todo recalcar y enfatizar el hecho de que si se plantea descender por los Chuaderos los Cochinos hasta el barranco de Vinamar creo que es obligatorio calzar botas de caña alta para proteger lo máximo posible los tobillos, tanto de golpes como de torceduras.
Desde la Degollada de Vinamar baja un camino hasta la calle Toboso y el Villa Jandia Golf pasando por el Tanque de Vinamar y siguiendo en descenso el seco barranco de Vinamar así que se puede volver al inicio sin hacer ningún invento. El descenso que yo hice demuestra el hecho de que no hay atajo sin trabajo, tal y como reza el refrán.
Un apunte en referencia al Pico de la Palma. Parece ser que se tiene a éste como la tercera cima en altura de la isla, pero lo cierto es que más al sudoeste, pasada la Degollada Hierba Huerto, hay otra cota de 750 m, 2,7 m más alta que el pico anterior. Como se dice ahora (uf, que cansino...Yo, ahí lo dejo).

El recorrido en sí.

Aparco en la confluencia de las calles Dulcinea y Sancho Panza, lugar en el que encuentro un cartell de dirección caído a tierra y en el que informa de que hasta la cima hay 7 km. Comienzo a caminar en sentido antihorario por la primera de las calles. Al poco tiempo encuentro un palo de dirección que me indica el camino a seguir para dirigirme a la cumbre del Pico de la Zarza. Reza 3 h y 20 min.
Dejo el asfalto y llego por la pista de tierra al depósito de aguas de Morro Jable. Esta pista no tiene pérdida. Por el camino veo un desvío a la izquierda que lleva al Talahijas, pero lo dejo pasar, aunque más adelante me arrepiento y acabo subiendo campo a través.
Las primeras vistas del día, limitadas por carenas más altas que el punto que ocupo. Ya veo que la niebla será mi acompañante, así que reduzco el paso esperando que se levante. La pista, en moderada pendiente, hace ganar altura constantemente, aunque de vez en cuando da ligeros respiros. Así, tras 6 km aproximadamente, se llega a la Degollada de Vinamar y al lugar en el que se supone aparcan los que suban en el vehículo adecuado, aunque aún sería posible hacerlo unos cientos de metros más arriba.
Definitivamente, la pista se acaba en el punto en el que encuentro un palo de dirección en el que se informa de que a la cima resta aun 1 km. Aquí comienza el verdadero ascenso a la cumbre. El sendero se estrecha y escalonado y zigzagueante sube, sin pérdida, en primer lugar a la puerta (inexistente en la actualidad) del vallado que protege a la cima y al vértice geodésico que la marca.
Llevo ya un rato rodeado por la niebla así que las vistas son escasas y el viento aumenta la sensación de humedad y frio así que dudo de como seguir con el recorrido. Me decido por ir hacia el Pico de Mocan, del que no parece existir duda de que se trata del segundo pico en altura de la isla. Realizo un flanqueo por debajo de la niebla en dirección a este, procurando no perder ni ganar altura. No veo camino, pero la ladera está desprovista de vegetación que estorbe el paso así por donde mejor me parece, llego a la cima. Tengo suerte y la niebla empieza a abrirse así que comienzo a ver cosas. Hacia el este nunca me han faltado referencias, pero ahora se abre ante mis pies toda la vertiente noroeste de la montaña, formada por vertiginosos precipicios que caen a plomo sobre las arenas de la playa de Cofete. Un verdadero espectáculo para la vista y un sentimiento de satisfacción inenarrable. Veo también de donde vengo, la cresta que me separa, y el Pico de la Palma, medio oculto a la sombra del Pico de la Zarza.
Me decanto por ir a toda cresta hacia el siguiente destino, vigilando los momentos de viento, aprovechando que la niebla me permite seguir disfrutando de la sensación de vértigo que genera la verticalidad ponentina de la vertiente de la sierra, llegando finalmente al encuentro de la valla que cierra el perímetro de la cima. Sigo este invasor elemento hasta encontrar de nuevo la puerta y el sendero a la cima.
Lo cruzo y sigo en flanqueo generalmente oeste para llegar, también sin camino pero igualmente fácil, al Pico de la Palma, al que me encaramo sin problema. Sentado el la roca cimera ya observo que más al sudoeste hay una cota que parece más alta, por poco, pero se ve más elevada. El mapa me lo confirma y de hecho, mi intención era atacarla pero a estas alturas mis fuerzas ya están justas, mi capacidad física no está acostumbrada a realizar recorridos de más de una determinada longitud y hechando cuentas la distancia restante hasta destino supera con creces dichos parámetros, así que abandono la idea de hacer el recorrido tal y como lo tenía previsto y empiezo a plantearme alternativas.
Desde mi posición observo que por el barranco de Vinamar se dibuja un sendero y posterior pista que me sirve, pero hay un problema, no hay camino y el descenso se ve largo y comprometido, aunque la falta de vegetación y el terreno parece que permite realizarlo. Como soy como soy, tomo la peor decisión y me lanzo ladera abajo, me gusta complicarme la vida.Tras un inacabable descenso contacto con una traza de sendero cuya continuidad no veo clara sobre el terreno y que según el mapa por la izquierda o por la derecha me llevaría de nuevo a las alturas así que continuo en descenso.
Es tanta la atención que presto al terreno para no dejarme los tobillos o la espalda en las piedras que no me doy cuenta de que, según el mapa, próximo a mi izquierda se supone el camino buscado. El caso es que baja que te baja, dejo dos posibles conexiones con dicho sendero y lo consigo a la tercera. Y ya está; Fin de la historia. Ya en el camino, Camino Barranco Vinamar lo llama el mapa, y prestando atención a los hitos – en determinado puntos el sendero se hace difuso y hasta llega a desparecer – recorro el barranco de Vinamar primero por su margen izquierda, luego se cruza a la margen derecha y se llega a las primeras construcciones humanas.
Un poco más de pista sorteando chabolas y granjas y aparece la calle Toboso y el campo de golf Villa Jandia. Se enlaza con la calle La Mancha, que muere en la calle Rocinante, que a su vez muere en la calle Sancho Panza, pro la que se acaba en el punto de inicio de este intenso recorrido.