PICÓN BLANCO 1521m - SUBIDA ANUAL VERANIEGA 2.023. Despedida de la base militar abandonada antes de su demolición.
near Espinosa de los Monteros, Castilla y León (España)
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PICÓN BLANCO 1521m - SUBIDA ANUAL VERANIEGA 2.023. Despedida de la base militar abandonada antes de su demolición.
Como seguro que habéis leído en la prensa o escuchado en la televisión , van a demoler la base militar de Picón Blanco.
Debido a ello mi mujer y yo decidimos hacer la subida anual veraniega del 2.023 y recorrer la base antes de su desmantelamiento para verla por última vez. Llevamos ya nueve años seguidos con la misma tradición.
La verdad es que la zona está que da pena ,edificios abandonados y ruinosos que sirven como refugio al ganado. Pero también es cierto que le da interés a esta montaña y a esta cima. Quizás tras su desaparición la cima queda mas natural y con sus increíbles vistas de las montañas de las Merindades , pero dudo que tenga más lustre.
Subimos como siempre desde el ferial a la salida de Espinosa de los Monteros . Cogemos una pista de grijo que tiene tramos de bastante desnivel .
Entramos en su hermoso y disfrutamos de su belleza ya cercano el otoño. Salimos del hayedo bajo la vieja base y la coronamos para visitar sus edificios.
Los recorremos y fotografiamos desde el exterior , pues su interior está sucio de excrementos de ganado y contiene pulgas y garrapatas para aburrir.
Tras una larga visita al complejo comenzamos la bajada por la carretera y luego por una pista paralela a ella.
Esta pista nos baja a Espinosa de los Monteros donde damos por concluida la ruta. Quizás la siguiente vez no vuelva a ser lo mismo.
BASE MILITAR ABANDONADA DE PICÓN BLANCO CT-9.
La antigua base militar del Puerto de la Sía (CT-9 en siglas militares) ocupa lo más alto del Picón Blanco, a 1.529 m de altitud. Son tres grandes cuarteles y un edificio que servía de garaje y perrera a prueba de nevadas, vientos huracanados y frío extremo que aguantan en pie tras 15 años de abandono. Concretamente desde 1999, cuando el ejército trasladó el puesto de control aéreo (EVA) al Picón del Fraile, en Lunada.
Picón Blanco, por la nieve que cubre su cima hasta entrada la primavera, es una cumbre que se eleva sobre Espinosa de los Monteros, en el límite con Cantabria. En los años 70 el ejército ocupó los altos y restringió el acceso. Cuando se fueron las instalaciones fueron saqueadas hasta quedar reducidas a un esqueleto. Los edificios siguen allí, pero ahora vacíos y sembrados de boñigas. Dentro silva el viento, se forman ventisqueros y en verano, cuando el calor aprieta, sirven de refugio al ganado.
Cualquier época del año es buena para subir, aunque es mejor hacerlo en verano. El camino más fácil es por el alto de La Sía (1.235 m). De allí parte una carretera de montaña para servicio de los aerogeneradores que nos deja arriba. Cinco kilómetros (300 m de desnivel) no aptos para cualquier vehículo. La subida a pie es sencilla y poco exigente -una hora larga a paso tranquilo-.
Una vez en la base todo es espectacular. Primero están las vistas, que abarcan los cuatro puntos cardinales: el mar, Castro Valnera, las sierras burgalesas, los montes vascos... Luego las instalaciones. Los cuarteles vacíos, fantasmagóricos, poblados de ecos que atardecer ponen la carne de gallina. Finalmente los prados. Siempre verdes, salpicados de vacas y caballos, y de champiñones. Vuelan las alondras y desde el cielo vigilan los buitres y los cuervos.
Las instalaciones se usan para partidas de paintball. En las noches estrelladas de verano algunos suben para vigilar el cielo y descifrar mensajes extraterrestres.
En invierno todo el diferente. La nieve sepulta los edificios -se han medido en la zona espesores de hasta 13 metros- y los congela. Entrar en los cuarteles helados da 'yuyu'. Trae a la memoria películas como 'Estación Polar Cebra' o la tremenda 'El terror que acecha en la Antártida'.
EL DIARIO DE BURGOS
En Picón Blanco volverá a crecer la hierba.
La Junta derribará la base militar abandonada desde los 90 y renaturalizará la cima para recuperar su singular flora.
De la niebla a la nada
Silba el viento. Siempre. En verano el sol abrasa, en invierno la nieve sepulta lo poco que encuentra a su paso en el Picón Blanco, cuatro construcciones en ruina total, un helipuerto y algunos caminos que frecuentan senderistas, ganaderos de esta comarca entre Burgos y Cantabria, soñadores en busca de signos extraterrestres y nadie más, salvo el día año que serpentea por allí la caravana ciclista. Ya no queda nada que expoliar, ni un metro libre de pared para ensayar un grafiti, y sería un escenario demasiado expuesto para usarlo como campo de juegos, el riesgo de derrumbe es inminente.
