141. Picos Muñalba, Tres Provincias, y Urbión
near Duruelo de la Sierra, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 109 (para Senderismo): dificultad 'Muy Dura' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 920 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Hacía exactamente un mes, no lejos de aquí, tuvimos un grato encuentro (*). Fue en medio del bosque, en camino desde la necrópolis medieval de Revenga a la de Cuyacabras, entre los pueblos de Quintanar de la Sierra y Regumiel de la Sierra. Allí quedó sembrada la simiente para la presente excursión.
Un hombre de (muy) avanzada edad, pero corajudo y dinámico, nos dijo que había subido recientemente al Pico Muñalba (2.073 m snm), y sin compañía. Sabiendo que era uno de los ‘dosmiles’ de Burgos, la tercera cima más alta de la provincia, la buena envidia nos lo metió como objetivo ‘entre ceja y ceja’.
Buscamos una ruta que lo incluyera. La de ‘Nieto76’ denominada ‘Pico Muñalba’ así lo hacía ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pico-munalba-42077566 ). Ofrecía, además, un paquete ‘2 por 1’: otro ‘dosmil’, el Tres Provincias (2.049 m). Y todo ello en un trayecto asumible de 13,06 km de longitud y 575 m de desnivel.
A su trazado nos aferramos en los primeros 8 km, con ligeras variaciones añadidas, hasta después de sobrepasado el Pico Tres Provincias. También seguimos su itinerario en los últimos 4,4 km, sin alternativas evidentes, a partir del refugio conocido popularmente como ‘El Bunker’.
Pero, en medio, y una vez comprobada la fluidez de la ruta, no pudimos resistirnos a subir a Peñas Claras (2.168 m) y luego al Pico Urbión (2.228 m). Tendríamos así un ‘4 por 1 (cuatro ‘dosmiles). Bueno, el ‘1’ resultó al final ser un ‘1ypico’ (en lo que esfuerzo se refiere), porque añadiríamos 6 km y 332 m más a la versión original.
También es verdad que, aparte de los tan imprevistos como bienvenidos dos nuevos ‘dosmiles’, tuvimos un extra por el mismo precio: el nacimiento del Duero y su hendido valle.
LA RUTA
Partimos del área de Castroviejo, a 7 km de Duruelo de la Sierra (Soria). Allí, una cómoda pista (hasta el km 1,6, aprox.) nos deja a la entrada del pinar por el que nos encumbraremos hasta el Muñalba (km 4,8). Es un bosque acogedor, almohadillado y espacioso, para caminar apaciblemente. Siguiendo por la cresta del Muñalba, hacemos una leve destrepada por las rocas para bajar al collado entre éste y el Tres Provincias.
Una vez en el Tres Provincias (km 7), en lugar de descender hacia El Bunker y Fuente del Berro, continuamos hasta la cima de Peñas Claras (km 10,3) y seguidamente al Pico Urbión (km 11,4). Desde allí bajamos al nacimiento del Duero. Seguimos su curso por un sendero que nos dejará en la zona de El Bunker (km 14,8). A partir de ese punto, tendremos más de 3 km por pista de tierra (hasta el km 18,2) y 1 km adicional de asfalto hasta Castroviejo; entre pinares.
A pesar de la considerable longitud y el respetable desnivel de la ruta, no resulta dura para un grado de preparación física media. Las subidas y bajadas son casi siempre suaves, excepto en la corta des/trepada del/al Pico Urbión. Únicamente aquí se exige cierta destreza y precaución. El terreno es generalmente cómodo, excepto en algún tramo durante el descenso.
La orientación es fácil. Aparte de las zonas de pista y carretera (inicio y final), casi siempre hay un sendero evidente. Y, cuando éste no lo es (en el ascenso hasta el Muñalba y luego hasta el Tres Provincias), encontraremos hitos (montoncitos) de piedras cada pocos metros. Esto último constituye un loable trabajo de quienes lo hayan hecho.
DESTACADO
Discurriendo gran parte del recorrido por zonas altas, a más de dos mil metros, y en un día luminoso, la visibilidad permitía apreciar la infinitud del paisaje en todas las direcciones. No obstante, la ‘infinitud’ por sí sola puede ser aburrida, si es uniforme, plana. No era ese el caso. Al contrario. Lejano y cercano sobresale un terreno pletórico de accidentes geográficos.
