Pico del Terril (1129 m.) desde el Mirador de la Ventana- Sierra del Tablón. Sevilla
near Pruna, Andalucía (España)
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El Terril es el pico más alto de la provincia de Sevilla. Se encuentra en la Sierra del Tablón (Algámitas) a unos 12 km desde Olvera (Cadiz) y a 5 km desde Pruna (Sevilla).El Terril pertenece a la Sierra Sur de Sevilla, la comarca la conforma al sur en torno a la franja sevillana de las Sierras Subbéticas, lindado con las provincias de Cadiz.
La sierra del Tablón, formación calcárea dividida en dos por el Puerto del Zamorano, contiene el Terril, con 1.129 m de altura y el Peñón de Algámitas con 1.121 m; ocho menos que el Terril.
Saliendo de Pruna por la carretera hacia Algámitas, a unos tres kilómetros y medio nos encontramos con la inmensa mole de la Sierra del Tablón. A la altura del km 8 de la carretera SE-9225 encontramos el Mirador Puerto de la Ventana, donde se puede aparcar el vehículo; y justo al cruzar la carretera comienza un sendero que permite subir hasta la cima del Terril.
Nos encontramos en el Puerto de la Ventana, punto singular de la Sierra Sur de Sevilla, cuyo nombre popular hace mención a las corrientes de viento que circulan por él, y punto intermedio del trazado de la antigua vereda de Pruna a Villanueva de San Juan que atravesaba estas sierras.
A la derecha, en paralelo a la carretera, discurren los cerros de la Sierra del Tablón, en la que se encuentra el punto más alto de la provincia de Sevilla: el Cerro del Monigote (Terril).
Al fondo a la derecha, Sierra del Peñón: formación rocosa en cuya unión con la Sierra del Tablón se conforma un collado llamado Puerto del Zamorano.
Al frente, la Sierra de la Rabitilla: conjunto de cerros alineados de perfil creciente que confluyen en el Peñón y que suponen la separación entre la cuenca del Guadalete y la del Guadalquivir.
Si sube a cualquiera de ellas por los senderos y veredas que llevan hasta sus cumbres podrá observar territorios de las provincias de Sevilla, Cádiz, Málaga y Granada.
Por tanto, el paseo a cualquiera de estas tres sierras le permitirá realizar actividades deportivas en pleno monte bajo mediterráneo a la vez que disfruta del espectáculo visual perceptible de su entorno.
Los primeros metros del sendero transcurre por un precioso encinar salpicado de acebuches, quejigos, algarrobos y algún roble; junto a unos majestuosos tajos pétreos, hábitat de una numerosa colonia de buitres que sobrevuelan nuestras cabezas esperando alguna víctima:-). El sendero comienza con un fuerte repecho, con tierra muy suelta; en el descenso hay que caminar con precaución para no resbalar. En la época adecuada veremos numerosas peonías, romeros, torvizcos…
Después del algo exigente ascenso de un poco mas de 500 metros llegamos al Puerto de la Ventana. donde hay un viejo y algo desvencijado pluviómetro. Desde y a partir de aquí el panorama se abre pudiendo observar en el centro el Lagarín y las Grajas y a la derecha el Cerro Malaver. Al fondo y de izquierda a derecha el Simacón y el Reloj en la Sierra del Endrinal, San Cristóbal y Torreón en la Sierra del Pinar y más a la derecha el Cerro del Pilar. Más cercanos veremos el Castillo de la Localidad de Pruna y detrás Olvera, y su correspondiente Castillo e Iglesia, elevados en su cima y al fondo la Sierra de Grazalema.
El camino continua a media ladera por la cara oriental. La crestería, que queda más arriba, la dejaremos para el regreso intentando que la ruta sea circular y no lineal. Por esta parte de la ladera pudimos observar muchas plantas con flor: Lirios de flores moradas y otros de flores blancas (albinas), Orquídeas Sangre de Cristo, Diente de León, Leche de Gallina, Gordolobo, Perdiguera, Jara Estepa, Aulaga Morisca, Salvia Verbenaca. No faltan las aromáticas como Tomillos, Romeros, Manzanilla… También arbustos como: Cornicabras, Enebros, Sabinas y Madroños, Lentisco, Coscojas, Endrinos y Majoletos. Todo un placer para los amantes de la botánica.
Después pasaremos por la Cañada del Enebro; el ascenso se suaviza y transcurre apenas sin desnivel, el sendero se ensancha y al fondo ya podemos ver el vértice geodésico de la cima a conquistar, El Terril.