Conocida en la última década como final de etapa de vueltas ciclistas -a Burgos y a España-, la que fuera sede del Centro de Transmisiones CT-9 de la Unidad de Ingenieros del Ejército lleva abandonada más de 30 años, aunque pertenece aún al Ministerio de Defensa. Cuando se fue el último militar, no cerró ni la puerta y dejó todo aquello a merced de dos grandes depredadores, el hombre y el tiempo. Todos los materiales que podían ser reutilizados o vendidos (puertas, ventanas…) han desaparecido.
«En las instalaciones han quedado fosos abiertos por debajo del nivel de superficie del suelo, con peligro de accidente para personas o animales; estos últimos lo utilizan libremente, especialmente para resguardarse de las inclemencias del tiempo. Las paredes están llenas de pintadas, restos de tabiques derruidos, etc. La sensación es de completo abandono y de ausencia de las mínimas garantías para la seguridad de personas o animales.
El hormigón de muros y techos se encuentra visiblemente en estado de degradación por efecto de la climatología y el paso de los años sin nadie que se ocupe de su mantenimiento. La cubierta de la nave principal, impermeabilizada con materiales bituminosos (tela asfáltica) y chapas metálicas, se va arrancando a jirones por el efecto del viento, dispersándose por el entorno». Así describen los redactores del proyecto encargado por la Junta de Castilla y León el estado actual de la base militar de Picón Blanco, repleta de grafitis y de fosos abiertos que ponen en peligro a todo el que por allí deambula.
La Junta de Castilla y León va a derribar la base militar de Picón Blanco, abandonada en los años 90 y expoliada durante décadas, para eliminar los riesgos que entraña el complejo para la población y el ganado, y recuperar unas condiciones adecuadas para la instalación de especies y comunidades vegetales de este paraje, que aunque parezca una cumbre descarnada, alberga un gran valor ecológico, con especies vegetales singulares en la comunidad, comunidades higrófilas (que crecen en ambientes húmedos) similares a las del cercano macizo de Castro Valnera, entre las que se encuentran por ejemplo una planta carnívora, la Drosera rotundifolia (conocida como rocío de sol), la Salix aurita, la Narthecium ossifragu o la orquídea Dactylorhiza maculata.
Cerca de Picón Blanco, en la zona de Lunada, hay registros pluviométricos que se aproximan a los 3.000 mm anuales de precipitación; entre los máximos de España, lo que explica la singular flora del lugar. La construcción de la base militar destruyó por completo el suelo y el ecosistema.
Las instalaciones constan de cuatro naves cercadas por muro y explanada interior de hormigón, de unos 7.000 m2 de superficie, helipuerto, garitas de vigilancia, parapetos de hormigón, arquetas de saneamiento y restos de construcciones de conducción de agua en el exterior del recinto.
El proyecto, con un presupuesto base 448.200,82 euros y un plazo de ejecución de 12 meses, contempla el derribo de todas esas estructuras para devolver la cumbre el aspecto natural que le arrebataron los militares. Los huecos de las edificaciones se aprovecharán para crear dos charcas y albergar especies vegetales y animales de interés. El material procedente de la demolición servirá también para adecentar varios caminos (Lobera, Cacerneja y Alto Caballo). Concluidas las actuaciones, el espacio volverá a integrarse en los Montes de Utilidad Pública 388 y 386.
Una red estratégica. La RTM (red territorial de mando) era un grupo de 15 estaciones de repetidores de dispersión troposférica y de microondas, la mayoría en puntos de elevada altitud. Estaban subordinadas al Regimiento de transmisiones estratégicas de Prado del Rey 22 (RETES 22) y conectaban todas las capitanías generales con el puesto de mando de La Moncloa, en un búnker subterráneo de tres plantas con 7.500 m2 y capacidad para 200 personas. En Burgos había dos, esta del Picón Blanco en Espinosa de los Monteros, 1.529 metros de altura, y otra en Huérmeces, a 1.051 m.
Como seguro que habéis leído en la prensa o escuchado en la televisión , van a demoler la base militar de Picón Blanco.
Debido a ello mi mujer y yo decidimos hacer la subida anual veraniega del 2.023 y recorrer la base antes de su desmantelamiento para verla por última vez. Llevamos ya nueve años seguidos con la misma tradición.
La verdad es que la zona está que da pena ,edificios abandonados y ruinosos que sirven como refugio al ganado. Pero también es cierto que le da interés a esta montaña y a esta cima. Quizás tras su desaparición la cima queda mas natural y con sus increíbles vistas de las montañas de las Merindades , pero dudo que tenga más lustre.