En el sur, más próximos, tenemos los bosques de la Sierra de Pinares y, al fondo, el Sistema Central. En el oeste, las montañas medias (entre 1.500 y 2.000 metros) de Burgos: Carazo, Peñas de Cervera, Sierra de Neila, etc. En el este, la extensión del Sistema Ibérico soriano y aragonés, del que esta Sierra de Urbión forma parte. Y en el norte, lo mejor, o lo más saliente: toda la Sierra de la Demanda desde el San Millán burgalés al San Lorenzo riojano, el más señorial; más cerca, el riojano-burgalés Cabeza Herrera.
Sin irnos lejos para degustar paisajes, en la inmediatez del entorno la ruta ofrece también muchos atractivos. Entre ellos, seleccionaré algunos aspectos:
(a) Directamente bajo el Pico Urbión y Peñas Claras, al pie de sus escarpes y taludes norteños, aún aguantaban con agua dos lagunas, las de Urbión, una grande y otra chica. Varias más, bajo el Muñalba y el Tres Provincias, estaban secas; sólo un cerco verdoso evidenciaba su pasado.
(b) La cima y los aledaños del acceso a Peñas Claras constituyen un espectáculo visual. Sus roquedos erosionados con variopintas formas, refulgiendo blancos (¡claro!) al sol, parecían dotados de vida. Y esas dos enormes planchas hermanadas… ‘las Tablas de la Ley’….
(c) Imagino que el laberinto de rocas cilíndricas en la cresta del Pico Urbión tiene también gran interés. Digo imagino porque apenas lo probamos. Era imposible moverse por ellas, y menos con sosiego de espíritu. Albergaban a tanta humanidad que sólo pudimos detenernos lo imprescindible.
(d) La profunda depresión, la garganta que se forma en el nacimiento del río Duero y a lo largo de su curso alto es también deslumbrante. La piedra oscura de los cortados en su lado oriental y las laderas con vegetación rojiza daban un aire fantástico al enclave.
(e) En contraste con el ajetreo del área del Urbión y el nacedero del Duero, a posteriori resalta la paz y la soledad en la subida al Muñalba y el recorrido por él y por el Tres Provincias. La belleza natural y la grandeza del paisaje se nos contagia allí sin aditivos.
Cuando una experiencia reúne atractivos extraordinarios, es inevitable que elementos más ‘normales’ queden ensombrecidos. El trayecto de los últimos 4 y pico km finales se hace por pista y carretera. Vamos flanqueados por bosques de pinos prácticamente impenetrables. No hay otra perspectiva visual que una estrecha franja de cielo por encima. Resulta homogéneo, monótono, comparativamente con todo lo anterior. Supongo que se hace largo además por ser la última de 7 horas de camino.
ANÉCDOTA
Versión corta (en una palabra): *superpoblación*. Una multitud en el Pico Urbión y de camino al nacimiento del Duero. Era un sábado con un tiempo espléndido. Si quieres disfrutar de esos bellos parajes en soledad, mejor vete en un día crudo de invierno (y, que sea lunes, martes…).
Y ahora una versión ‘intermedia’ (ni se te ocurra leerla; ¡cómo será la larga!).
Típicamente, las anécdotas en nuestras rutas surgen de hechos inusuales, inesperados. Normalmente (no siempre), esas experiencias tienen una esencia (y una superficie) cómica, graciosa. Te hacen brotar buenos sentimientos; hacen aflorar una sonrisa.
La experiencia anecdótica de hoy también es así en su primer aspecto, por lo inhabitual. Pero no lo es tanto en el segundo. Puede resultar cómica, pero en un sentido algo ácido, irónico; las sensaciones que suscitó fueron más bien de tirantez o agobio; la sonrisa, si acaso, benevolente (y gracias). Nosotros nos lo buscamos.
Subíamos hacia el Muñalba. Después de varios km, un joven educado nos alcanzó y sobrepasó sorpresivamente. No lo oímos ni lo vimos llegar, hasta que nos dijo “hola” al pasar a nuestro lado. Su silenciosa y repentina llegada por detrás nos sobresaltó. “¡Vaya día tan estupendo para este quehacer, ¿eh?…!”. …Todo iba bien; …aún.
