PICOS PEÑARROYA Y GUILÓN-LAS CORBETERAS Y LOS CASTELLONES DE PAJARONCILLO-COLLADO DE LOS ARRIEROS-CAÑIZAR ALTO (CIRCULAR)

Con el triple objetivo de despedir nuestras aventuras por la Serranía Baja conquense, celebrar nuestro santo y además decir adiós también a este 2023 rutero, nos levantamos muy temprano de nuevo en el Hostal La Toba de Cañete y conducimos durante unos 12 kms por la N-420 en dirección Carboneros de Guadazaón. Dejamos aparcado el coche al lado de la N-420, junto a un pequeño refugio y el inicio de una pista frente a un campo de chopos para comenzar a andar por la misma siguiendo, prácticamente al pie de la letra, el track de GPS Monkiki y Vericuetos (un track de abril de 2018, tristemente el último publicado por el autor, al menos hasta la fecha). Justo en un claro donde GPS Monkiki y Vericuetos comienza su track vemos que hay una señal que indica que precisamente al día siguiente hay programada una cacería, es decir, hemos tenido una suerte tremenda, ya que de haber programado la ruta para mañana no hubiéramos podido hacerla. Seguimos por la pista, en tenue pero continuo ascenso, tomando enseguida la primera bifurcación a la derecha, dejando a nuestra derecha las ruinas de las Casas de Arriba de Cañizar, las cuales visitaremos al regreso. Continuamos recto durante más de 2 kms, siempre en tenue pero continuo ascenso (sorprendidos a cada paso por la presencia de granos de maíz en la pista, probablemente sea algo relacionado con la caza, aunque sinceramente no lo llegamos a entender muy bien), hasta llegar a un punto donde debemos desviarnos a la izquierda por una senda difusa con mucha más pendiente. Llega un momento en el que la senda se vuelve aún mas difusa y debemos desplazarnos un poco a la izquierda para enseguida alcanzar un camino más definido que cogemos a la derecha, con mucha menos pendiente. El camino se convierte pronto en una ancha pista y seguidamente tomamos una bifurcación a la izquierda donde la pendiente se recrudece hasta que alcanzamos el Collado del Escorial, punto desde donde iniciaremos la ascensión a los picos y al que volveremos para continuar posteriormente con nuestra ruta hacia las Corbeteras y los Castellones. Así pues cogemos la pista que asciende con mucha pendiente a la izquierda y subimos durante poco más de medio kilómetro hasta otro collado. Una vez en el mismo cogemos la pseudo-pista que va a la izquierda y nos acercamos al punto catalogado como Peñasco en el track de GPS Monkiki y Vericuetos (1260 msnm según nuestro GPS), desde donde las vistas son ya realmente espectaculares (incluidas las siluetas de los Picos Las Cabezas y Cuerda que visitamos hace un par de días). Después regresamos sobre nuestros pasos a la pseudo-pista y enseguida abandonarla de nuevo a la izquierda y acceder al mágico Pico Peñarroya (1261 msnm según nuestro GPS) donde las vistas son si cabe aún más cautivadoras. Damos un pequeño rodeo por los diferentes pedestales y regresamos a la pseudo-pista (la ida y vuelta al Pico Peñarroya es bastante campo a través pero sin dificultad) para volver al collado y luego continuar recto, siempre en suave descenso hasta el Pico Guilón (1230 msnm según nuestro GPS), otra hermosa atalaya que nos fascina de nuevo y desde la que además podemos observar las verticales paredes del Pico Peñarroya a nuestra izquierda. Regresamos sobre nuestros pasos hasta el collado y luego descendemos por la amplia pista hasta el Collado del Escorial donde giramos a la izquierda para seguir descendiendo por el Barranco El Reguero (tomando la primera bifurcación a la izquierda de nuevo). Tras unos 2 kilómetros de suave descenso llegamos al Ceñajo de las Hoyelas y después enseguida al cruce donde giramos a la izquierda una vez más para irnos acercando a Las Corbeteras (o Los Corbeteros como indica el poste informativo). Después de un corto ascenso llegamos a la zona de las curiosas formaciones, donde vamos a seguir un poco el track de Tetititu, pero sin dejar de seguir a la vez el de GPS Monkiki y Vericuetos, visitando las dos zonas de pinturas rupestres (no sabemos si falsas o no, aunque parecen más bien eso, es decir falsas) y demás lugares icónicos de un paraje absolutamente espectacular. Tras recrearnos con calma y hacer todas las fotos que nos apetecen, volvemos a la pista y empezamos a descender en dirección al Túmulo Celtíbero, al cual accedemos un poco campo a través pero sin dificultad a la izquierda de la pista. Después regresamos a dicha pista y nos confundimos un poco ya que seguimos recto unos metros cuando en realidad hay que girar a la izquierda (el túmulo se encuentra muy cerca del cruce, de hecho es posible verlo desde las ruinas). Volviendo sobre nuestros pasos cogemos el cruce y vamos poco a poco serpenteando y ascendiendo tímidamente en dirección a la zona de Los Castellones. Llegado un momento debemos desviarnos a la derecha para ir avanzando, un poco, o un mucho mejor dicho, campo a través, disfrutando de un entorno realmente fascinante de nuevo. Tras vislumbrar otro Túmulo Celtíbero (éste mucho menos definido que el anterior) seguimos avanzando a medio altura, con estupendas vistas y finalmente accediendo hasta el Mirador de Los Castellones, varias atalayas con vistas realmente impresionantes (sobre la carretera N-420 y el hechizante curso del Río Cabriel). Tras los miradores y el impresionante Castillo del Saladar, tenemos que seguir ascendiendo (parecía que toda la dificultad en cuento a potencia en las piernas estaba en la parte inicial de la ruta pero es una buena idea reservar algo para esta última ascensión final que realmente nos resultó más exigente de lo esperado), siguiendo simplemente trazas de senda y donde el GPS nos va a ayudar mucho, hasta alcanzar por fin el Collado de los Arrieros. En dicho collado ya enganchamos una pista a la derecha por la que tenemos que ir descendiendo (con bastante pendiente y algo de piedra suelta, por lo cual es interesante mantener la concentración, tarea para nada sencilla con todos los kilométros que llevamos en las piernas de estos días de aventura por tierras conquenses) hasta que finalmente nos desviamos a la derecha para, campo a través de nuevo, irnos acercando a las ruinas de las Casas de Arriba del Cañizar. Rodeamos el antiguo complejo, bastante destrozado y con edificaciones muy derruidas. La melancolía por el paso del tiempo nos embarga mientras visitamos el lugar, que evidentemente vivió periodos mejores. Enganchamos seguidamente la pista que en unos pocos metros nos devuelve al punto de bifurcación inicial donde giramos a la derecha para enseguida regresar a la N-420, junto a la cual nos espera nuestro coche aparcado. Una ruta realmente intensa, con un poco de todo, de esas que te sorprenden a cada paso, en la que hemos visitado lugares realmente espectaculares. Damos así por terminadas nuestras aventuras conquenses, por el momento, y también este intenso año rutero 2023, en 2024 más (29-12-2023).


- Collado de los Arrieros (15.2 km)