PICOS DE EUROPA. (Macizo Occidental. Anillo Vindio. 1ª etapa) Caín, Senda del cares, Canal de Trea, Refugio Vega Ário.

12/09/21
PRIMERA ETAPA DEL ANILLO VINDIO. (1) (CORNIÓN)
Estamos en el Parque Nacional PICOS DE EUROPA de 67.000 hectáreas situado en la Cornisa Cantábrica, dentro de las provincias de León, Asturias y Cantabria. El macizo Occidental fue declarado parque nacional el 24 de julio de 1918 por Alfonso XIII bajo el nombre de "Parque nacional de la Montaña de Covadonga", siendo el primer espacio protegido del país.

Con inicio en Caín (León) nos dirigimos a la Garganta del Cares, la cual, al aproximarnos ya impone el estrecho desfiladero que el Cares a horadado durante miles y miles de años.
Repuestos por el impresionante Cañón, avanzamos por el mismo pasando tanto por el margen izquierdo, como el derecho por puentes de hierro hasta llegar a la fuente Bolín y el puente del mismo nombre donde pasamos del derecho al izquierdo.

Nada más pasar el puente, a nuestra izquierda tenemos la entrada de la Canal de Trea. Canal muy potente y dura, tanto que podemos decir: La Canal de Trea, ¡¡SE LAS TRAE!!. En su parte baja están los mayores desniveles que la senda supera serpenteando por algunos bosquetes de tilos de montaña. Se lee, te dicen, oyes por ahí que es una subida dura pero no te das cuenta de lo dura que es hasta que no te metes en ella...¡¡¡vaya paliza!!! en menos de tres Km. se suben más de 1.000 metros de desnivel positivo que se hace pesado de narices, primero por un bosque muy bonito y entretenido para ir abandonándolo poco a poco e ir cogiendo altura a cada paso que damos, sin descanso, con pendientes que te quitan la tontería en un momento. Poco a poco, vamos ascendiendo hasta llegar a la surgencia del Pueyo donde descansamos e hidratamos. Recuperado algo el resuello, continuar la "pelea" de la interminable TREA, hasta llegar a Huerto Rey, una gran oquedad-cueva de un enorme Farallón rocoso que posiblemente se utilizó como abrigo del ganado.

Conforme ascendemos, es aconsejable de vez en cuando, volver la vista atrás, girarse y ver el impresionante Macizo Central, totalmente a nuestras espaldas, separado de este por donde transitamos por el no menos impresionante cañón del Cares.

Conforme ganamos altura, Trea va "relajándose" y una vez en el Collado de las Cruces, las panorámicas visuales de los Urrieles en la vertiente Central, son ¡¡IMPRESIONANTES!!.

Pues ya casi estamos arriba, llegamos al Collado de las Cruces y ahora nos toca pasar por una zona complicada de roca caliza, labrada con grietas afiladas que dan a la zona un carácter lunar, karstico, siguiendo las pintadas amarillas y algún "jito" colocado estratégicamente.

Pasado este tramo rocoso llegamos a la planicie donde se encuentra el refugio Vega de Ario, justo al lado de una fuente y un prado lleno de vacas, en un paraje precioso, ya no tanto porque bonito es, desde luego, pero más bonito es ver que por fin estamos en el refugio. Unas birras sentados en las mesas a la sombra del refugio, son la recompensa de un día que se me atragantó en la Canal de Trea. La CANAL DE TREA, ¡¡SE LAS TRAE!!.

NOTA (1)
Los Vindios, eran una tribu cántabra que poblaban estos territorios y que mantuvieron una férrea guerra de guerrillas con los romanos, conocidas guerras asturcántabras. Fueron unos enfrentamientos que tuvieron lugar del año 29 a. C. al 19 a. C. entre el Estado romano y los distintos pueblos cántabros y astures que habitaban territorios conocidos ya por los antiguos romanos como Cantabri n 1​ y Asturiae n 2​ en el noroeste de la península ibérica, en regiones coincidentes en su mayor parte con las actuales comunidades autónomas de Cantabria y Asturias y partes de las provincias de León y de Palencia.

Los enfrentamientos mantenidos por el Imperio romano contra los diversos pueblos del norte hispano, cántabros y astures principalmente, representaban la culminación de la larga conquista de la península ibérica. La resonancia de estas guerras sobrepasó a la de gran parte de las emprendidas por el Estado romano a lo largo de su historia. La razón de ello no hay que buscarla en el ámbito estrictamente militar, sino en el alcance político que se le concedió a la conquista del norte peninsular, única operación dirigida personalmente por el emperador Augusto.3​