Más tarde, después del Tres Provincias, nos cruzamos con dos senderistas. Un intercambio verbal con agrado genuino por ver a alguien en esos ‘apartados’ lugares. Mas no venían solos. Cien metros después fue apareciendo una estirada hilera de una docena de personas. Un “hola” o “buenos días” fueron suficiente.
Ya subiendo a Peñas Claras, vimos a alguien trepando por lo difícil, por encima de nosotros. ‘¡Pero de dónde ha salido! ¿Por dónde ha subido?’ Él nos vio primero. A pesar de la considerable distancia que nos separaba, hizo un ostensible gesto de saludo con su mano. Seguíamos alegrándonos de la presencia humana.
Una vez aupados a la planicie rocosa de esas peñas, un encuentro más, con dos parejas, una humana y otra canina. Aún amables, ellos y nosotros (y con los perros bien educados). Incluso hubo unas palabras para resumirnos los respectivos recorridos y desearnos buena jornada.
Y ahí se acabó todo (‘lo bueno’). Quiero decir que, en el collado entre Peñas Claras y la Muela de Urbión, empezamos a ver un carrusel interminable. Tanto que, subiendo, y ya arriba de las rocas, la gente, apretada, ya no se decía ni ‘hola’ a un metro de distancia; ni una mirada.
No me extraña. Nos estábamos ‘peleando’ por un espacio vital; invadiendo las intimidades personales. ‘No cabía un alfiler’. Desistimos de subir a las peñas más altas: ‘Total, 7 u 8 metros más arriba…, a quién le importan’. (Vamos, el “no están maduras”, de la fábula).
Podría decirse que huimos de allí; de nosotros mismos. Bajamos hasta el bello paraje del nacimiento del Duero. No éramos los únicos. No obstante, en ese punto aún quedaba espacio para algunas fotos del entorno natural, si buscabas, paciente, un hueco entre el tráfago.
El largo sendero de descenso desde allí también era una procesión. Pero no nos dejamos abatir anímicamente. Aún tuvimos entereza para conversar con algunos de los ‘peregrinos’. Nos apenó ver como muchos (también gente mayor o sin resuello) iban ilusionados en busca de algo que apenas hallarían: agua en la boca de ese gran río. La esperanza hasta que llegasen no se la quitaría nadie (ni siquiera yo).
Ya de vuelta en Castroviejo, descartamos subir al mirador. Un rosario de ‘penitentes’ hacían cola para acceder a la plataforma…. A ver, que no era por no esperar en la comitiva…. Que es que ya nos habíamos impregnado de magníficos paisajes a lo largo de gran parte de los 19 km.
Es lo que tienen las ganas de la gente por respirar libertad en el espacio natural. Pero, tan en tromba, que la montaña se había convertido en una populosa ciudad de deambulantes apiñados. ‘Dándose codazos’ (metafóricamente).
Nadie lo tome como una queja. Contribuyentes éramos igualmente nosotros. El día luminoso y fresco era inmejorable. Y era sábado; y a medio día. Todo invitaba (a ‘todo el mundo’) a gozar de la montaña. Comprensible era la afluencia (el disfrute, no sé).
La verdad es que ese bello lugar merecía la pena (lo de pasar ‘pena-lidad’ era literal, en este caso). Igual de ‘culpables’ éramos nosotros. Con tantas, tantas, rutas en las que no hemos visto (ni en la distancia) a nadie, nadie…. Estaban todos, todos, aquí.
RUTAS CERCANAS
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-de-las-necropolis-medievales-desde-revenga-112329823
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/prc-bu-204-sendero-del-collado-de-neila-112407842
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pico-san-lorenzo-desde-valdezcaray-version-extendida-114206465
Pendiente de subir a Wikiloc (próximamente):
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cumbres-riojanas-en-la-demanda-entre-el-salineros-2-101-y-el-gaton-2-037-116257083
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 109 (para Senderismo): dificultad 'Muy Dura' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 920 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Hacía exactamente un mes, no lejos de aquí, tuvimos un grato encuentro (*). Fue en medio del bosque, en camino desde la necrópolis medieval de Revenga a la de Cuyacabras, entre los pueblos de Quintanar de la Sierra y Regumiel de la Sierra. Allí quedó sembrada la simiente para la presente excursión.
