Pico Priena 'Cruz de Priena' (Cangas de Onís)
near Corao, Asturias (España)
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Itinerary description
Ascensión al Pico Priena, también conocido por la Cruz de Priena, en travesía desde Corao a Covadonga.
Corao (95 metros) - Cuetu Abamia (208 metros) - Collado Pandal (488 metros) - Collado Pasadero (602 metros) - Pico Priena (725 metros) - Covadonga (195 metros)
Desde Cangas de Onís, por su ronda exterior, continuamos por la AS-114 en dirección a Cabrales. A los 6 kms entramos en la localidad de Corao, conocida por sus famosas ferias ganaderas, las mas importantes del Norte de España. Hay muchos espacios para el aparcamiento, en nuestro caso lo hicimos frente al bar tienda Casa Manolito, muy próximo al cercado ganadero emplazado a orillas del río Güeña.
Bordeando el "castañeu del mercau", nos dirigimos a cruzar el río, siguiendo el PR-PNPE 1 denominada como la Ruta de Frassinelli en memoria del famoso alemán. Fue Roberto Frassinelli y Burnitz, (1.811-1.887) un emigrante por razones políticas, que inicio su andadura española en Madrid. De alto nivel social, viajó a Asturias y se estableció en Corao en 1.854, enamorado del entorno de los Picos de Europa. A través de la ruta que lo conmemora, se introducía en las cumbres mas elevadas del Cornión, recorriendo el agreste territorio durante días, en compañía de un asturcón y un perro. Era un auténtico erudito sin estudios académicos, pero que entendía de agricultura, de botánica, de arqueología, de medicina y era además un gran dibujante. Su fama llegó al obispado de Oviedo, que le encargó un proyecto para restaurar el entorno del santuario de Covadonga, dirigiendo las obras de 1.876. Sus restos están enterrados en la Iglesia de Santa Eulalia de Abamia, y como muestra de su pasión montañera, queda para el recuerdo el famoso "Pozo del Alemán", en el curso del río Pomperi, lugar donde se bañaba durante sus incursiones en los "Picos".
Una vez cruzado el río Güeña, seguimos por un camino entre las fincas de La Vegona, que en poco mas de un kilómetro, nos conduce a la histórica iglesia de Santa Eulalia de Abamia. Monumento Nacional desde 1.962, tiene su origen en el siglo VIII, durante el reinado de Pelayo. Este lugar fue elegido por el propio rey, para ser enterrado con su esposa Gaudosia en el año 737. En uno de los capiteles, existe una figura arrastrada de los pelos por un demonio, escena que identifica según la mentalidad popular, al obispo Don Oppas, que intentó convencer a Pelayo para que se rindiese ante los musulmanes. Un pequeño cementerio y numerosos tejos, completan este entorno de gran contenido histórico.Ya en el siglo XIII, en tiempos de Alfonso X el Sabio, fueron trasladados los restos a su emplazamiento actual, en la Cueva de Covadonga.
Continuando nuestra ascensión, cruzamos entre las bonitas casas de Cuetu Abamia, siguiendo el camino que nos lleva a La Cañal, un poco antes dejamos a la izquierda la incorporación que procede de Teleña. Por el medio tenemos la sombría y embarrada zona de Derroncabo, que en función de la época del año, presenta alguna incomodidad de paso.
Superadas las viviendas de La Cañal, cruzamos por el paso canadiense del Tombonu y a continuación comienzan las primeras manchas de nieve, que se incrementan a medida que vamos cogiendo altura. El camino, hormigonado en los tramos mas pendientes, nos conduce después de un depósito anti-incendios, a las cuadras de Ondoreño y al collado Pandal, con las bonitas cabañas de La Piniella, dando vista al alargado valle que forma el río Güeña, en busca de ceder sus aguas al Sella.
