Ascensión al pico Gallinero desde Liri

Aislada y solitaria ruta de subida al pico Gallinero desde el pueblo de Liri, entre praderas de flores y ovejas, para disfrutar de buenas vistas de los tresmiles del Valle de Benasque y de otras montañas de los alrededores.

Salimos desde Liri subiendo por la carretera, unos 300m, hasta el desvío señalizado hacia el Barranco Gordo o Racuáns. Tomamos la pista hacia la derecha y la seguimos hasta el cruce con el sendero de subida a la ermita de la Virgen del Puy. Tras el pequeño desvío, visitamos la reconstruida ermita románica, con buenas vistas del Turbón, la Sierra de Chía y del Gallinero. De vuelta a la pista continuamos por ella hasta que poco después, antes de que la pista baje al barranco, sale un sendero a la izquierda, que nos lleva a un bonito puente de piedra medieval, que cruza el barranco Racuáns.

El camino ahora empieza a subir siguiendo el barranco, zigzagueando por las rocas. Pasamos por el Pilaret de San Antón, subimos hasta los prados del Puy, atravesamos un pequeño arroyo y salimos del barranco Racuáns.

A partir de aquí el sendero prácticamente desaparece, al menos en verano, entre la frondosa vegetación, con hierbas y flores que llegan por encima de las rodillas. Las praderas están preciosas, con cientos de especies diferentes de flores, pero no es fácil avanzar.

Un quilómetro después llegamos a una cabaña de pastores donde termina una de las pistas que viene de Plana Miquel. Se podría seguir esta pista y tomar el sendero al Collado del Ampriu y desde allí subir al Gallinero; pero en nuestro caso queremos subir por la cara oeste, así que continuamos por detrás de la cabaña, campo a través, aunque ya sin tanta vegetación.

Poco después llegamos a la cabaña de la Montañeta, otro refugio de pastores; también dejamos la pista a un lado y seguimos subiendo en dirección al Tozal Redono, que esconde detrás el Gallinero. Justo detrás del refugio, al lado de la pista, hay una fuente donde recargamos las botellas. A partir de este punto hacemos una ruta circular, así que subiremos a la izquierda del Tozal Redono, hasta la cima del Gallenero, y volveremos por la derecha del Tozal, hasta la fuente.

Subimos por la empinada ladera del Tozal, dejando la zona rocosa a la derecha, hasta llegar a la Colladeta Redono, a los pies del Gallinero. Desde aquí nos quedan 500 m de subida, muy empinados, por un sendero algo marcado, que va siguiendo el cordal oeste del Gallinero. Tras la dura subida llegamos a la cima para disfrutar en solitario de las impresionantes vistas en 360º: Macizo del Aneto, Sierra Negra, tresmiles de Aigüestortes, el Turbón, Baciero, Cotiella, Sierra de Chía, zona del Posets, Perdiguero....

Bajamos por el cordal Sur, de frente a la Tuca de Urmella, hasta llegar al Collado de la Corba, que une el Valle del Isábena con el del Ésera. De hecho, el río Isábena nace a pocos metros de aquí, entre el Gallinero y el Cibollés. La pendiente de este cordal es algo más suave que la del cordal Oeste, por donde hemos subido.

Desde el collado sale un senderillo que nos acerca hasta la zona de despegue de parapente de Pedras Blancas, donde se puede ver cómo salen y se alejan surcando el cielo del Pirineo.

Continuamos por la pista durante unos metros, para después bajar campo a través por las praderas, siempre en dirección Oeste, para ir a buscar el sendero que rodea el Tozal Redono desde el Sur. Volvemos a cruzar la pista y encontramos las primeras trazas del sendero que, en dirección Norte va bajando hacia la cabaña de la Montañeta. El sendero está poco marcado y hay muchas variantes hechas por las ovejas, así que vamos cogiendo la que mejor nos viene en cada momento.

Una vez en la cabaña de la Montañeta volvemos por el mismo camino que en la subida hasta Liri. Solo hacemos una variante, poco después del cruce de la Ermita de la Virgen del Puy, tomamos un sendero con bonitas vistas de Liri desde arriba. Bajamos hasta el pueblo y, antes de irnos, lo recorremos, pasando por la Iglesia de San Martín.