Un hombre de (muy) avanzada edad, pero corajudo y dinámico, nos dijo que había subido recientemente al Pico Muñalba (2.073 m snm), y sin compañía. Sabiendo que era uno de los ‘dosmiles’ de Burgos, la tercera cima más alta de la provincia, la buena envidia nos lo metió como objetivo ‘entre ceja y ceja’.
Buscamos una ruta que lo incluyera. La de ‘Nieto76’ denominada ‘Pico Muñalba’ así lo hacía ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pico-munalba-42077566 ). Ofrecía, además, un paquete ‘2 por 1’: otro ‘dosmil’, el Tres Provincias (2.049 m). Y todo ello en un trayecto asumible de 13,06 km de longitud y 575 m de desnivel.
A su trazado nos aferramos en los primeros 8 km, con ligeras variaciones añadidas, hasta después de sobrepasado el Pico Tres Provincias. También seguimos su itinerario en los últimos 4,4 km, sin alternativas evidentes, a partir del refugio conocido popularmente como ‘El Bunker’.
Pero, en medio, y una vez comprobada la fluidez de la ruta, no pudimos resistirnos a subir a Peñas Claras (2.168 m) y luego al Pico Urbión (2.228 m). Tendríamos así un ‘4 por 1 (cuatro ‘dosmiles). Bueno, el ‘1’ resultó al final ser un ‘1ypico’ (en lo que esfuerzo se refiere), porque añadiríamos 6 km y 332 m más a la versión original.
También es verdad que, aparte de los tan imprevistos como bienvenidos dos nuevos ‘dosmiles’, tuvimos un extra por el mismo precio: el nacimiento del Duero y su hendido valle.
LA RUTA
Partimos del área de Castroviejo, a 7 km de Duruelo de la Sierra (Soria). Allí, una cómoda pista (hasta el km 1,6, aprox.) nos deja a la entrada del pinar por el que nos encumbraremos hasta el Muñalba (km 4,8). Es un bosque acogedor, almohadillado y espacioso, para caminar apaciblemente. Siguiendo por la cresta del Muñalba, hacemos una leve destrepada por las rocas para bajar al collado entre éste y el Tres Provincias.
Una vez en el Tres Provincias (km 7), en lugar de descender hacia El Bunker y Fuente del Berro, continuamos hasta la cima de Peñas Claras (km 10,3) y seguidamente al Pico Urbión (km 11,4). Desde allí bajamos al nacimiento del Duero. Seguimos su curso por un sendero que nos dejará en la zona de El Bunker (km 14,8). A partir de ese punto, tendremos más de 3 km por pista de tierra (hasta el km 18,2) y 1 km adicional de asfalto hasta Castroviejo; entre pinares.
A pesar de la considerable longitud y el respetable desnivel de la ruta, no resulta dura para un grado de preparación física media. Las subidas y bajadas son casi siempre suaves, excepto en la corta des/trepada del/al Pico Urbión. Únicamente aquí se exige cierta destreza y precaución. El terreno es generalmente cómodo, excepto en algún tramo durante el descenso.
La orientación es fácil. Aparte de las zonas de pista y carretera (inicio y final), casi siempre hay un sendero evidente. Y, cuando éste no lo es (en el ascenso hasta el Muñalba y luego hasta el Tres Provincias), encontraremos hitos (montoncitos) de piedras cada pocos metros. Esto último constituye un loable trabajo de quienes lo hayan hecho.
DESTACADO
Discurriendo gran parte del recorrido por zonas altas, a más de dos mil metros, y en un día luminoso, la visibilidad permitía apreciar la infinitud del paisaje en todas las direcciones. No obstante, la ‘infinitud’ por sí sola puede ser aburrida, si es uniforme, plana. No era ese el caso. Al contrario. Lejano y cercano sobresale un terreno pletórico de accidentes geográficos.
En el sur, más próximos, tenemos los bosques de la Sierra de Pinares y, al fondo, el Sistema Central. En el oeste, las montañas medias (entre 1.500 y 2.000 metros) de Burgos: Carazo, Peñas de Cervera, Sierra de Neila, etc. En el este, la extensión del Sistema Ibérico soriano y aragonés, del que esta Sierra de Urbión forma parte. Y en el norte, lo mejor, o lo más saliente: toda la Sierra de la Demanda desde el San Millán burgalés al San Lorenzo riojano, el más señorial; más cerca, el riojano-burgalés Cabeza Herrera.