Desde la explanada del collado, el camino sigue con su dirección Sur por la denominada cuesta del Porriquín para llevarnos a las invernales de Uporquera (542 metros), bonito lugar donde concluye el camino y en el que las cabañas de piedra, se mimetizan con la roca y los espléndidos pastos de altura. Aquí abandonamos la Ruta de Frassinelli, que continua hacia Los Lagos y seguimos hacia el Suroeste, por un definido sendero que nos eleva al collado Pasadero o Cantu de la Oración. Estamos entrando desde aquí, en el límite del Parque de Picos de Europa.
Ya solo nos queda salvar hacia la derecha, la amplia ladera de Campa Cimera que nos conduce a la cima, en la que destaca la gran Cruz de Priena. Instalada por Montajes del Tera en 1.953, tuvo dos reparaciones posteriores: una en 1.983 realizada por el Grupo de Montaña Llaranes y otra en 1.994 por el Grupo de Montaña Ensidesa. Es el Picu Priena, de topónimo prerromano "junto al enna", cerca del Güeña, un balcón natural sobre el entorno de Covadonga, por lo que es muy popular ascenderlo por la vertiente Sur. Un vértice geodésico y dos belenes de cumbres, acompañan a su famosa cruz, en este mirador sin igual hacia las tierras orientales de Asturias. Describir montañas y valles es un ejercicio visual extraordinario: desde las sierras costeras del Sueve hasta el Cuera, a las imponentes cimas del Cornión y Los Urrieles, a las cumbres cantábricas de Amieva y Ponga, todo un horizonte circular de inigualable belleza, que se puede disfrutar desde esta bonita montaña.
Descendemos en dirección al collado Pasadero y sin llegar a él, un sendero a la derecha nos lleva hacia la vertiente Sur por la denominada Cuesta de Ginés, que no abandonaremos hasta llegar a la AS-262, poco después de la zona de Repelao, muy cerca de la Basílica de Covadonga. El sendero en forma de amplios zigzagueos, va recorriendo la ladera de la montaña en un continuo y cómodo descenso, con la vista siempre permanente del Monte Auseva, al otro lado del valle.
Como es un recorrido lineal, hay que apoyarse en dos vehículos para realizarlo, o bien contratar un taxi, que desde Covadonga nos traslade hasta Corao.
Corao (95 metros) - Cuetu Abamia (208 metros) - Collado Pandal (488 metros) - Collado Pasadero (602 metros) - Pico Priena (725 metros) - Covadonga (195 metros)
Desde Cangas de Onís, por su ronda exterior, continuamos por la AS-114 en dirección a Cabrales. A los 6 kms entramos en la localidad de Corao, conocida por sus famosas ferias ganaderas, las mas importantes del Norte de España. Hay muchos espacios para el aparcamiento, en nuestro caso lo hicimos frente al bar tienda Casa Manolito, muy próximo al cercado ganadero emplazado a orillas del río Güeña.
Bordeando el "castañeu del mercau", nos dirigimos a cruzar el río, siguiendo el PR-PNPE 1 denominada como la Ruta de Frassinelli en memoria del famoso alemán. Fue Roberto Frassinelli y Burnitz, (1.811-1.887) un emigrante por razones políticas, que inicio su andadura española en Madrid. De alto nivel social, viajó a Asturias y se estableció en Corao en 1.854, enamorado del entorno de los Picos de Europa. A través de la ruta que lo conmemora, se introducía en las cumbres mas elevadas del Cornión, recorriendo el agreste territorio durante días, en compañía de un asturcón y un perro. Era un auténtico erudito sin estudios académicos, pero que entendía de agricultura, de botánica, de arqueología, de medicina y era además un gran dibujante. Su fama llegó al obispado de Oviedo, que le encargó un proyecto para restaurar el entorno del santuario de Covadonga, dirigiendo las obras de 1.876. Sus restos están enterrados en la Iglesia de Santa Eulalia de Abamia, y como muestra de su pasión montañera, queda para el recuerdo el famoso "Pozo del Alemán", en el curso del río Pomperi, lugar donde se bañaba durante sus incursiones en los "Picos".
