PICO GILBO

Nos encontramos en Riaño, en el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, y vamos a afrontar la subida de una montaña que nos regala impresionantes panorámicas sobre el embalse de Riaño. Se trata del ascenso al pico Gilbo

El pico Gilbo (1679 m), también denominado el Cervino leonés, por su esbelta y característica vertiente norte que se asemeja al Cervino de los Alpes, se encuentra en la cordillera Cantábrica, a orillas del embalse de Riaño, en la montaña Oriental Leonesa. A pesar de no ser la de mayor altitud de la zona, es su cima más característica y la más fotografiada.

Esta comarca, aunque muy dañada por la construcción del embalse del río Esla en 1987, mantiene un paisaje de alta montaña soberbio en el que se entremezclan valles, bosques cantábricos y peñas calizas en su mayoría.

Las Pintas, Llerenes, Yordas, Gilbo, Cueto Cabrón, Peña Redonda, cierran el valle hacia el sur.

El Gilbo es una de las alturas más bajas de estas peñas, pero sin embargo, desde Riaño parece inexpugnable, sin embargo es una peña que puede subirse sin técnicas de escalada.

Todo el Gilbo está rodeado de buenos bosques atlánticos de haya, roble y hasta de pino cerca del embalse. Es por lo tanto un genial entorno en épocas del año como primavera y otoño.

Itinerario de la ruta

Viaducto de Riaño – Hayedo de Vallarqué – Collado de la Pedrera – Gilbo – Collado de la Pedrera- Hayedo de las Biescas – Viaducto de Riaño



La ruta empieza desde el aparcamiento junto al puente o viaducto de Riaño. No tiene pérdida. Hay espacio para varios coches a ambos lados de la carretera.

Comenzamos!. Tras tomar la pista enseguida vemos el hayedo de Vallarqué y el itinerario a seguir.

Hayedo de Vallarqué

Tras abandonar la pista inicial nos adentramos en el bosque. Subimos por la senda que transcurre junto al arroyo Vallarqué.

Tras este bosque llegamos a un claro desde donde comenzaremos a ver las impresionantes vistas que ofrece esta ruta y que ya no nos abandonarán en toda la jornada. Al fondo destaca el Espigüete.

Comenzamos con un breve rodeo por esta cara del embalse. Un buen preludio de las maravillosas vistas que tendremos más adelante. Pero, tras abandonar la orilla, nos internaremos por un denso bosque de hayas. Y aquí viene lo ‘bueno’ porque el desnivel a salvar comienza a notarse.

Collado de la Pedrera

Desde la pradera tenemos que poner ojos a nuestra derecha. Más arriba, bajo el Gilbo y a su derecha, veremos el collado de la Pedrera. Es fácil alcanzarlo.

Una vez abandonado el bosque empezamos a ver con claridad los riscos de la cima. En este punto aún nos queda mucho desnivel que salvar pero las vistas son tan bonitas que lo harán muy ameno. A pesar de todos los pesares, es indudable que la presa le da un toque increíble al paisaje.

A partir de aquí comienza la parte más dura de la ruta. Tendremos que bordear las cumbres rocosas por su margen derecha e ir ascendiendo poco a poco por la pared. Se hacen trepadas sencillas, lo peor es si el suelo esta mojado, ya que se puede resbalar un poco.

El sendero va ir bordeando la cumbre para, tras sobrepasar un pequeño colladín, dar vista al estrecho de Bachende, Las Pintas y el valle de Anciles.

Aunque la cumbre es un regalo para todos los sentidos, la vista sobre la collada Bachende y Cueto Cabrón es espectacular.

Ahora toca torcer a la izquierda y ascender por un pequeña canal que va ser una vía rápida para llegar a las inmediaciones de la cumbre.

Las vistas desde el pico Gilbo, a 1.679 metros de altura, son de quitar el hipo. Una panorámica de 360º desde donde se alcanza a ver la presa en todo su conjunto, la montaña leonesa, parte del macizo leonés de Picos de Europa y la Montaña Palentina. .

La vuelta comienza desandado el camino hasta terminar de bajar las cumbres rocosas, hasta lo que llamamos Collado de la Pedrera. Después nos internamos por otro sendero que discurre por un precioso hayedo entre la peña Sarnosa y la peña Vallarqué, que lo llamamos Hayedo de las Biescas , este sendero nos lleva al Mirador de las Biescas y posteriormente a la Cueva de la Vieja del Monte .y continuar por pista hasta el aparcamiento. En definitiva, una ruta circular sencilla, con bastante desnivel y muy espectacular visualmente.