Sin irnos lejos para degustar paisajes, en la inmediatez del entorno la ruta ofrece también muchos atractivos. Entre ellos, seleccionaré algunos aspectos:
(a) Directamente bajo el Pico Urbión y Peñas Claras, al pie de sus escarpes y taludes norteños, aún aguantaban con agua dos lagunas, las de Urbión, una grande y otra chica. Varias más, bajo el Muñalba y el Tres Provincias, estaban secas; sólo un cerco verdoso evidenciaba su pasado.
(b) La cima y los aledaños del acceso a Peñas Claras constituyen un espectáculo visual. Sus roquedos erosionados con variopintas formas, refulgiendo blancos (¡claro!) al sol, parecían dotados de vida. Y esas dos enormes planchas hermanadas… ‘las Tablas de la Ley’….
(c) Imagino que el laberinto de rocas cilíndricas en la cresta del Pico Urbión tiene también gran interés. Digo imagino porque apenas lo probamos. Era imposible moverse por ellas, y menos con sosiego de espíritu. Albergaban a tanta humanidad que sólo pudimos detenernos lo imprescindible.
(d) La profunda depresión, la garganta que se forma en el nacimiento del río Duero y a lo largo de su curso alto es también deslumbrante. La piedra oscura de los cortados en su lado oriental y las laderas con vegetación rojiza daban un aire fantástico al enclave.
(e) En contraste con el ajetreo del área del Urbión y el nacedero del Duero, a posteriori resalta la paz y la soledad en la subida al Muñalba y el recorrido por él y por el Tres Provincias. La belleza natural y la grandeza del paisaje se nos contagia allí sin aditivos.
Cuando una experiencia reúne atractivos extraordinarios, es inevitable que elementos más ‘normales’ queden ensombrecidos. El trayecto de los últimos 4 y pico km finales se hace por pista y carretera. Vamos flanqueados por bosques de pinos prácticamente impenetrables. No hay otra perspectiva visual que una estrecha franja de cielo por encima. Resulta homogéneo, monótono, comparativamente con todo lo anterior. Supongo que se hace largo además por ser la última de 7 horas de camino.
ANÉCDOTA
Versión corta (en una palabra): *superpoblación*. Una multitud en el Pico Urbión y de camino al nacimiento del Duero. Era un sábado con un tiempo espléndido. Si quieres disfrutar de esos bellos parajes en soledad, mejor vete en un día crudo de invierno (y, que sea lunes, martes…).
Y ahora una versión ‘intermedia’ (ni se te ocurra leerla; ¡cómo será la larga!).
Típicamente, las anécdotas en nuestras rutas surgen de hechos inusuales, inesperados. Normalmente (no siempre), esas experiencias tienen una esencia (y una superficie) cómica, graciosa. Te hacen brotar buenos sentimientos; hacen aflorar una sonrisa.
La experiencia anecdótica de hoy también es así en su primer aspecto, por lo inhabitual. Pero no lo es tanto en el segundo. Puede resultar cómica, pero en un sentido algo ácido, irónico; las sensaciones que suscitó fueron más bien de tirantez o agobio; la sonrisa, si acaso, benevolente (y gracias). Nosotros nos lo buscamos.
Subíamos hacia el Muñalba. Después de varios km, un joven educado nos alcanzó y sobrepasó sorpresivamente. No lo oímos ni lo vimos llegar, hasta que nos dijo “hola” al pasar a nuestro lado. Su silenciosa y repentina llegada por detrás nos sobresaltó. “¡Vaya día tan estupendo para este quehacer, ¿eh?…!”. …Todo iba bien; …aún.
Más tarde, después del Tres Provincias, nos cruzamos con dos senderistas. Un intercambio verbal con agrado genuino por ver a alguien en esos ‘apartados’ lugares. Mas no venían solos. Cien metros después fue apareciendo una estirada hilera de una docena de personas. Un “hola” o “buenos días” fueron suficiente.