Una vez cruzado el río Güeña, seguimos por un camino entre las fincas de La Vegona, que en poco mas de un kilómetro, nos conduce a la histórica iglesia de Santa Eulalia de Abamia. Monumento Nacional desde 1.962, tiene su origen en el siglo VIII, durante el reinado de Pelayo. Este lugar fue elegido por el propio rey, para ser enterrado con su esposa Gaudosia en el año 737. En uno de los capiteles, existe una figura arrastrada de los pelos por un demonio, escena que identifica según la mentalidad popular, al obispo Don Oppas, que intentó convencer a Pelayo para que se rindiese ante los musulmanes. Un pequeño cementerio y numerosos tejos, completan este entorno de gran contenido histórico.Ya en el siglo XIII, en tiempos de Alfonso X el Sabio, fueron trasladados los restos a su emplazamiento actual, en la Cueva de Covadonga.
Continuando nuestra ascensión, cruzamos entre las bonitas casas de Cuetu Abamia, siguiendo el camino que nos lleva a La Cañal, un poco antes dejamos a la izquierda la incorporación que procede de Teleña. Por el medio tenemos la sombría y embarrada zona de Derroncabo, que en función de la época del año, presenta alguna incomodidad de paso.
Superadas las viviendas de La Cañal, cruzamos por el paso canadiense del Tombonu y a continuación comienzan las primeras manchas de nieve, que se incrementan a medida que vamos cogiendo altura. El camino, hormigonado en los tramos mas pendientes, nos conduce después de un depósito anti-incendios, a las cuadras de Ondoreño y al collado Pandal, con las bonitas cabañas de La Piniella, dando vista al alargado valle que forma el río Güeña, en busca de ceder sus aguas al Sella.
Desde la explanada del collado, el camino sigue con su dirección Sur por la denominada cuesta del Porriquín para llevarnos a las invernales de Uporquera (542 metros), bonito lugar donde concluye el camino y en el que las cabañas de piedra, se mimetizan con la roca y los espléndidos pastos de altura. Aquí abandonamos la Ruta de Frassinelli, que continua hacia Los Lagos y seguimos hacia el Suroeste, por un definido sendero que nos eleva al collado Pasadero o Cantu de la Oración. Estamos entrando desde aquí, en el límite del Parque de Picos de Europa.
Ya solo nos queda salvar hacia la derecha, la amplia ladera de Campa Cimera que nos conduce a la cima, en la que destaca la gran Cruz de Priena. Instalada por Montajes del Tera en 1.953, tuvo dos reparaciones posteriores: una en 1.983 realizada por el Grupo de Montaña Llaranes y otra en 1.994 por el Grupo de Montaña Ensidesa. Es el Picu Priena, de topónimo prerromano "junto al enna", cerca del Güeña, un balcón natural sobre el entorno de Covadonga, por lo que es muy popular ascenderlo por la vertiente Sur. Un vértice geodésico y dos belenes de cumbres, acompañan a su famosa cruz, en este mirador sin igual hacia las tierras orientales de Asturias. Describir montañas y valles es un ejercicio visual extraordinario: desde las sierras costeras del Sueve hasta el Cuera, a las imponentes cimas del Cornión y Los Urrieles, a las cumbres cantábricas de Amieva y Ponga, todo un horizonte circular de inigualable belleza, que se puede disfrutar desde esta bonita montaña.
Descendemos en dirección al collado Pasadero y sin llegar a él, un sendero a la derecha nos lleva hacia la vertiente Sur por la denominada Cuesta de Ginés, que no abandonaremos hasta llegar a la AS-262, poco después de la zona de Repelao, muy cerca de la Basílica de Covadonga. El sendero en forma de amplios zigzagueos, va recorriendo la ladera de la montaña en un continuo y cómodo descenso, con la vista siempre permanente del Monte Auseva, al otro lado del valle.
Como es un recorrido lineal, hay que apoyarse en dos vehículos para realizarlo, o bien contratar un taxi, que desde Covadonga nos traslade hasta Corao.
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