Llegamos a un collado de montaña entre los cerros de la Venta y del Terril o “Monigote” que tenemos frente a nosotros. Avistamos un numeroso rebaño que plácidamente come en la ladera del Terril y que impide que vuelva a crecer la vegetación autóctona del monte..
Un tramo de ascenso algo más durillo y llegamos al vértice geodésico de la cumbre del Terril, también conocido como el Monigote. A la derecha veremos el Cerro de la Ventana y la Crestería por la que regresaremos y a la izquierda el Peñón de Algámitas; ambos separados por el Puerto Zamorano. Por la cima pasa la línea que delimita los términos de Pruna y Algámitas.
Desde la Cima las extensas panorámicas son extraordinarias; algo estropeadas por algo de calima por el este. Pero se podría divisar La Huma, La Maroma, Sierra nevada, Sierra de Esparteros, Sierras de Loja, Sierras Tejeda, Almijara y Alhama, Sierra de las Nieves, La Subbética Cordobesa con su techo La Tiñosa, El Torcal de Antequera, Sierra de las Harinas, Sierra de Líjar y muchos pueblos.
En la cima decidimos comer, y tras charlar un rato con otros senderistas visitantes de este pico, compartiendo experiencias y conocimientos, decidimos reanudar la ruta regresando por la crestería, la parte más alta de la sierra. Para ello, tras bajar de nuevo al collado, tomamos la Cañada de Ballesteros que nos conduce en ascenso hasta el Cerro del Tabón 1121 m. Comenzamos un magnífico cresteo que nos conducirá hasta el Cerro de la Ventana 1031 m.
Pasamos junto a una caseta metálica y comenzamos un largo descenso por un sendero pedregoso y algo incómodo que termina junto al pluviómetro que vimos en el ascenso. Desde aquí desandaremos el camino de ida hasta llegar al punto de partida y final de esta encantadora y fácil ruta.
En los paneles informativos que hay en el inicio de la ruta en el Mirador de Puerto Ventana se puede leer la siguiente información de interés:
Entre las aves de gran porte de la zona destacan dos majestuosas: las águilas cazadoras y los búhos reales. Durante el día podrá observar en el cielo planeando mientras otea la superficie algún águila calzada en busca de alguna pieza de caza. Si espera hasta el atardecer, le sorprenderán los vuelos suaves del búho común y sobre todo el vuelo del búho real.
Las pequeñas aves de este entorno llenan de colorido y de sonidos este paisaje. Pequeños pajarillos que, sobre todo al amanecer y al atardecer, alternan revoloteos raudos entre árboles con alegres trinos.
En estas sierras podrá contemplar tanto los colores sobrios de la abubilla o la collalba negra, como el festival de colores llamativos desplegados en cuerpos, alas o cabezas de picapinos, petirrojos, colirrojos tizones o abejarucos.
Si prefiere disfrutar de sus sonidos, podrá elegir entre los complejos cantos del ruiseñor, los avisos del mochuelo al ocaso o los alegres cantos de jilgueros y verderones.
El complejo serrano de las Tres Sierras también es un lugar interesante por sus curiosidades, leyendas y anécdotas que lo hacen singular.
En la Sierra del Tablón se pueden vivir dos experiencias a nivel visual. En noches claras, desde su cumbre se pueden divisar las luces de Sevilla. Cuenta la leyenda que antiguamente las gentes del lugar subían y veían «platear» el Guadalquivir. Por otro lado, en la época de nieblas mañaneras del otoño, aquellos que suban al amanecer a las cumbres tendrán el placer de contemplar una de las más bellas estampas de la zona, un mar de niebla y nubes sobre el que se pueden ver los picos más cercanos emergiendo.
También tienen estas sierras sus leyendas de personajes históricos. Dada su ubicación al inicio de las cordilleras betitas y cerca de la serranía de Ronda, debió ser lugar de paso y actuación de bandoleros en el siglo XIX. Cuenta la leyenda que Francisco Ríos «El Pernales», bandolero nacido en Estepa utilizó estas sierras como refugio en alguna ocasión.
En el caso de la Sierra del Peñón, cuenta la leyenda oral de la zona que se trata de un volcán apagado desde hace siglos, probablemente más por el parecido formal que por evidencias científicas. Sea como fuese, siempre es interesante iniciar su ascenso observando las curiosas formas que el tiempo ha conformado en sus piedras calizas o buscando la fuente natural que hay en su cumbre.
La sierra del Tablón, formación calcárea dividida en dos por el Puerto del Zamorano, contiene el Terril, con 1.129 m de altura y el Peñón de Algámitas con 1.121 m; ocho menos que el Terril.