Subimos como siempre desde el ferial a la salida de Espinosa de los Monteros . Cogemos una pista de grijo que tiene tramos de bastante desnivel .
Entramos en su hermoso y disfrutamos de su belleza ya cercano el otoño. Salimos del hayedo bajo la vieja base y la coronamos para visitar sus edificios.
Los recorremos y fotografiamos desde el exterior , pues su interior está sucio de excrementos de ganado y contiene pulgas y garrapatas para aburrir.
Tras una larga visita al complejo comenzamos la bajada por la carretera y luego por una pista paralela a ella.
Esta pista nos baja a Espinosa de los Monteros donde damos por concluida la ruta. Quizás la siguiente vez no vuelva a ser lo mismo.
BASE MILITAR ABANDONADA DE PICÓN BLANCO CT-9.
La antigua base militar del Puerto de la Sía (CT-9 en siglas militares) ocupa lo más alto del Picón Blanco, a 1.529 m de altitud. Son tres grandes cuarteles y un edificio que servía de garaje y perrera a prueba de nevadas, vientos huracanados y frío extremo que aguantan en pie tras 15 años de abandono. Concretamente desde 1999, cuando el ejército trasladó el puesto de control aéreo (EVA) al Picón del Fraile, en Lunada.
Picón Blanco, por la nieve que cubre su cima hasta entrada la primavera, es una cumbre que se eleva sobre Espinosa de los Monteros, en el límite con Cantabria. En los años 70 el ejército ocupó los altos y restringió el acceso. Cuando se fueron las instalaciones fueron saqueadas hasta quedar reducidas a un esqueleto. Los edificios siguen allí, pero ahora vacíos y sembrados de boñigas. Dentro silva el viento, se forman ventisqueros y en verano, cuando el calor aprieta, sirven de refugio al ganado.
Cualquier época del año es buena para subir, aunque es mejor hacerlo en verano. El camino más fácil es por el alto de La Sía (1.235 m). De allí parte una carretera de montaña para servicio de los aerogeneradores que nos deja arriba. Cinco kilómetros (300 m de desnivel) no aptos para cualquier vehículo. La subida a pie es sencilla y poco exigente -una hora larga a paso tranquilo-.
Una vez en la base todo es espectacular. Primero están las vistas, que abarcan los cuatro puntos cardinales: el mar, Castro Valnera, las sierras burgalesas, los montes vascos... Luego las instalaciones. Los cuarteles vacíos, fantasmagóricos, poblados de ecos que atardecer ponen la carne de gallina. Finalmente los prados. Siempre verdes, salpicados de vacas y caballos, y de champiñones. Vuelan las alondras y desde el cielo vigilan los buitres y los cuervos.
Las instalaciones se usan para partidas de paintball. En las noches estrelladas de verano algunos suben para vigilar el cielo y descifrar mensajes extraterrestres.
En invierno todo el diferente. La nieve sepulta los edificios -se han medido en la zona espesores de hasta 13 metros- y los congela. Entrar en los cuarteles helados da 'yuyu'. Trae a la memoria películas como 'Estación Polar Cebra' o la tremenda 'El terror que acecha en la Antártida'.
EL DIARIO DE BURGOS
En Picón Blanco volverá a crecer la hierba.
La Junta derribará la base militar abandonada desde los 90 y renaturalizará la cima para recuperar su singular flora.
De la niebla a la nada
Silba el viento. Siempre. En verano el sol abrasa, en invierno la nieve sepulta lo poco que encuentra a su paso en el Picón Blanco, cuatro construcciones en ruina total, un helipuerto y algunos caminos que frecuentan senderistas, ganaderos de esta comarca entre Burgos y Cantabria, soñadores en busca de signos extraterrestres y nadie más, salvo el día año que serpentea por allí la caravana ciclista. Ya no queda nada que expoliar, ni un metro libre de pared para ensayar un grafiti, y sería un escenario demasiado expuesto para usarlo como campo de juegos, el riesgo de derrumbe es inminente.
Conocida en la última década como final de etapa de vueltas ciclistas -a Burgos y a España-, la que fuera sede del Centro de Transmisiones CT-9 de la Unidad de Ingenieros del Ejército lleva abandonada más de 30 años, aunque pertenece aún al Ministerio de Defensa. Cuando se fue el último militar, no cerró ni la puerta y dejó todo aquello a merced de dos grandes depredadores, el hombre y el tiempo. Todos los materiales que podían ser reutilizados o vendidos (puertas, ventanas…) han desaparecido.
