Pico Montihuero y Laguna Las Verdes

Pico Montihuero desde Torre de Babia.
Ruta de ida y vuelta, aunque wikiloc la califica como circular.
Espectacular pico de curiosa orografía. Al planificar la ruta, vemos que hay numerosas posibilidades de abordarlo e igualmente numerosas las de regresar; cuando esto sucede significa que ninguna de ellas es manifiestamente mejor que las demás.
Una pendiente, pero cómoda pista que finalmente da paso a un sendero, nos conduce hasta la Laguna Las Verdes, una magnífica laguna glaciar inscrita en su correspondiente circo. El nombre se le atribuye a las tonalidades de la vegetación que la invade.
A partir de ahí el panorama cambia radicalmente puesto que hemos de subir por un pendiente canchal de terreno sumamente inestable compuesto de piedra suelta y grava, lo que nos obligará a asegurar cada paso clavando bastones (imprescindibles).
La subida resulta trabajosa, lenta y fatigosa debido al terreno y a la pendiente. No existe un camino como tal, así que lo que toca es buscarse un poco la vida eligiendo lo que nos parece más apropiado en cada momento.
Finalmente pasamos por una zona herbosa, igualmente pendiente e inestable hasta que nos llevará a otra algo más llana donde crestearemos mas comodamente pasando por El Picón y ascendiendo por fin al Montihuero por sendero pendiente pero sin más dificutad.
Magníficas vistas sobre La Chana, Peña Orniz, Los Albos, Las Ubiñas etc.
Tras las fotos y el bocadillo de rigor Iniciamos la bajada por el mismo camino, logicamente más llevadero para el cardio pero más penoso para las articulaciones.
Probamos el descenso por la seca canal a la izquierda, más cómodo por ser las piedras más grandes y consistentes pero lo debemos abandonar para evitar los desniveles que las aguas invernales han provocado.
Nuevamente desde la laguna volvemos a contemplar la magnífica estampa de los pilares verticales de la cara sur del pico realzados por la luz de la tarde y retomamos la pista hasta el pueblo.
Por el camino nos encontramos con un enorme rebaño de ovejas conducidas por un pastor ayudado de no menos de una decena de mastines, seis o siete de los cuales nos "escoltaron" poniendo a prueba nuestro temple, hasta que nos alejamos. La verdad es que impresionan, pero jamás hemos tenido problemas serios con mastines (asumiendo que cumplen su trabajo y marcan unos límites a viva voz).
Calificamos la ruta como difícil, algo siempre subjetivo, pero así resultó para dos sesentones acostumbrados a la montaña, pero con alguna que otra "herida de guerra" a sus espaldas. No es muy recomendable para niveles medios de montaña.
Charlando con unos alpinistas que encontramos en el pueblo, nos comentaron que el puñetero canchal, tan complicado en verano, es más llevadero con nieve en invierno, al quedar el suelo más estabilizado. Es de suponer que esto sería así a partir de una determinada cantidad de nieve.