Saliendo de Pruna por la carretera hacia Algámitas, a unos tres kilómetros y medio nos encontramos con la inmensa mole de la Sierra del Tablón. A la altura del km 8 de la carretera SE-9225 encontramos el Mirador Puerto de la Ventana, donde se puede aparcar el vehículo; y justo al cruzar la carretera comienza un sendero que permite subir hasta la cima del Terril.
Nos encontramos en el Puerto de la Ventana, punto singular de la Sierra Sur de Sevilla, cuyo nombre popular hace mención a las corrientes de viento que circulan por él, y punto intermedio del trazado de la antigua vereda de Pruna a Villanueva de San Juan que atravesaba estas sierras.
A la derecha, en paralelo a la carretera, discurren los cerros de la Sierra del Tablón, en la que se encuentra el punto más alto de la provincia de Sevilla: el Cerro del Monigote (Terril).
Al fondo a la derecha, Sierra del Peñón: formación rocosa en cuya unión con la Sierra del Tablón se conforma un collado llamado Puerto del Zamorano.
Al frente, la Sierra de la Rabitilla: conjunto de cerros alineados de perfil creciente que confluyen en el Peñón y que suponen la separación entre la cuenca del Guadalete y la del Guadalquivir.
Si sube a cualquiera de ellas por los senderos y veredas que llevan hasta sus cumbres podrá observar territorios de las provincias de Sevilla, Cádiz, Málaga y Granada.
Por tanto, el paseo a cualquiera de estas tres sierras le permitirá realizar actividades deportivas en pleno monte bajo mediterráneo a la vez que disfruta del espectáculo visual perceptible de su entorno.
Los primeros metros del sendero transcurre por un precioso encinar salpicado de acebuches, quejigos, algarrobos y algún roble; junto a unos majestuosos tajos pétreos, hábitat de una numerosa colonia de buitres que sobrevuelan nuestras cabezas esperando alguna víctima:-). El sendero comienza con un fuerte repecho, con tierra muy suelta; en el descenso hay que caminar con precaución para no resbalar. En la época adecuada veremos numerosas peonías, romeros, torvizcos…
Después del algo exigente ascenso de un poco mas de 500 metros llegamos al Puerto de la Ventana. donde hay un viejo y algo desvencijado pluviómetro. Desde y a partir de aquí el panorama se abre pudiendo observar en el centro el Lagarín y las Grajas y a la derecha el Cerro Malaver. Al fondo y de izquierda a derecha el Simacón y el Reloj en la Sierra del Endrinal, San Cristóbal y Torreón en la Sierra del Pinar y más a la derecha el Cerro del Pilar. Más cercanos veremos el Castillo de la Localidad de Pruna y detrás Olvera, y su correspondiente Castillo e Iglesia, elevados en su cima y al fondo la Sierra de Grazalema.
El camino continua a media ladera por la cara oriental. La crestería, que queda más arriba, la dejaremos para el regreso intentando que la ruta sea circular y no lineal. Por esta parte de la ladera pudimos observar muchas plantas con flor: Lirios de flores moradas y otros de flores blancas (albinas), Orquídeas Sangre de Cristo, Diente de León, Leche de Gallina, Gordolobo, Perdiguera, Jara Estepa, Aulaga Morisca, Salvia Verbenaca. No faltan las aromáticas como Tomillos, Romeros, Manzanilla… También arbustos como: Cornicabras, Enebros, Sabinas y Madroños, Lentisco, Coscojas, Endrinos y Majoletos. Todo un placer para los amantes de la botánica.
Después pasaremos por la Cañada del Enebro; el ascenso se suaviza y transcurre apenas sin desnivel, el sendero se ensancha y al fondo ya podemos ver el vértice geodésico de la cima a conquistar, El Terril.
Llegamos a un collado de montaña entre los cerros de la Venta y del Terril o “Monigote” que tenemos frente a nosotros. Avistamos un numeroso rebaño que plácidamente come en la ladera del Terril y que impide que vuelva a crecer la vegetación autóctona del monte..
Un tramo de ascenso algo más durillo y llegamos al vértice geodésico de la cumbre del Terril, también conocido como el Monigote. A la derecha veremos el Cerro de la Ventana y la Crestería por la que regresaremos y a la izquierda el Peñón de Algámitas; ambos separados por el Puerto Zamorano. Por la cima pasa la línea que delimita los términos de Pruna y Algámitas.
Desde la Cima las extensas panorámicas son extraordinarias; algo estropeadas por algo de calima por el este. Pero se podría divisar La Huma, La Maroma, Sierra nevada, Sierra de Esparteros, Sierras de Loja, Sierras Tejeda, Almijara y Alhama, Sierra de las Nieves, La Subbética Cordobesa con su techo La Tiñosa, El Torcal de Antequera, Sierra de las Harinas, Sierra de Líjar y muchos pueblos.