Ya subiendo a Peñas Claras, vimos a alguien trepando por lo difícil, por encima de nosotros. ‘¡Pero de dónde ha salido! ¿Por dónde ha subido?’ Él nos vio primero. A pesar de la considerable distancia que nos separaba, hizo un ostensible gesto de saludo con su mano. Seguíamos alegrándonos de la presencia humana.
Una vez aupados a la planicie rocosa de esas peñas, un encuentro más, con dos parejas, una humana y otra canina. Aún amables, ellos y nosotros (y con los perros bien educados). Incluso hubo unas palabras para resumirnos los respectivos recorridos y desearnos buena jornada.
Y ahí se acabó todo (‘lo bueno’). Quiero decir que, en el collado entre Peñas Claras y la Muela de Urbión, empezamos a ver un carrusel interminable. Tanto que, subiendo, y ya arriba de las rocas, la gente, apretada, ya no se decía ni ‘hola’ a un metro de distancia; ni una mirada.
No me extraña. Nos estábamos ‘peleando’ por un espacio vital; invadiendo las intimidades personales. ‘No cabía un alfiler’. Desistimos de subir a las peñas más altas: ‘Total, 7 u 8 metros más arriba…, a quién le importan’. (Vamos, el “no están maduras”, de la fábula).
Podría decirse que huimos de allí; de nosotros mismos. Bajamos hasta el bello paraje del nacimiento del Duero. No éramos los únicos. No obstante, en ese punto aún quedaba espacio para algunas fotos del entorno natural, si buscabas, paciente, un hueco entre el tráfago.
El largo sendero de descenso desde allí también era una procesión. Pero no nos dejamos abatir anímicamente. Aún tuvimos entereza para conversar con algunos de los ‘peregrinos’. Nos apenó ver como muchos (también gente mayor o sin resuello) iban ilusionados en busca de algo que apenas hallarían: agua en la boca de ese gran río. La esperanza hasta que llegasen no se la quitaría nadie (ni siquiera yo).
Ya de vuelta en Castroviejo, descartamos subir al mirador. Un rosario de ‘penitentes’ hacían cola para acceder a la plataforma…. A ver, que no era por no esperar en la comitiva…. Que es que ya nos habíamos impregnado de magníficos paisajes a lo largo de gran parte de los 19 km.
Es lo que tienen las ganas de la gente por respirar libertad en el espacio natural. Pero, tan en tromba, que la montaña se había convertido en una populosa ciudad de deambulantes apiñados. ‘Dándose codazos’ (metafóricamente).
Nadie lo tome como una queja. Contribuyentes éramos igualmente nosotros. El día luminoso y fresco era inmejorable. Y era sábado; y a medio día. Todo invitaba (a ‘todo el mundo’) a gozar de la montaña. Comprensible era la afluencia (el disfrute, no sé).
La verdad es que ese bello lugar merecía la pena (lo de pasar ‘pena-lidad’ era literal, en este caso). Igual de ‘culpables’ éramos nosotros. Con tantas, tantas, rutas en las que no hemos visto (ni en la distancia) a nadie, nadie…. Estaban todos, todos, aquí.
RUTAS CERCANAS
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-de-las-necropolis-medievales-desde-revenga-112329823
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/prc-bu-204-sendero-del-collado-de-neila-112407842
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pico-san-lorenzo-desde-valdezcaray-version-extendida-114206465
Pendiente de subir a Wikiloc (próximamente):
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cumbres-riojanas-en-la-demanda-entre-el-salineros-2-101-y-el-gaton-2-037-116257083
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Comments (4)
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Espléndida ruta, a pesar de los kilómetros añadidos, resultado de una avidez desmedida por disfrutar de las alturas cuando la meteorología está de nuestro lado.
Un saludo maisid, y a seguir disfrutando de esas montañas
Gracias, luis.itxina. Espléndida de verdad, incluidos los 'condimentos' sobrevenidos. Y avidez también, como dices. ¡Quién se detenía allí a calcular unos kilómetros (-->) y unos metros (^^) de más o de de menos! Con una experiencia así no se le regatea a la vida. Que vaya todo bien.
Es un placer leer las descripciones que haces de vuestros recorridos. Aplausos.
Muchas gracias, Manu Arroyo. Para mí es un placer escribirlas (aunque imagino que son demasiado largas para muchos). Son, además, 'ahorros para cuando me haga 'mayor''.