Pico Tablones y Sendero de los Duendes desde Cantabrana

Salimos de la plaza de Cantabrana (donde está el bar) y subimos por la calle real y la del Crucero hacia el depósito de agua, que rebasamos continuando por ese camino hasta cruzar la carretera de Tamayo. Proseguimos por la senda que la cruza, ya en fuerte pendiente, y al rato tomamos un cortafuegos muy mal mantenido, con mucha vegetación, que tenemos que subir y llegar a un pilón de agua con el escudo de los zapadores, donde tomamos un descanso y proseguimos por el cortafuegos, que en un momento dado se convierte en un camino muy complicado de seguir, donde encontramos algún hito muy de vez en cuando y nos obliga a realizar alguna trepada y a subir pendientes superiores al 70% en algunos tramos. Muy divertido, pero requiere mucha precaución y experiencia.

Tras pasar este tramo complicado llegamos a un camino ancho que nos parece una autopista, y ya vemos a lo lejos las antenas de Herrera de Valdivielso (o Herrera de Caderechas). Pasadas las antenas está el pico Tablones y una torreta de vigilancia de incendios. Hemos subido más de 600 metros de desnivel en unos cuatro kilómetros y medio, lo que indica la dureza de la subida.

Desde el Tablones descendemos por una amplia pista hasta cruzarnos con otra ancha senda que asciende hasta el desvío del sendero de los Duendes, profusamente decorado con figuras de ganchillo que representan mariquitas, setas, corazones, bolsos, caras, etc, así como un poste que nos indica la distancia en línea recta a varias ciudades del mundo. Bueno, vale, a mí no me entusiasma mcuho, prefiero la Naturaleza tal y cual está, pero para los niños es un entretenimiento que les ayudará mientras suben. El culmen de esta senda es un bosque de pinos con los troncos recubiertos de ganchillo y otros adornos, como casitas para pájaros pintadas de diversos colores (y vacías, los pájaros preferirán anidar en sus nidos). La subida es corta, de apenas un kilómetro, pero tiene casi 200 metros de desnivel y fuertes pendientes, aunque breves.

Una vez pasado este dislate, ya en la sierra de Tablones, disfrutamos de las vistas a ambos lados de esta y nos dirigimos por la izquierda, recorriendo dicha sierra durante un kilómetro, para luego bajar hacia Madrid de las Caderechas por una preciosa y estrecha senda que nos lleva hasta el barrio de Mazuela de este pueblo, separado menos de un kilómetro del centro. Desde ahí continuamos descendiendo hasta llegar a la carretera BU-V-5024, que une Quintanaopio con Huéspeda, y en una senda giramos a la izquiera para hacer la tercera y última subida del día, que nos llevará, previo paso por al Camino de Madrid de las Caderechas (asfaltado), hasta el pueblo de Herrera de Valdivielso (o Herrera de Caderechas), donde podemos disfrutar del agua de su fuente, y desde ahí continuar el ascenso por pista hasta un collado (350 metros de desnivel en casi seis kilómetros de subida), para descender por esa misma pista, que pasando una alambrada desaparece y se convierte en un camino de complicado paso y que nos dejará en el pilón al principio reseñado, donde en vez de bajar por el cortafuegos tomamos una pista ancha a la derecha, pero la pista se convierte una vez más en una senda donde hay que tener precaución para no tropezar y caer.

Esta pista nos deja en la carretera de Tamayo, donde ya retomamos el camino por el que hemos venido y nos deja sin más dilación en Cantabrana.

La clasifico de solo expertos no por vacilar, sino porque aparte de los más de mil quinientos metros de denivel acumulado que me marcó el GPS y las fuertes pendientes en algunos trechos, hay tramos donde es complicado encontrar el camino y otros (por suerte pocos) que requieren trepadas, fáciles, pero con cierto riesgo.