En la cima decidimos comer, y tras charlar un rato con otros senderistas visitantes de este pico, compartiendo experiencias y conocimientos, decidimos reanudar la ruta regresando por la crestería, la parte más alta de la sierra. Para ello, tras bajar de nuevo al collado, tomamos la Cañada de Ballesteros que nos conduce en ascenso hasta el Cerro del Tabón 1121 m. Comenzamos un magnífico cresteo que nos conducirá hasta el Cerro de la Ventana 1031 m.
Pasamos junto a una caseta metálica y comenzamos un largo descenso por un sendero pedregoso y algo incómodo que termina junto al pluviómetro que vimos en el ascenso. Desde aquí desandaremos el camino de ida hasta llegar al punto de partida y final de esta encantadora y fácil ruta.
En los paneles informativos que hay en el inicio de la ruta en el Mirador de Puerto Ventana se puede leer la siguiente información de interés:
Entre las aves de gran porte de la zona destacan dos majestuosas: las águilas cazadoras y los búhos reales. Durante el día podrá observar en el cielo planeando mientras otea la superficie algún águila calzada en busca de alguna pieza de caza. Si espera hasta el atardecer, le sorprenderán los vuelos suaves del búho común y sobre todo el vuelo del búho real.
Las pequeñas aves de este entorno llenan de colorido y de sonidos este paisaje. Pequeños pajarillos que, sobre todo al amanecer y al atardecer, alternan revoloteos raudos entre árboles con alegres trinos.
En estas sierras podrá contemplar tanto los colores sobrios de la abubilla o la collalba negra, como el festival de colores llamativos desplegados en cuerpos, alas o cabezas de picapinos, petirrojos, colirrojos tizones o abejarucos.
Si prefiere disfrutar de sus sonidos, podrá elegir entre los complejos cantos del ruiseñor, los avisos del mochuelo al ocaso o los alegres cantos de jilgueros y verderones.
El complejo serrano de las Tres Sierras también es un lugar interesante por sus curiosidades, leyendas y anécdotas que lo hacen singular.
En la Sierra del Tablón se pueden vivir dos experiencias a nivel visual. En noches claras, desde su cumbre se pueden divisar las luces de Sevilla. Cuenta la leyenda que antiguamente las gentes del lugar subían y veían «platear» el Guadalquivir. Por otro lado, en la época de nieblas mañaneras del otoño, aquellos que suban al amanecer a las cumbres tendrán el placer de contemplar una de las más bellas estampas de la zona, un mar de niebla y nubes sobre el que se pueden ver los picos más cercanos emergiendo.
También tienen estas sierras sus leyendas de personajes históricos. Dada su ubicación al inicio de las cordilleras betitas y cerca de la serranía de Ronda, debió ser lugar de paso y actuación de bandoleros en el siglo XIX. Cuenta la leyenda que Francisco Ríos «El Pernales», bandolero nacido en Estepa utilizó estas sierras como refugio en alguna ocasión.
En el caso de la Sierra del Peñón, cuenta la leyenda oral de la zona que se trata de un volcán apagado desde hace siglos, probablemente más por el parecido formal que por evidencias científicas. Sea como fuese, siempre es interesante iniciar su ascenso observando las curiosas formas que el tiempo ha conformado en sus piedras calizas o buscando la fuente natural que hay en su cumbre.
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Comments (4)
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Ya soy una de sus más fieles seguidoras. Todo lo que escribe y documenta, me transporta a los lugares citados, llegando incluso, a oler las flores y escuchar el canto de los pajarillos.
ME ENCANTA!!! Muchas gracias
Algún día que pase por Algamitas o Pruna, haremos la ruta, sin duda. Seguro que hay más variedad de orquídeas y puede que alguna rupicola.
Saludos desde Lucena,
Marimar
Muchas gracias MarimarML por tus alentadores y simpáticos comentarios. Si pasas por esta zona, no lo dudes y realiza esta mágnífica ruta. Es posible que hubiera muchas más plantas de las que mencionamos en la descripción. Solo mencionamos las que tuvimos la oportunidad de ver e identificar. Desde luego nos hubiera encantado poder ver otros tipos de orquideas y alguna rupícolas.
Nos encanta el acento de tu tierra "Lusssena" :-)
Cordiales saludos desde Granada.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Gracias por tan buena información
manolocaruza66, gracias por tus comentarios y valoración.
Saludos.