Picos Faro, Huevo, La Fitona, Llastres y La Morala. Desde Canseco

Iniciamos esta salida en el pueblo leonés de Canseco, desde su plaza al lado de su fuente, donde hay un magnífico sitio para dejar el coche. Abandonamos el pueblo en dirección norte por una pista buena de andar por la cual ganamos altura a lo largo del margen izquierdo del arroyo Cansequillo, atravesando el valle del mismo nombre, hasta que llegamos a las inmediaciones de la Cantera Patricia.

Dejamos la cantera a nuestra izquierda y continuamos nuestra ascensión por terreno difícil de andar, entre piornos y escobas, por sendas marcadas por las vacas, que en ocasiones no son la mejor opción. Tratamos de no alejarnos demasiado del arroyo Cansequillo, ya que en ocasiones nos muestra claros en la maleza por los que se avanza con mayor facilidad. Así, poco a poco, alcanzamos la crestería que nos lleva al Pico la Fitona. Continuamos por la cresta, ahora en terreno más llano y fácil de recorrer, libre de maleza, hasta llegar a la cima del Pico Llastres, que tiene una cruz hecha con tubería en su cima.

Proseguimos perdiendo altura tímidamente hasta el Pasu La Muezca, para comenzar a ganarla de nuevo hacia El Pico Faro, nuestra cumbre más importante del día, ya que forma parte de nuestro proyecto "las cien montañas más guapas de Asturias". Esta cumbre es una atalaya impresionante que nos ofrece vistas hacia casi toda Asturias. Desde allí, podemos contemplar en la lejanía los tres macizos de los Picos de Europa hacia el noreste, la Montaña Palentina hacia el este y Peña Ubiña y Los Fontanes hacia el oeste.

Descendemos un poco al abrigo del pico para comer y, tras disfrutar de dos trozos de empanada (uno de bonito y otro de picadillo) que compramos por la mañana en Ezequiel y que estaban exquisitos, acompañados por la cerveza de rigor, continuamos hacia El Pico Huevo, siguiendo una senda bien marcada por la que ganamos altura hasta llegar a su cima. Esta cima está coronada por una especie de aspa de tetracero.

Luego, seguimos nuestra andadura perdiendo altura tímidamente por la cresta, que se torna más amable de andar, hasta llegar al Collado Alto Morala. Desde este collado, comenzamos la ascensión hacia El Pico la Morala, que, aunque no es muy empinada, se torna un poco pesada. Esta cima cuenta con un mojón geodésico y un buzón de cumbres con una cruz.

Iniciamos el descenso hacia El Alto de Las Ventaneras y luego continuamos a través del cresterío de la Peña Blanca. Este terreno está muy cerrado por escobas y piornos. Nos fuimos desviando un poco hacia la derecha en busca de claros y nos adentramos en un buen lío, ya que estaba todo intransitable. El último tramo, de unos cien metros antes de incorporarnos a la pista, para atravesarlo, hay que ser como jabalíes, bueno, se puede pasar, pero de aquella manera.

Una vez alcanzamos la empinada pista, sin perderla en ningún momento, comenzamos a perder altura hasta llegar al puente que cruza el Arroyo Cansequillo y seguimos hasta incorporarnos a la pista de la Cantera Patricia. Finalmente, volvemos a Canseco, donde damos por finalizada esta salida.
Esta ruta la calificó como moderada para montañeros.