«En las instalaciones han quedado fosos abiertos por debajo del nivel de superficie del suelo, con peligro de accidente para personas o animales; estos últimos lo utilizan libremente, especialmente para resguardarse de las inclemencias del tiempo. Las paredes están llenas de pintadas, restos de tabiques derruidos, etc. La sensación es de completo abandono y de ausencia de las mínimas garantías para la seguridad de personas o animales.
El hormigón de muros y techos se encuentra visiblemente en estado de degradación por efecto de la climatología y el paso de los años sin nadie que se ocupe de su mantenimiento. La cubierta de la nave principal, impermeabilizada con materiales bituminosos (tela asfáltica) y chapas metálicas, se va arrancando a jirones por el efecto del viento, dispersándose por el entorno». Así describen los redactores del proyecto encargado por la Junta de Castilla y León el estado actual de la base militar de Picón Blanco, repleta de grafitis y de fosos abiertos que ponen en peligro a todo el que por allí deambula.
La Junta de Castilla y León va a derribar la base militar de Picón Blanco, abandonada en los años 90 y expoliada durante décadas, para eliminar los riesgos que entraña el complejo para la población y el ganado, y recuperar unas condiciones adecuadas para la instalación de especies y comunidades vegetales de este paraje, que aunque parezca una cumbre descarnada, alberga un gran valor ecológico, con especies vegetales singulares en la comunidad, comunidades higrófilas (que crecen en ambientes húmedos) similares a las del cercano macizo de Castro Valnera, entre las que se encuentran por ejemplo una planta carnívora, la Drosera rotundifolia (conocida como rocío de sol), la Salix aurita, la Narthecium ossifragu o la orquídea Dactylorhiza maculata.
Cerca de Picón Blanco, en la zona de Lunada, hay registros pluviométricos que se aproximan a los 3.000 mm anuales de precipitación; entre los máximos de España, lo que explica la singular flora del lugar. La construcción de la base militar destruyó por completo el suelo y el ecosistema.
Las instalaciones constan de cuatro naves cercadas por muro y explanada interior de hormigón, de unos 7.000 m2 de superficie, helipuerto, garitas de vigilancia, parapetos de hormigón, arquetas de saneamiento y restos de construcciones de conducción de agua en el exterior del recinto.
El proyecto, con un presupuesto base 448.200,82 euros y un plazo de ejecución de 12 meses, contempla el derribo de todas esas estructuras para devolver la cumbre el aspecto natural que le arrebataron los militares. Los huecos de las edificaciones se aprovecharán para crear dos charcas y albergar especies vegetales y animales de interés. El material procedente de la demolición servirá también para adecentar varios caminos (Lobera, Cacerneja y Alto Caballo). Concluidas las actuaciones, el espacio volverá a integrarse en los Montes de Utilidad Pública 388 y 386.
Una red estratégica. La RTM (red territorial de mando) era un grupo de 15 estaciones de repetidores de dispersión troposférica y de microondas, la mayoría en puntos de elevada altitud. Estaban subordinadas al Regimiento de transmisiones estratégicas de Prado del Rey 22 (RETES 22) y conectaban todas las capitanías generales con el puesto de mando de La Moncloa, en un búnker subterráneo de tres plantas con 7.500 m2 y capacidad para 200 personas. En Burgos había dos, esta del Picón Blanco en Espinosa de los Monteros, 1.529 metros de altura, y otra en Huérmeces, a 1.051 m.
Waypoints
Monument
2,446 ft
PALACIO DE LOS CUEVAS VELASCO EN ESPINOSA DE LOS MONTEROS
PALACIO DE LOS CUEVAS VELASCO EN ESPINOSA DE LOS MONTEROS
Photo
2,980 ft
FOTOGRAFÍAS DE LA ZONA EN LA PISTA PRINCIPAL
FOTOGRAFÍAS DE LA ZONA EN LA PISTA PRINCIPAL
Geocache
4,147 ft
PANEL INFORMATIVO DE LA LOBERA DEL ALTO DEL CABALLO
PANEL INFORMATIVO DE LA LOBERA DEL ALTO DEL CABALLO
Comments (6)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Ya es todo un clásico la subida a Picón Blanco en verano, este año con la noticia de que van a desmantelar la base militar había que despedirse con alguna que otra foto, a mí personalmente me ha dado un poco pena, subir a Picón creo que no será lo mismo, a mí que me pongan un buzón bien grande que desde Espinosa lo pueda ver como veo la base militar🫢😜
Totalmente de acuerdo con tu crónica 😘
Bonita ruta con vistas de infarto con unas ruinas y un arbol muy chulo. Un abrazo
Gracias por tu comentario Emilio.
Es una base militar que van a demoler. Un abrazo 👋
Una pena que algo histórico lo quiten
El cuartel está ruinoso pero esa montaña sin la base no tendrá nunca el mismo interés.